Título original: Guzen to sozo. Dirección: Ryûsuke Hamaguchi. País: Japón. Año: 2021. Duración: 121 min. Género: Drama.
Guión: Ryûsuke Hamaguchi. Fotografía: Yukiko Iioka. Producción: Satoshi Takata.
Gran Premio del Jurado en
el Festival de Cine de Berlín 2021.
Fecha del estreno: 5 Noviembre 2021
(España)
Reparto: Kotone Furukawa, Ayumu
Nakajima, Hyunri, Katsuki Mori, Shouma Kai, Kiyohiko Shibukawa, Fusako Urabe,
Aoba Kawai.
Sinopsis:
Contada en tres
movimientos, es una colección de historias protagonizadas por personajes
femeninos que trazan las trayectorias entre sus elecciones y arrepentimientos.
Un triángulo amoroso inesperado, una trampa de seducción fallida y un encuentro
que resulta de un malentendido.
Comentarios:
En la primera de las tres
historias que conforman La ruleta de la
fortuna y la fantasía, dos amigas hablan en un taxi sobre erotismo: “Sin
hablar sucio, sin contacto físico, nos acariciamos durante la conversación”,
dice una de ellas sobre su nuevo ligue, sin saber que se trata del examante de
su amiga. De manera algo cruel, el momento confesional entre las dos mujeres
despertará un deseo dormido, propiciando la mentira y el reencuentro entre los
dos viejos amantes. Tres intérpretes, el asiento trasero de un taxi, el espacio
impersonal de una moderna oficina y una coqueta cafetería le sirven al cineasta
japonés Ryûsuke Hamaguchi para desplegar una puesta en escena en apariencia
fría, pero tórrida a través de la que los fantasmas del pasado y del desamor se
abrirán paso entre diálogos de una soterrada violencia y un larvado rencor: “Yo
no soy tu consolador”, le dice él a la ex. “Un consolador es mejor, sé
humilde”, le responde ella.
Magia (o algo menos certero),
La puerta abierta y Una vez más conforman este cautivador
tríptico en el que el director de Happy
Hour, la película que lo dio a conocer en Occidente en 2015 y en la que
retrataba la crisis de cuatro treintañeras, pulsa las teclas emocionales de
unos personajes que, movidos por la farsa y el autoengaño, acaban desnudos ante
el espectador.
La ruleta de la fortuna y la fantasía
obtuvo el Gran Premio del Jurado de la última Berlinale y, apenas unos meses
después, el siguiente filme de Hamaguchi, Drive
My Car, basado en un relato de Haruki Murakami, se revelaba como uno de los
éxitos del festival de Cannes, donde recibió el premio al mejor guion. Confeso
admirador de Éric Rohmer, el cine de este japonés de apenas cuarenta años recuerda
(aunque no le guste admitirlo) al del maestro coreano Hong Sangsoo. Y no solo
por el uso del zoom como un microscopio que busca fundirse con los pensamientos
de sus personajes, sino por el papel que desempeña el azar en sus destinos.
De las tres historias de La ruleta de la fortuna y la fantasía
quizá la segunda sea la más compleja y osada. La puerta abierta a la que hace
referencia el título es la del despacho de un profesor universitario que es
víctima de la venganza de un alumno. A través de una compañera de clase casada
que se presta a hacer de cebo, el relato se centra en la fascinante lectura en
voz alta que la alumna hace de un pasaje erótico escrito por el profesor.
Es imposible describir
con palabras cómo Hamaguchi extrae una dolorosa fatalidad de sus actores o cómo
logra que un espacio tan aséptico como un despacho color crema se cierre a la
intimidad de un juego sexual tan loco, fascinante y perverso como el que
describe. En voz baja, con una sensualidad que se escapa de lo obvio, el director
es capaz de conectar realidad y fantasía. O, como ocurre en el tercer y último
acto, el cine con el teatro de la vida. (Elsa Fernández-Santos)
Recomendada.
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