La noche del 5 de agosto
de 1962, Marilyn Monroe, el rostro más popular de América, moría víctima de una
sobredosis de Nembutal.
La rubia insinuante del
calendario, la mujer que había decorado bares, tiendas y talleres, y cuyo
cuerpo había elevado Hugh Heffner a la categoría de sex-symbol nacional al
elegirlo como estrella del primer número de Playboy, iba a morir sola, tras
intentar localizar telefónicamente a Bob Kennedy.
Acababa de cumplir 36
años, y una nube de misterio, silencio y conspiración envuelve su final. ¿Quién
mató a Norma Jean?
Hija ilegítima, conoció
orfelinatos y hogares adoptivos. Un fotógrafo que hace un reportaje sobre la
industria de paracaídas se fija en ella, y ahí se inicia su carrera hacia la
fama. Los primeros papeles son cortos, intrascendentes, pero el público
comienza enseguida a fijarse en aquella rubia impresionante.
John Huston le ofrece su
primera gran oportunidad en La jungla de
asfalto. Luego será la esposa infiel en Niágara,
la incompetente secretaria de Cary Grant en Me
siento rejuvenecer, la seductora miope en Cómo casarse con un millonario, la enamorada de las joyas en Los caballeros las prefieren rubias, la
dulce cantante en Con faldas y a lo loco,
la mujer desgarrada en Vidas rebeldes,…
Admirada por príncipes y
presidentes, deseada por millones de espectadores, Marilyn no encontró nunca la
estabilidad sentimental que tanto ansiaba y sus cuatro matrimonios acabaron en
divorcio. Ni el sencillo Joe Di Maggio ni el pigmalión Arthur Miller consiguen
que la felicidad de la actriz dure más de algunos meses.
Tímida, introvertida,
insegura, intentará romper el molde que Hollywood le ha impuesto y ser una
actriz de verdad, para lo que asiste como una alumna más a los cursos de Lee
Strasberg en New York. Pero la presión de productores, críticos y periodistas
del corazón, va a ser superior a sus fuerzas. Era demasiado hermosa, demasiado
complicada, y sólo pudieron amarla los que únicamente podían verla reflejada en
una pantalla. Por desgracia esto no bastó.
Una vez dijo: “Una carrera es una cosa maravillosa, pero no
sirve para acurrucarse contra ella una noche de frío”.
Filmografía esencial.
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1947: You were meant for me; Scudda Ho!;
Dangerous years.
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1948: Ladies of the chorus.
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1949: Amor en conserva.
·
1950: A ticket to Tomahawk; Right cross; La
jungla de asfalto; Eva al desnudo; The fireball.
·
1951: Let's make it legal; Love nest; As young
as you feel; Home town story.
·
1952: Encuentro en la noche; Niebla en el alma;
No estamos casados; Cuatro páginas de la vida; Me siento rejuvenecer.
·
1953: Niágara; Los caballeros las prefieren
rubias; Cómo casarse con un millonario.
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1954: Río sin retorno.
·
1955: Luces de candilejas; La tentación vive
arriba.
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1956: Bus Stop.
·
1957: El príncipe y la corista.
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1959: Con faldas y a lo loco.
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1960: El multimillonario.
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1961: Vidas rebeldes.
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1962: Something's Got to Give (inconclusa).
Para recordarla os
dejamos con una secuencia de “Los
caballeros las prefieren rubias (1953)”, de Howard Hawks. En esta ocasión,
Marilyn nos deleita cantando una legendaria canción: "Diamonds are a girl´s best friend" (Los diamantes son el mejor
amigo de una chica). A disfrutar, mitómanos.
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