Título original: Suffragette. Dirección: Sarah Gavron. País: Reino Unido. Año: 2015. Duración: 106 min. Género: Drama. Guión: Abi Morgan. Producción: Alison Owen y Faye Ward. Música: Alexander Desplat. Fotografía: Eduard Grau. Montaje: Barney Pilling. Estreno en España: 18 diciembre 2015.
Intérpretes: Carey Mulligan (Maud), Helena Bonham Carter
(Edith New), Meryl Streep (Emmeline Pankhurst), Anne-Marie Duff (Violet
Cambridge), Brendan Gleeson (Steed), Ben
Whishaw (Sonny), Romola Garai (Alice), Samuel West, Geoff Bell, Natalie Press,
Lee Nicholas Harris, Richard Banks, Adrian Schiller, Judit Novotnik y Morgan
Watkins.
Sinopsis:
El movimiento sufragista nació en Inglaterra en vísperas de la Primera
Guerra Mundial (1914-1918). La mayoría de las sufragistas no procedían de las
clases altas, sino que eran obreras que veían impotentes cómo sus protestas
pacíficas no servían para nada. Entonces se radicalizaron y, en su incansable
lucha por conseguir la igualdad, se arriesgaron a perderlo todo: su trabajo, su
casa, sus hijos y su vida. La protagonista es Maud (Carey Mulligan), una mujer
que reivindicó denodadamente la dignidad de las mujeres...
Fotograma de "Sufragistas" |
Comentarios:
La directora Sarah Gavron albergaba desde hacía tiempo el deseo de hacer
una película sobre el movimiento sufragista y, por fin, nos llega su obra
rodeada de grandes expectativas. Gavron sólo había realizado hasta el momento un
par de cortometrajes, un telefilm “This Little Life”, un largo titulado “Brick
Lane” (2007) y un documental “Village at the end of the world” (2012). El
presente trabajo es su puesta de largo.
Que dos supuestamente gloriosas democracias del mundo occidental más
avanzado como Reino Unido y Francia no permitieran el derecho al voto a las
mujeres, ni a ser elegidas, hasta 1928 y 1944, respectivamente, debería
enervarnos hasta tal magnitud que la mejor consecuencia sería sin duda un
verdadero examen de conciencia. Y no ya sobre el pasado, sino sobre el
presente. Media humanidad, como poco, quedaba al margen de las decisiones, y “Sufragistas”,
película británica compuesta en su mayoría por mujeres, nos escupe a la cara la
vergüenza. Con rabia, con delicadeza, con elegancia, con justicia, con verdad,
con pasión. Porque aún queda mucho por hacer. Sarah Gavron es la directora, Abi
Morgan, reputada dramaturga, la guionista, mientras un grupo de sensacionales
intérpretes, comandado por la siempre perfecta Carey Mulligan, pone rostro a
aquellas mujeres con el valor suficiente para enfrentarse al peor de los
malvados, y no de tebeo precisamente: el hombre que se cree superior.
Gavron y Morgan relatan el proceso de conversión ideológica y política de
una mujer común. ¿Común? Aparentemente común, porque esas obreras del activismo
lo arriesgaron todo hasta las últimas consecuencias. Hasta el martirio, hasta
la muerte, hasta perder a sus hijos. La imprescindible mano de obra de una
revolución que tenía sus caras brillantes, y necesarias, en mujeres que han
pasado a la historia por sus discursos, y que desde luego se la jugaron, pero
que necesitaban las imprescindibles acciones de las de abajo.
Según Javier Ocaña, con unos aditamentos formales excelentes, música de
Alexandre Desplat, fotografía del barcelonés Eduard Grau, ya instalado con
comodidad en el cine internacional, “Sufragistas” es algo más que una película;
es la configuración de una victoria sobrecogedora. La puesta en escena sin
fisuras pero sin alardes de Gavron, entre los tonos amarillentos, de niebla
física y tormenta moral de la foto de Grau, puede parecer algo fría en algunos
instantes, pero nunca llega a resquebrajarse por la emoción de la temática y
las situaciones. Al que no se le hiele la sangre con las imágenes finales
documentales, tiene un problema.
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