Hace unos años, durante los ensayos de la obra de teatro 'La marquesa de O', Juan José Otegui decidió dejar los escenarios. «Es el momento oportuno para irme, ahora que todavía tengo facultades», reconocía entonces con aquella voz entornada tan característica y ese rostro contradictorio que mezclaba, a partes iguales, imagen de bondadoso y cascarrabias.
Juan José Otegui falleció el pasado 12 de abril de 2021 a los 85 años en Madrid, tras varios días hospitalizado. Hace un tiempo pidió que no se le rindieran homenajes ni se celebrara un funeral en su honor, y decidió además donar su cuerpo a la ciencia.
Juan José Otegui nació en Oviedo el 9 de marzo de 1936. Como tantos niños españoles, él quería ser futbolista; de hecho, llegó a jugar en un filial del Oviedo, pero su padre no le autorizó a que se convirtiera en profesional, y se alejó de ese «enemigo» del teatro que es el fútbol.
Entró entonces en la facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo, y allí entró en contacto con el teatro. Él mismo recordaba sus comienzos. «Fue algo muy frívolo. Yo estudiaba Derecho en la Universidad de Oviedo y un día el director del TEU se acercó y me dijo que me había oído en una entrevista en la radio universitaria, que le había gustado mi voz y que quería que participara en una lectura. Para mí el teatro entonces era un edificio. Me convenció e hice un papelito, no se me olvida, en 'Luz de gas', de Hamilton. Al día siguiente, en el patio de la Universidad, noté que las chicas de Filosofía, que antes ni me saludaban, se acercaban a mí porque me habían visto en aquella lectura. Y me dije: 'Con esto se liga'. Esa fue mi entrada en el teatro. Seguí haciendo más cosas, hasta que un año no había presupuesto para teatro y lo eché de menos. Eso me hizo pensar; y más adelante -tardo mucho en tomar decisiones- me vine a Madrid».
Ya en la capital, trabajó con Luis Escobar en el teatro Eslava, en obras como 'Dulce pájaro de juventud' o 'La perrichola'. Frecuente en los espacios dramáticos de los años sesenta y setenta, con la creación del Centro Dramático Nacional fue uno de los actores casi imprescindibles en esta casa, donde participó en montajes como 'Las bragas', 'La velada en Benicarló', 'Madre Coraje y sus hijos', 'Julio César', 'Martes de carnaval', 'Eslavos', 'San Juan', 'La Fundación' o 'La visita de la vieja dama', estas tres últimas bajo la dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente. Participó en producciones clásicas como 'Fuenteovejuna', 'La vida es sueño', 'Don Juan Tenorio' o 'El burlador de Sevilla'.
Sus tres últimos montajes teatrales fueron 'El precio', de Arthur Miller; 'Visitando al señor Green', de Jeff Baron, y 'La marquesa de O' de Heinrich von Kleist. «Es el momento de dejarlo -dijo al encarnar este papel-, después de 49 años de profesión y de haber pasado por 107 'sustos', que calculo yo que son los estrenos que llevo a la espalda.
Otegui era uno de esos ilustres secundarios que pueblan de talento la historia del cine, el teatro y la televisión españoles. Su nombre era menos conocido que su rostro, popular en numerosas series y películas; entre ellas, las tres que rodó con Pedro Almodóvar: 'Tacones lejanos', 'La flor de mi secreto' y 'Todo sobre mi madre'.
Cuando se retiró confesó no tener ninguna espinita clavada. «He tenido mucha suerte: he hecho papeles muy importantes, he trabajado con grandes directores y grandes actores...», y recordaba unas palabras de Manuel Alexandre: «Yo, cuando empezaba, creía que en esta profesión había que tener un 90 por ciento de talento y un 10 por ciento de suerte, y ahora pienso que hay que tener un 90 por ciento de suerte y un 10 por ciento de talento». Y decía Otegui, que no era ni una cosa ni la otra, pero que la suerte cuenta mucho en esta profesión. «Aunque lo importante es la actitud, el trabajo y la entrega. Es como en el fútbol -usaba este deporte para explicar casi todo en la vida-; el equipo que no entrena no juega bien». (Julio Bravo)
Las apariciones de Otegui en cine fueron poco habituales ya bien entrada su carrera, pero resultaron suficientes para aparecer, aunque fuera de forma puntual, en destacados títulos del cine español. Uno de los primeros directores que empezó a tener en cuenta al actor para sus películas fue Vicente Aranda, que le incluyó en Asesinato en el comité central (1982) y Tiempo de silencio (1986).
Otegui también participó en dos películas de José Luis García Sánchez, con el que trabajó en El vuelo de la paloma (1989) y La noche más larga (1991), época en la que trabajó también con Pedro Almodóvar, que contó con él en hasta tres de sus títulos más conocidos en los años 90. Juan José Otegui es el capellán del hospital en Tacones lejanos (1991), uno de los editores de Leo Macías (Marisa Paredes) en La flor de mi secreto (1995) y un ginecólogo en Todo sobre mi madre (1999).
Retirado de los escenarios desde hace más de una década, Juan José Otegui recibió el Premio Actúa a su carrera en 2012. El reconocimiento de sus compañeros de AISGE a todo un recorrido como actor de referencia en España durante más de 40 años. Será especialmente por su oficio y su capacidad para construir personajes sobre las tablas de todo el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario