domingo, 14 de noviembre de 2021

Supernova (Harry Macqueen, 2020)

 

Título original: Supernova. Dirección: Harry Macqueen. País: Reino Unido. Año: 2020. Duración: 93 min. Género: Drama.

Guión: Harry Macqueen. Fotografía: Dick Pope. Música: Keaton Henson. Producción: BBC Films, British Film Institute, Quiddity Films, The Bureau.

Sección Oficial del Festival de San Sebastián 2020.

Fecha del estreno: 22 Octubre 2021 (España)

 

Reparto: Colin Firth (Sam), Stanley Tucci (Tusker), James Dreyfus (Tim), Pippa Haywood (Lilly), Sarah Woodward (Sue), Tina Louise Owens (Invitada a la fiesta), Julie Hannan (Camarera), John Alan Roberts (Invitado a la fiesta), Lori Campbell (Lola), Peter MacQueen (Clive).

 

Sinopsis:

Sam y Tusker son pareja desde hace 20 años. Sam es pianista. Tusker, escritor. Viajan a través de Inglaterra en su vieja furgoneta visitando a amigos, familiares y lugares de su pasado. Desde que a Tusker hace dos años le diagnosticaran alzheimer en su fase temprana, el tiempo que pasan juntos es lo más importante que tienen.  

 

Comentarios:

En el cine la sencillez poco tiene que ver con la simpleza. Y sin embargo, dentro de la primera categoría, cuántas películas sencillas se pueden elevar hasta lo sublime, y cuántas se quedan apenas en nada. ¿Son estas últimas simples? No, son sencillas, pero sin riesgo y sin la altura dramática suficiente, debido sobre todo a la contraposición entre la magnitud del tema elegido y de sus subtextos, y lo logrado finalmente con la obra al completo. “Supernova”, segundo trabajo como director y guionista del británico Harry Macqueen, acerca del amor en un proceso de grave enfermedad terminal, es un trabajo sencillo, que no simple, pero que finalmente se muestra alicorto en casi todos sus aspectos artísticos.

Con una excepción: el terreno interpretativo, donde Stanley Tucci y Colin Firth lucen como suelen, y la acaban elevando un tanto. Es “Supernova” una pieza de cámara asentada en los pequeños gestos y en las grandes miradas, en la que Macqueen hace algo interesante en una parte de sus secuencias: posar su mirada, la de la cámara y por tanto la nuestra, en el personaje que escucha y no en el que habla. Los diálogos no son tan importantes como las reacciones ante lo que se está diciendo. Todo ello relacionado con un más que incipiente alzhéimer en un hombre todavía relativamente joven, y el amor que siente por él su pareja, dispuesta a cuidarlo hasta el último instante.

Tucci y Firth sostienen así una película pequeña que apuesta por algunos de los grandes temas de conflicto del ser humano: la degradación del cuerpo; el miedo a la enfermedad, más incluso que a la muerte; el legado del amor, y la decisión individual de acabar con la vida antes de que el deterioro acabe con cualquier resquicio de la propia personalidad. Pero expuestos sin gravedad alguna, sin grandilocuencia, gritos ni llantos. También, y he ahí la clave, sin clarividencia ni originalidad, y concediendo demasiados clichés.

Las dificultades cognitivas crecientes del personaje de Tucci son filmadas por Macqueen huyendo del subrayado trágico o dramático, con la cámara siempre lejos, sin planos detalle de mal telefilme en busca de la lágrima. Prefiere la distancia, y eso le honra dentro de las características del ejercicio emocional que ha pretendido hacer. No obstante, es en el guion donde “Supernova” no vibra. En el debate sobre la eutanasia y el suicidio asistido, que no consigue salir de unos cuantos lugares comunes. Y aún más en la reiterada metáfora de la estrella que se apaga, figura retórica, esta sí, más simple que sencilla. (Javier Ocaña)

Recomendada (con reservas).




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