Farley Granger fue estrella antes que actor, factura que marcó su breve e intensa carrera cinematográfica. Floreció frente a una cámara y envejeció lejos de ella. Su rostro maduró en el teatro y la televisión, pero siempre estará pegado a dos clásicos de Alfred Hitchcock que interpretó de joven -La soga (1948) y Extraños en un tren (1951)- y dos películas de dos cineastas tan opuestos como insobornables, Los amantes de la noche (1949), de Nicholas Ray, y Senso (1953), de Luchino Visconti. El actor falleció el 27 de marzo de 2011, en Nueva York, a los 85 años.
Granger se negó a pactar con los códigos sociales de su tiempo y, tras no pasar por el aro de uno de esos falsos matrimonios diseñados para las estrellas gais de los grandes estudios, dejó Hollywood para instalarse, de por vida, en la costa Este. En sus memorias confesó que la actriz Shelley Winters había sido el amor de su vida, pero en su boca, la palabra soltero tenía ecos altamente reivindicativos.
Farley Granger y Shelley Winters
El resto de su carrera fue el imposible intento de mantener a esa altura moral y creativa una accidental filmografía. "Me fui de Hollywood porque no conocía mi oficio'', dijo en una ocasión, "yo era una estrella, pero no sabía nada de ser actor". Sin embargo, cuando le preguntaron a Alfred Hitchcock por el talento de Granger al director británico le bastó una frase para explicarlo: "En sus manos, hasta las páginas amarillas resultaban intrigantes".
Granger, que había nacido en 1925, consiguió el éxito a los 16 años. Oriundo de San José, California, era hijo del dueño de un concesionario de automóviles. La historia de su familia es la del naufragio de la Gran Depresión. Arruinados, los suyos se mudaron a Los Ángeles en busca de una vida mejor. Allí es donde Farley Granger se topó con su futuro.
Era alumno de la escuela de secundaria de North Hollywood cuando Samuel Goldwyn reparó es su atractivo perfil y le contrató para La estrella del norte (1943). "Fue una carrera milagrosa", reconocería el actor años más tarde, "yo no tenía ni talento ni entrenamiento y, de repente, estaba trabajando con Walter Huston, Anne Baxter y Walter Brennan". Una década después, en 1953, Granger compró su libertad pagando por los dos años de contrato que le quedaban con Samuel Goldwyn en la Metro Goldwyn Mayer. La excusa era que quería trabajar en Broadway: "En realidad, Hollywood nunca fue mi sitio".
Poco después de la Segunda Guerra Mundial, conoció a Saul y Ethyl Chaplin, los cuales fueron sus mentores y managers de por vida. Los Chaplin estaban muy bien relacionados e hicieron que Farley frecuentara ciertos círculos de artistas donde conoció a personajes de la talla de Lena Horne, Frank Sinatra o Betty Garrett, entre otros.
En una de esas reuniones conoció a Alfred Hitchcock, que por aquel entonces estaba terminando de preparar la película La soga, y le ofreció el papel de protagonista, junto a James Stewart. En el año 1951, Hitchcock le volvió a escoger para interpretar al joven tenista Guy Haines, en la película Extraños en un tren, un excepcional thriller, que fue un gran éxito y tuvo una gran aceptación por parte del público y la crítica.
Más tarde decidió aceptar la oferta de Luchino Visconti, para intervenir en la película Senso junto a Alida Valli. En la década de los 50 intervino en un gran número de películas, entre las que están Cuentos de Hans Christian Andersen, La calle desnuda, La chica de terciopelo rojo o La historia de tres amores, entre otras. En la década de los 60, la actriz Eva Le Gallienne le llamó para unirse a la compañía National Repertory Theatre, en la cual interpretaría varias obras de teatro. Durante esta década se centró en las actuaciones de teatro interviniendo en varias obras y funciones. Y en los 70, Farley se mudó a Italia, donde no dejó de intervenir en películas, como Tela de araña, El cadáver de Red Headed, Algo que se arrastra en la oscuridad, Venus, Ciudad salvaje o Le Llamaban Trinidad, junto a Terence Hill y Bud Spencer.
En el año 2003, publicó sus memorias, en las que contaba su relación de pareja con Robert Calhoun desde 1.970. Robert moriría en el 2007 debido a un cáncer de pulmón. Farley Granger murió el 27 de marzo del 2011, a los 85 años de edad, por causas naturales, en Manhattan, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.
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