El 30 de septiembre de
1955, James Dean se estrellaba con su porshe en Paso Robles, California. Moría
como a él le hubiera gustado, casi instantáneamente y sin haber cumplido
todavía los veinticinco años.
Su corta biografía se
resume en el esfuerzo constante de ser diferente, de huir del porvenir gris y
aburrido de la granja de Fairmont o de la escuela de abogacía de Santa Mónica.
“No renuncio a la creación artística, tengo la intención de consagrar a ella mi
vida”, dijo una vez en el colegio cuando tenía sólo diecisiete años.
Los comienzos fueron
duros, sobre todo cuando en 1951 decide trasladarse a Nueva York, arriesgándolo
todo. Serán días de soledad, de indecisión, de miedo, de trabajos mal pagados y
de cuartos de pensión. Pero Dean insiste, y poco a poco va haciéndose un nombre
gracias a los programas de televisión y luego al teatro.
“Graben en su memoria el
nombre de Jean Dean”, aconsejaba la revista Variety, y algo así debió hacer el
director Elia Kazan, porque al poco tiempo decidió que el joven Dean debía ser
el protagonista de Al este del Edén. El triunfo fue apoteósico, pero se vería
aumentado con Rebelde sin causa, donde la identificación entre actor y
personaje era ya total.
Gigante fue su última
película, pero Jimmy no pudo verla acabada. Dean rehuyó fiestas y fotógrafos y
rompió con la imagen del galán de cine como eterno conquistador. Tuvo sólo un
gran amor, Pier Angeli, un ser tan débil y atormentado como él, pero su
verdadera compañía fueron amigos como Tab Hunter y Sal Mineo.
Prefigurando la imagen
actual del anti-divo, Dean mantuvo siempre oculta su vida privada y sólo años
después de su muerte empezamos a conocer detalles sorprendentes gracias a las
memorias del que fue su mayordomo.
Jean Dean, en contra de
lo que la leyenda propagó, murió realmente en el accidente de Paso Robles.
Quizá esa muerte era la única solución a su deseo de ser siempre un eterno
adolescente.
Filmografía.
·
1951: ¡Vaya par de marinos!; Fixed Bayonets.
·
1952: Has Anybody Seen My Gal?
·
1955: Rebelde sin causa; Al este del Edén.
·
1956: Gigante.
Y para recordarlo, os
vamos dejar con una maravillosa secuencia de “Al este del Edén” (Elia Kazan,
1955), junto a Julie Harris. La belleza de las imágenes nos habla por sí mismas.
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