Es innegable que el cine, a lo largo de la historia, ha explorado y profundizado diferentes aspectos de la sociedad, influyendo en cada uno de los individuos y en la sociedad en general, por lo que podemos decir que desde los inicios del cine moderno, diferentes directores y películas han sensibilizado al espectador. Así en 1915, Griffith (1875-1948) convulsionó a la sociedad de aquella época con The Birth of the Nation, película marcada por su mensaje racista; Dziga Vertov (1896-1954) documentó necesidades socioeconómicas del momento, o Chaplin (1889-1977) ironizó sobre injustas situaciones sociales, intentando despertar mentes alienadas. También podemos destacar la figura de Orson Welles (1915-1985) que, con su película Ciudadano Kane, desaprobó a personajes importantes de la sociedad americana, o a Michael Haneke, cuyas películas critican la violencia de una sociedad posmoderna y nihilista.
El cine, en ocasiones, se convierte en testimonio importante de la historia y lo acontecido en ella, testimonio de cambios sociales y políticos y de movimientos culturales. También el cine ha explorado al individuo: sus sentimientos, su relación con el otro, su modo de estar en el mundo; por ello podemos destacar el interés de Hitchcock (1899-1980) por la identidad y la fragilidad de la condición humana; o la filosofía existencialista de Ingmar Bergman (1886-1970) que trata el ser individual, el problema del mal, la muerte y el sentido de la vida, o la sensibilidad que muestra Hirokazu Kore-Eda (1962) con sus relatos sobre la familia a través de la mirada infantil.
Además, el cine como el arte más social, refleja el ser de nuestra sociedad y el ser del individuo, por lo que es capaz de impactar en el espectador generándole emociones, sentimientos, influyendo en sus ideas, modificando sus actitudes y valores, y cuestionando su identidad. El cine no es tanto generador de información nueva sino, tal como apunta F. Loscertales (2008), “el cine representa la vida y las dimensiones humanas, funciona como una copia de los estereotipos creados en el imaginario colectivo, que a veces de un modo sugerente tiende a que ‘todo realmente parezca real’”.
El cine nos cuenta el pasado de nuestra historia, comparte nuestro presente y nos adelanta un futuro, convirtiéndose en ocasiones en pasaportes para el cambio; así, B. Peña (2010) indica que los medios de comunicación consiguen que se entiendan los cambios sociales e influyen en la implantación del estilo de vida de la sociedad.
Por todo ello, el cine se muestra como un valioso recurso didáctico que utiliza, tal y como señala E. Martínez-Salanova (2003), el valor de la sensibilidad como primer eslabón de aprendizaje, el valor de la creatividad, que provoca asociaciones de ideas casi inmediatas, reflexiones, recuerdos y memoria que resultan necesarias para crear nuevas formas de pensamiento, el valor cognoscitivo a través de la presentación de temas, datos históricos, paisajes, filosofías e ideas que aumentan las capacidades cognoscitivas y por su valor expresivo de emociones y sentimientos, que todo individuo debiera aprender a exteriorizar.
Alfred Hitchcock |
Así pues, por su gran incidencia socializadora, el cine se ha utilizado como recurso para enseñar, concienciar y movilizar sobre determinados temas sociales como son entre otros: a) la discapacidad, que tal y como señala M. O. Alegre de la Rosa (2002), el uso del cine para reflejar a las personas con discapacidad se ha visto modificado a lo largo de la historia en función de lo que más interesara a los sistemas económicos, sociales o políticos; y b) la inmigración, donde desde finales de 2005 las películas con presencia de este fenómeno se han hecho más comunes, reflejando el lugar que ocupa la inmmigración en la sociedad actual, e intentando construir modelos que puedan tener una influencia en los individuos, para que la relación intercultural pueda tener efectos positivos para toda la sociedad (I. Gordillo, 2006).
Ingmar Bergman |
El cine, a lo largo de su historia, ha explorado y profundizado en diferentes aspectos de la realidad, llegando a sensibilizar al espectador y presentándose como un recurso para enseñar, concienciar, e incluso movilizar problemáticas sociales, ayudando en la conformación de determinadas escalas de valores. Asimismo, el cine se presenta como recurso didáctico que facilita el conocimiento y que puede emplearse como apoyo para el aprendizaje, ya que facilita la comprensión de diferentes temáticas como las antes mencionadas. (María Mansilla Yuguero, Marina Bueno Belloch y Patricia López Frutos)
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