sábado, 28 de mayo de 2011

Piratas del Caribe: En mareas misteriosas (Rob Marshall, 2011)



Título original: Pirates of the Caribbean: On stranger tides. Dirección: Rob Marshall. País: USA. Año: 2011. Duración: 137 min. Género: Aventuras.

Guión: Ted Elliot, Terry Rossio (basado en la novela de Tim Powers). Fotografía: Dariusz Wolski. Montaje: David Brenner, Wyatt Smith. Música: Hans Zimmer. Diseño de producción: John Myhre. Vestuario: Penny Rose. Producción: Jerry Bruckheimer.

Nominada a Mejores efectos animados en película no animada en los Premios Annie 2011. Presentada en la Sección oficial (fuera de competición) del Festival de Cannes 2011.

Fecha del estreno: 20 Mayo 2011 (España).

 

Reparto: Johnny Depp (capitán Jack Sparrow), Geoffrey Rush (Héctor Barbossa), Penélope Cruz (Angélica), Ian McShane (Barbanegra), Kevin R. McNally (Gibbs), Astrid Bergès-Frisbey (Syrenia), Sam Claflin (Philip Swift), Stephen Graham  (Scrum), Tamayo Perry (pirata), Gerad Monaco (oficial español), Óscar Jaenada (el español), Paul Bazely (Salaman), Deobia Oparei (pirata artillero), Keith Richards (capitán Teague).

 

Sinopsis:

4ª entrega de la saga del capitán Jack Sparrow. Cuando Sparrow vuelve a encontrarse con una mujer a la que había conocido años atrás, no está seguro de si se trata de amor o si ella es una estafadora sin escrúpulos que lo está utilizando para encontrar la legendaria Fuente de la Juventud. A todo esto, Jack es capturado por el Queen Anne's Revenge, el barco del temible pirata Barbanegra, que lo obliga a unirse a su tripulación, lo que le hará vivir una inesperada aventura en la que no sabe quién le inspira más miedo si Barbanegra o esa mujer que regresa del pasado.

 

Comentarios:

En la obra literaria del norteamericano Tim Powers, la fantasía siempre es la nota a pie de página que se cuela en las grietas de la Historia para acabar explicándolo todo, para descifrar, en definitiva, la estructura profunda de lo real. En sus manos, el Cristianismo y el Islam se han enfrentado por la conquista de una cerveza oscura, Lord Byron y Percy B. Shelley han alternado con lamias y los horrores lovecraftianos han recorrido la Guerra Fría. En Costas Extrañas, publicada en 1987, fue su particular ejercicio sobre el imaginario de la novela de piratas: en ella, Barbanegra partía en busca de la Fuente de la Eterna Juventud entre duelos mágicos, ritos vudú, mutaciones vegetales y muertos vivientes.

Entre los lectores de Powers hubo quien se maliciaba que la franquicia Piratas del Caribe había tomado En Costas Extrañas como algo más que una referencia lejana. Esta cuarta entrega (que, en buena medida, es un cambio de tercio y refundación de la saga, con relevo de presencias secundarias y cambio de director incluido) hace explícito el tributo en sus títulos de crédito (el guión no adapta la novela, sino que está sugerido por la novela) en lo que parece antes un acuerdo legal para tapar el marrón que un acto de justicia poética.

Algunas poderosas imágenes de En Costas Extrañas ya habían sido explotadas en la trilogía dirigida por Gore Verbinski (director con mayor fulgor poético y mayor cuidado en las texturas plásticas que su relevo) y, por tanto, poco queda de la inspiración literaria en este trabajo que supone una estimable prolongación de la saga, sin mayores ambiciones aparentes que establecer una razonable continuidad.

De nuevo, la libre lógica del serial cinematográfico es suplantada por la mecánica lógica del videojuego, pero la aparatosidad de la maquinaria deja, a su paso, algunas imágenes perdurables: Barbanegra usando sus poderes sobrenaturales para ahorcar a su tripulación, los estantes con barcos embotellados y, sobre todo, esas sirenas que manejan las algas como si fueran látigos proporcionan los grandes momentos de una aventura que no llega a desembarazarse de lo que implica la base de su inspiración –una atracción (sobresaliente) de parque temático- y no llega a rendirse a la liberadora dinámica de su intermitente locura. Piratas del Caribe 4 pasaría de espectáculo generoso y satisfactorio a algo más si, por decirlo de algún modo, a Rob Marshall le interesaran más las lágrimas de sirena encadenada que las cucamonas de Sparrow/Depp y Angélica/Cruz. (Jordi Costa)

No Recomendada.




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