Título original: Steve Jobs. Dirección: Danny Boyle. País: EE.UU.. Año: 2015. Duración: 122 min. Género: Drama. Guión: Aaron Sorkin, basado en la novela de Walter
Isaacson). Diseño de Producción: Guy Hendrix Dyas. Fotografía: Alwin H. Küchler. Montaje: Elliot Graham, ACE. Música: Daniel Pemberton. Vestuario: Suttirat Larlarb. Sonido: Lisa Pinero. Casting: Francine Maisler. Estreno en España: 01 enero 2016.
Intérpretes: Michael Fassbender (Steve Jobs), Kate Winslet
(Joanna Hoffman), Seth Rogen (Steve “Woz” Wozniak), Jeff Daniels (John Sculley),
Katherine Waterston (Chrisann Brennan), Sarah Snook (“Andy” Cunningham), Michael
Stuhlbarg (Andy Hertzfeld), Perla Haney-Jardine, Adam Shapiro, Jackie Dallas, Makenzie
Moss, Afsheen Olyaie, Tina Gilton, Tom O'Reilly y Natalie Stephany Aguilar
Sinopsis:
Biopic del mítico empresario y programador informático Steve Jobs
(1955-2011), centrado en la época en la que lanzó los tres productos icónicos
de Apple.
Michael Fassbender y Kate Winslet en "Steve Jobs" |
Comentarios:
Dos nominaciones al Óscar ha obtenido este año Danny Boyle para su
película basada en la vida de Jobs. Una nominación para su actor principal
(Fassbender) y otra nominación para su actriz de reparto (Winslet). Ente los
trabajos anteriores de Boyle recordamos las interesantes “Tumba abierta” (1996),
“Trainspotting” (1994), “28 días después” (2002), “Slumdog Millionaire” (2008) y “127 horas”
(2010).
El poder de la palabra y el concepto de representación como instrumentos
narrativos y como dispositivos dramáticos para conformar la vida de uno de los
más grandes ilusionistas del verbo y de la imagen: Steve Jobs, magnate de la
informática, el hombre que basó buena parte del secreto de su éxito en la
hiperbólica presentación de sus productos, convertidos en icónicos más por la
fuerza del estilo, por el convencimiento de lo que suponía poseerlos, que por
su verdadero sentido práctico. Tiene todo el sentido del mundo lo que ha hecho
Aaron Sorkin con el guion, con el engranaje dramático, de Steve Jobs, sui
géneris biografía cinematográfica dirigida por Danny Boyle y protagonizada por
un gran Michael Fassbender. Una existencia relatada en base a su esencia,
contada en tres actos, en los que acaba aplicando estructuras, personajes,
subtextos y conflictos auténticamente shakesperianos: de la crueldad a las
estructuras de poder pasando por el remordimiento, la codicia, la lealtad y la
naturaleza del destino.
Sorkin ha entendido bien a Jobs, personaje de tomo y lomo. Boyle no tanto
a Sorkin. David Fincher lo entendió en La
red social. Bennett Miller lo entendió en Moneyball. Pero el director de Trainspotting
ha querido seguir siendo al menos un poco Boyle, aplicando mucha forma al
fondo, cuando lo que suelen pedir los libretos del escritor de El ala Oeste de la Casa Blanca es
control, pausa y clasicismo. Y ahí la secuencia de la pelea entre Jobs y John
Sculley, el personaje de Jeff Daniels, aglutinando múltiples tiempos, es el
mejor ejemplo. Ante tal cantidad de información, sobre el interior y el
exterior de los personajes, la puesta en escena pide un ansiolítico, no una
raya de coca.
En los
entresijos del poder, afirma Javier Ocaña, inmediatamente antes de cada
(re)presentación de tres de sus productos míticos, Sorkin concentra la catarsis
emocional de un hombre incapaz de amar por miedo al rechazo, rodeado de
soldados fieles, conjuradores, fantasmas víctimas de su iniquidad, bastardos,
subversivos, desterrados y hasta algún inocente. Lo que da lugar a una
interesantísima película casi conceptual de alma y fuego shakesperianos
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