¡¡¡Por fin!!! La próxima semana en nuestro Taller de Cine abriremos el monográfico sobre este interesantísimo director.
George Cukor forma parte del listado de directores del Sistema de los Estudios, que podía adjudicársele un estilo personal, elaborado, al margen de ser un perfecto “artesano” de películas, como se les exigía a los directores en la época dorada de Hollywood.
Los comienzos de Cukor en el teatro fueron el prólogo ideal para su posterior desembarco en Hollywood cuando el sonoro se hallaba en su génesis. Estuvo en nomina de varias Compañías: Paramount, RKO y luego la Metro, dejando huella en todas ellas. Famosa fue su amistad con el productor David O. Selznick, lo que le acercó a Lo que viento se llevó, si bien el proyecto se frustró.
Cukor supo adaptarse como nadie al sistema de estudios, lo que le proporcionó medios suficientes para llevar a cabo proyectos de calidad y le mantuvo en primera línea durante décadas, hasta que el sistema se tambaleo, y como le paso a otros directores, tuvieron que buscar su sitio dentro del nuevo mercado.
El estilo Cukor tuvo su clave en una absoluta adaptación al libreto y por la dirección de los actores que le apartaba casi de los aspectos técnicos, los cuales recaían en sus ayudantes de confianza, lo que no quería decir que no le interesara el producto final.
Fue siempre muy cuidadoso con la ambientación y el vestuario, reminiscencias de su formación teatral inicial, por la que también puso especial cuidado en los diálogos.
Cukor supo como nadie llevar a cabo la tradición hollywoodiense de adaptar cinematográficamente los éxitos de que proporcionaba Broadway.
Para ir abriendo boca, os dejamos con una secuencia de la película “Un rosotro de mujer” (1941) donde consiguió una de las mejores interpretaciones de la gran Joan Crawford.
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