viernes, 6 de enero de 2023

No mires a los ojos (Félix Viscarret, 2022)



Título original: No mires a los ojos. Dirección: Félix Viscarret. País: España. Año: 2022. Duración: 107 min. Género: Drama.

Guión: David Muñoz, Félix Viscarret (basado en una novela de Juan José Millás). Música: Mikel Salas. Fotografía: Álvaro Gutiérrez. Producción: Tornasol Films, Entre Chien et Loup, Movistar Plus+, RTVE.

Mejor Película Iberoamericana en el Festival de Cine de Valladolid (SEMINICI 2022). Nominada al Mejor Guión Adaptado en los Premios Goya 2022.

Fecha del estreno: 4 Noviembre 2022 (España).

 

Reparto: Paco León, Leonor Watling, Àlex Brendemühl, Juan Diego Botto, María Romanillos, Marcos Ruiz, Susana Abaitua, Luisa Gavasa, Sebastián Atienza, Noelia Garcia, Paula Isiegas, Iñaki Gabilondo.

 

Sinopsis:

Damián acaba de ser despedido tras 20 años trabajando en la misma empresa. Su reacción, furiosa y un tanto violenta, le lleva a salir corriendo y a esconderse en el primer sitio que encuentra al salir de la oficina: un armario cargado en una furgoneta. El armario, con Damián dentro, es entregado en casa de Lucía y Fede, una pareja de la edad de Damián que vive con su hija adolescente, María. Esa misma noche, un impulso inesperado lleva a Damián a quedarse con la familia para convertirse en una misteriosa presencia que observará y se moverá desde la sombra.

 

Comentarios:

La cámara rara vez mira a los ojos. La convención del cine obliga a los actores a respetar el eje, a fingirse desatentos y hasta felices expuestos a la mirada siempre incómoda de los espectadores. La pantalla, la cuarta pared, está ahí para respetar el sueño omnisciente, todopoderoso, de la audiencia. Y así hasta que de vez en cuando un personaje nos mira a los ojos. Ocurre en algunas ocasiones en las que los actores memorizan mal o discuten las normas, o en el cine de Ozu o Fellini, tan dados a discutir con el público. Entonces, la película cobra consciencia de su carácter de precisamente eso, de ficción filmada, y el sueño de la realidad se desmorona. Digamos que es en este terreno inestable de dudas, miradas furtivas y verdades que pierden pie donde se mueve la propuesta a la vez turbia e iluminada de Félix Viscarret.

Sobre la novela de Juan José Millás Desde la sombra, el director ya hace tiempo perdido en demasiados proyectos para la televisión propone ahora una fábula de mirones (o, en fino, 'voyeurs'), de hombres escondidos que se ocultan en realidad de sí mismos, de fantasmas no necesariamente góticos, de mujeres engañadas y, lo más relevante, de miradas que se miran por dentro. No mires a los ojos no es tanto una advertencia de peligro, que también, como una provocación. En efecto, se trata de justo lo contrario que dice el título: de mirar precisamente la mirada que te mira. Y así.

Se cuenta la historia de un hombre atrapado en un armario. Paco León (él es el hombre) propone una lectura hasta cierto punto inédita de su forma de ser y de actuar. También esto forma parte del artificio de la película: mirar de otro modo (actuar desde otro registro completamente distinto) para mirar de verdad. El mueble antiguo testigo quizá de un encanto de otro mundo viaja hasta el hogar de una familia dañada. Como todas. Y desde la oscuridad de su escondite, el protagonista observa a los demás hasta descubrir su más íntimo secreto. Y éste, y no desvelamos nada, no es otro que la alacena figurada (o no tanto) en la que todos vivimos encerrados de una forma u otra. Es preciso salir del armario. Cualquiera de ellos. Se antoja necesario mirar a los ojos de la gente. Brillante.

Félix Viscarret se hace cargo de la inestabilidad que pisa para proponer una historia que igual remite al fantástico que al realismo más crudo (y cutre) de la telerrealidad. No mires a los ojos es de la misma manera un drama casi costumbrista que cuenta la historia de una mujer acosada por el drama de la pérdida de un familiar (Leonor Watling también recuperada para el cine) que una intriga siempre pendiente del momento fatídico en el que lo velado saldrá a la luz. Y todo ello sin renunciar a ese instante de perplejidad en el que la realidad se viene abajo desde el pasmo de la cotidianidad. En efecto, este filme tiene mucho de esa comicidad desde el extrañamiento de Millás.

El resultado es una película que sorprende a cada paso que da (Iñaki Gabilondo haciendo a la vez de sí mismo y de todo lo contrario resulta algo más que sólo asombroso). El director se las arregla para componer una fábula a la vez tremendamente verista y alucinada; cuerda en su paranoia; jovial en su más íntima desilusión. No mires a los ojos, que decían Golpes Bajos, es cine lanzado contra la pantalla, dispuesto a romper la ilusión de una cuarta pared que, antes que ser mirada desde del patio de butacas, nos mira. Y nos impele a salir del armario, de cualquiera de ellos. (Luis Martínez)

Recomendada.




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