Título
original: Sobre todo de noche. Dirección: Víctor
Iriarte. País: España. Año: 2023. Duración: 108 min. Género:
Drama, Cine Negro.
Guión: Isa Campo, Víctor
Iriarte, Andrea Queralt. Música: Maite
Arroitajauregi. Fotografía: Pablo
Paloma. Producción: Atekaleun Films, cSc Films, La Termita Films,
Ukbar Filmes, 4A4 Productions.
Sección Oficial del
Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF 2023). Sección Oficial del Festival
de Cine de Valladolid (SEMINCI 2023).
Fecha del estreno: 1 Diciembre 2023 (España).
Reparto:
Soya Kurokawa (Minato), Hiiragi Hinata (Eri),
Sakura Ando (Saori), Eita Nagayama(Hori), Mitsuki Takahata (Hirona), Akihiro
Kakuta (Shoda), Shido Nakamura (Kiyotaka), Yûko Tanaka (Fushimi).
Sinopsis:
Cuando Vera (Lola Dueñas)
era joven, no pudo hacerse cargo de su hijo y tuvo que darlo en adopción.
Cuando Cora (Ana Torrent) era joven, su médico le dijo que no podría tener
hijos y que sólo adoptando podría formar una familia. Ambas comparten esa
experiencia de haber sido madres de un niño llamado Egoz (Manuel Egozkue).
Ahora, ambas mujeres se reencuentran en Portugal para repasar la historia de
sus vidas y reescribir sus destinos.
Comentarios:
En una clasificación quizá un tanto restrictiva, el cine se podría dividir entre las películas de sensación inmediata y las de sedimentación lenta. Ni que decir tiene que las segundas son más difíciles de ver, de entender y de admirar. Pero, cuando se logra agarrarlas, si es que se llega a la cima, la satisfacción suele ser doble. Sobre todo de noche, debut en la dirección de largometrajes de Víctor Iriarte, pertenece al segundo grupo.
Recordando al Roberto Bolaño de Amuleto, Iriarte comienza su ópera prima con una frase sobreimpresionada en la pantalla que la presenta como una historia de terror, como un relato policiaco y como un retrato de serie negra. “Pero no lo parecerá”, se advierte. Y tanto, que no lo parecerá. Los espectadores que vayan buscando justo lo que se dice de ella se quedarán a cuadros, porque no lo es. Al menos, en su superficie. Y la verdad de la frase está tan escondida que pocos la encontrarán. Eso sí, el que la descubra, se adentre en su juego artístico y capte su difícil lenguaje cinematográfico, quedará saciado.
En lo que sí lleva una meridiana razón la frase inicial es que Sobre todo de noche es la historia de “un crimen atroz”: un caso de robo de bebés en los últimos años del franquismo. Aunque contado del modo más insólito, creativo y arriesgado. También pretencioso, y a veces, incluso caprichoso. Iriarte pertenece a la órbita estilística del centro cultural donostiarra Tabakalera, donde ejerce de programador, y de la escuela de cine Elías Querejeta, de la que fue uno de sus fundadores y forma parte de su consejo académico. Y ambas cosas se notan a distancia sideral. El que haya visto los cortometrajes surgidos de la escuela sabrá que la inmensa mayoría se ciscan en el relato, y apuestan por un tipo de narración y de lenguaje que huye de cualquier convencionalismo. Como no podía ser de otra forma, los hay buenos, regulares y malos. Y asunto distinto sería estudiar si buena parte de ellos no están siendo convencionales en el anticonvencionalismo, porque todos se acaban pareciendo demasiado.
Iriarte aplica a su película un extraño y a veces encantador tratamiento del espacio y del tiempo, que en no pocos momentos parece enlazar con el estilo de Chantal Akerman. Su película es anticine social y anticine político, pues está más cerca del ensayo con sus encuadres poco usuales, sus enormes silencios, su poesía visual y textual, los momentos documentales con imágenes de la Transición política española hacia la democracia, y la vehemente banda sonora original de Maite Arroitajauregi. Las historias están ahí: la de venganza y rabia de una madre a la que dijeron que su bebé había muerto; la del reencuentro, y la de otra madre que lo recibió sin saber nada de la primera, y que lo ha criado con amor. Pero subyacen más que aparecen, entre la huida completa de lo melodramático, lo social y lo criminal, y asentándose en una inclasificable fusión de géneros, en al menos tres digresiones musicales aparentemente gratuitas aunque encajan bien en el salto al vacío que es la película, y en un estilo epistolar que carga la narración de voces en off.
Cuando llega el último trecho, el del reencuentro, en un tercer acto con más diálogo, la fuerza de las excelentes actrices Lola Dueñas y Ana Torrent otorga carne emocional a lo que hasta entonces estaba más en el terreno de la experimentación artística. Pero a esa cima los más despistados y perezosos (o quizá concienzudos) no llegarán. Se habrán quedado en el camino, y este crítico estuvo varias veces a punto. Sobre todo de noche es como si Manoel de Oliveira, canción portuguesa incluida, hubiera compuesto un thriller sobre el lado más oscuro de la Transición política española. Los más cinéfilos, y esta película es para los muy cafeteros, entenderán perfectamente la frase. Y sabrán si la aventura les puede interesar, repeler o deslumbrar. (Javier Ocaña)
Recomendada.
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