lunes, 17 de octubre de 2011

Nader y Simin, una separación, en cartelera



Título original: Jodaeiye Nader az Simin. Dirección y guión: Asghar Farhadi. País: Irán. Año: 2011. Duración: 123 min. Género: Drama. Producción: Asghar Farhadi. Música: Sattar Oraki. Fotografía: Mahmuoud Kalari. Montaje: Hayedeh Safiyari. Diseño de producción: Keyvan Moghaddam. Estreno en Irán: 16 Marzo 2011. Estreno en España: 7 Octubre 2011.
Intérpretes: Peyman Moaadi (Nader), Leila Hatami (Simin), Sareh Bayat (Razieh), Shahab Hosseini (Hodjat), Sarina Farhadi (Termeh).

Sinopsis:
Nader y Simin son un matrimonio que, junto a su hija Termeh, deciden abandonar Irán en busca de una vida mejor. Cuando todo está casi preparado, sin embargo, él se echa atrás por temor a abandonar a su padre, a quien le han diagnosticado Alzheimer. Ella, disgustada, decide pedir el divorcio y, al no serle concedido, se muda a vivir con sus padres. Las cosas se complicarán cuando Nader, quien se queda con la niña, decida contratar a una mujer para ayudarle con el cuidado de su padre. Un buen día, al llegar a casa, se encontrará al anciano atado a la mesa y, a partir de ahí, todo dará un vuelco en su vida y en la de la pequeña Termeh.

Sarina Farhadi


Calificación: 9, Magnífica.
Lo mejor de la película: Fahardi nos abre una ventana donde podemos observar, por unos instantes, determinados aspectos de cómo es la sociedad iraní, su cultura, su moral, su religión, su justicia, etc. Y todo ello sin ningún tipo de maniqueísmo. Le sale un fresco formidable con una realización impecable. Esto lo consigue, en gran medida, gracias a todos los intérpretes, destacando la joven Sarina Farhadi, hija del propio director. La joven Termeh nos muestra sus sentimientos en silencio, algo muy difícil de hacer (obsérvese la secuencia final de la película). Hay tantas secuencias memorables que sería difícil destacar alguna, pero la secuencia en la que la cuidadora del enfermo de Alzheimer duda en lavar al pobre anciano por cuestiones morales-religiosas y llama por teléfono para preguntar si eso es pecado, es algo impresionante, sobre todo por lo que supone de choque con respecto a nuestra cultura. Corred a verla, antes que la quiten.  
Lo peor de la película: Poco hay que decir aquí, quizás le sobren algunos minutos.

Trailer de la película:


1 comentario:

  1. Ha sido tal vez la película que más me ha gustado este año. Es increíble que el cine en Irán esté dando estos resultados con la situación social y política que sufre. A veces tiene uno la sensación de que la necesidad del arte por evadir la censura, las amenazas y los obstáculos hace que alcance mayor calidad.
    Estoy de acuerdo contigo en que la mirada silenciosa de la hija roza la maestría; parece una especie de ángel que juzga desde el silencio, como si, en última instancia, toda la pureza de la ética se atesorase en esta mirada, aún no corrompida por los intereses de la vida adulta que conducen inevitablemente a la mentira con el fin de ocultarse y protegerse (como hacemos todos en la vida de un modo u otro), y que quedan en evidencia ante la pureza moral de la niña. Tan solo intentó mentir una vez, cuando estuvo delante del juez, para proteger a su padre, pero fue incapaz.
    Me impresionó la capacidad del director para mantener una tensión extrema en todas las secuencias sin resultar forzado. Todas las escenas fluyen con una lógica y una coherencia asombrosas, de manera natural y resultando siempre verosímiles, algo de enorme mérito teniendo en cuenta la complejidad de la trama. Los actores, todos, bordan el papel. ¿Cómo lo hacen? ¿De dónde salen estos actores? En estos casos uno nunca sabe cuánto es mérito del director y cuánto lo es del actor; supongo que al 50%. Solo se explica una interpretación como la de la niña si la dirige su padre, que la conoce de toda la vida, de otro modo es imposible.
    Otro aspecto que me ha llamado mucho la atención es el hecho de que ninguno de los protagonistas es el malo de la película. Estamos acostumbrados a la presencia del “maligno”, es decir, ese antagonista malvado que se enfrenta al actor principal y que suele ser el acicate de las tensiones. Aquí, por el contrario, ninguno es ni bueno ni malo, son personas humanas, con sus defectos, como todo el mundo, y que tratan de solventar una situación tremendamente conflictiva que se les ha presentado, con la clara convicción cada uno de ellos de que lleva razón. Además, entendemos con absoluta claridad los motivos de todas las partes en conflicto. Es decir: todos son víctimas, como suele suceder en la vida real.
    Junto con la niña a lo largo de toda la película, la secuencia que más me ha gustado es una de las últimas, cuando Nader obliga a jurar ante el Corán a la mujer de estar segura de que él es el responsable de su aborto. El diálogo que se produce a raíz de esto entre ella y su marido en el interior de la casa, cuando le explica lo del accidente y de que realmente no está segura, por lo que no puede jurar, me parece asombroso. Este tipo de recursos cinematográficos solo los pueden tener los países árabes.
    Un saludo, Galo.

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