Cuando
un cineasta muere, es muy fácil escribir sobre lo rompedor de sus películas y
lo avanzado que fue a su tiempo. Pero en el caso de Nicolas Roeg, fallecido el
23 de noviembre de 2018, a los 90 años, fue absolutamente cierto. Durante los
años setenta e inicios de los ochenta conformó un corpus autoral creativo,
distinto, que ha marcado las obras de cineastas posteriores como Paul Thomas
Anderson o Christopher Nolan, que impulsó lo visual por encima de lo narrativo
-influencia de su anterior labor como director de fotografía, en el que incidía
en el sexo, el terror o la locura, y que provocó enfrentamientos apasionados
entre detractores y fans de su trabajo. Como nota curiosa, en sus películas
actuaron músicos como Art Garfunkel, Mick Jagger y David Bowie.
Roeg
nació en 1928 en Londres. Al otro lado de su calle había un estudio de cine, y
allí empezó en 1947, tras hacer la mili, a trabajar como chico para todo. En su
escala en el cine pasó por operador de cámara hasta la dirección de fotografía.
En esas labores participó en Cruce de destinos, Lawrence de Arabia, Doctor
Zhivago, Fahrenheit 451, La venus de la ira, Lejos del mundanal ruido, Petulia
o incluso en un Bond: Casino Royale.
Pero
Roeg quería dirigir. Se coaligó con otro realizador, Donald Cammell, para
levantar Perfomance, protagonizada por Mick Jagger en un momento álgido
de la fama del cantante... lo que no impidió que la película estuviera sin
estrenarse dos años, de 1968, cuando se filmó, a 1970. El guion de Cammell, que
describe el encuentro entre una estrella del rock y un gánster ultraviolento
(encarnado por James Fox), y el estilo visual de Roeg atascaron la película en
algún almacén. Eso sí, cuando se estrenó, se convirtió en un título abanderado
de la contracultura inglesa. "Las películas no son guiones, las películas
son cine", contaba en una entrevista en The Guardian en 2006, y
defendió ese principio toda su vida.
En
1971 estrenó su siguiente trabajo, un thriller desarrollado en Australia, Walkabout,
que incrementó su fama en círculos reducidos, pero que no encontró
espectadores. Por fin, con su tercera película, Roeg dio la campanada: Amenaza
en la sombra (Don't Look Now), con Donald Sutherland y Julie Christie, un
filme de terror psicológico basado en un cuento de Daphne Du Maurier. Fue
calificada X en Reino Unido, aunque en esta ocasión al menos le dejaron mostrar
el sexo que él quería en pantalla; en Perfomance, un técnico del
laboratorio, escandalizado, tiró a la basura las secuencias de mayor contenido
erótico. Así llegaron sus mejores trabajos: El hombre que cayó a la Tierra
(1976) -con David Bowie en su faceta más pop-, Contratiempo (1980) -otro
thriller erótico con músico, en este caso Art Garfunkel, y Theresa Russell.
Russell se casó años después con Roeg y juntos hicieron seis películas.
Su
carrera siguió con Eureka (1983), con Gene Hackman; Insignificancia
(1985), en la que cuatro iconos de los años cincuenta se reúnen en la
habitación de un hotel -por motivos legales no se podían nombrar, pero Russell,
por ejemplo, encarnó a Marilyn Monroe, y decayó con Robinson Crusoe por un
año (1986). En Ruta 29 (1988) llevó a la pantalla un guion de Dennis
Potter con Russell y Gary Oldman.
Mucho
más rara es en su filmografía La maldición de las brujas (1995), que
versionó un cuento de Roald Dahl con criaturas creadas por Jim Henson. El resto
de sus trabajos acabaron siendo thrillers de alto contenido erótico pero poca
sustancia y películas para televisión, entre las que destaca su adaptación
canónica de El corazón en las tinieblas, de Joseph Conrad, con Tim Roth
y John Malkovich. En 2007 llegó su último largometraje, Puffball, una
historia de brujería en la Irlanda rural. (Gregorio
Belinchón)
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