martes, 3 de mayo de 2011

Río (Carlos Saldabha, 2011)


 

Título original: Río. Dirección: Carlos Saldabha. País: USA. Año: 2011. Duración: 96 min. Género: Animación, Comedia.

Guión: Don Rhymer. Música: John Powell. Fotografía: Renato Falcao. Producción: Bruce Anderson, John C. Donkin.

Nominada al Oscar 2011 a la mejor Canción. Mejor Animación de personajes en los Premios Annie 2011.

Fecha del estreno: 8 Abril 2011 (España).

 

Doblaje original: Anne Hathaway (Perla), Jesse Eisenberg (Blu), Leslie Mann (Linda), Jamie Foxx (Nico), George López (Rafael), Jemaine Clement (Nigel), Rodrigo Santoro (Tulio), Tracy Morgan (Luiz).

 

Sinopsis:

La acción transcurre en la espectacular ciudad de Río de Janeiro y en la exuberante selva tropical durante la fiesta más importante del año para los brasileños: el Carnaval. Los protagonistas son Blu, un ingenuo guacamayo que no sabe volar y que cree que es el último de su especie, y Jewel, una guacamaya salvaje y de espíritu libre. Ambos emprenderán una inesperada aventura en búsqueda de la libertad, acompañados por excéntricos amigos de los que aprenderán qué es la amistad, el amor y el coraje...

 

Comentarios:

En 1941, el Gobierno de Estados Unidos envío a Walt Disney y a un selecto grupo de sus animadores a realizar una gira por Sudamérica, en calidad de embajadores culturales, que cristalizó en dos películas que han pasado a la historia de la animación como modestos ecos de la política de buena vecindad: Saludos amigos (1942) y Los tres caballeros (1944). Solo en el segmento Aquarela do Brasil, que cerraba Saludos amigos, se apuntaba la enriquecedora intoxicación de cierto exotismo expresivo dentro del férreo canon disneyano: los animadores habían ejercido, a la postre, como turistas impermeables a la otredad salvo en ese ejercicio puntual, donde su lenguaje se dejaba llevar por un arrebato dionisíaco de colores y formas.

Animador de origen brasileño y puntal del estudio Blue Sky, Carlos Saldanha parece rendir tributo a la Aquarela do Brasil de Saludos amigos en la espectacular coreografía alada que abre este largometraje, toda una celebración de la lubricidad cromática de su ciudad natal. Desafortunadamente, su Río no prolonga la libertad formal que los animadores Disney tantearon en ese momento y termina por somatizar ese miedo a volar que define el conflicto de su protagonista: el resto del metraje parece centrar sus energías en restituir el canon disneyano a la lectura del espíritu de su ciudad, esquivando la exigencia de destilar la esencia brasileña en nuevo lenguaje animado. Río convierte las favelas en potencial esquina de parque temático.

Con unos personajes humanos que no pasan de lo funcional -y que parecen diseñados con completa desgana-, Río logra que su convencional relato con loro, a la conquista de su aérea autoafirmación, mantenga su sentido del espectáculo gracias a la precisa, si bien no especialmente inventiva, caracterización de su fauna animada. Una caracterización que respeta esas convenciones que, en los cuarenta, el propio Walt Disney cuestionó... en Río de Janeiro. (Jordi Costa)

Recomendada (con reservas).



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