miércoles, 28 de julio de 2021

Falling (Viggo Mortensen, 2020)

 

Título original: Falling. Dirección: Viggo Mortensen. País: Canadá. Año: 2020. Duración: 112 min. Género: Drama.  

Guión: Viggo Mortensen. Fotografía: Marcel Zyskind. Música: Viggo Mortensen. Montaje: Ronald Sanders. Maquillaje: Julia Valente. Vestuario: Vincent Sullivan. Casting: Deirdre Bowen. Producción: Viggo Mortensen, Daniel Bekerman, Chris Curling.

Presentada en Festival de Sundance 2020 (noche de clausura).

Estreno en Sevilla: 2 Octubre 2020

 

Reparto: Sverrir Gudnason (Willis (23-43 años)), Lance Henriksen (Willis (75 años)), Terry Chen (Eric), Hannah Gross (Gwen), Carina Battrick (Sarah (4-6 años)), Ava Kozelli (Sarah (11años)), Laura Linney (Sarah (45 años)), Gabby Velis (Mónica), Bracken Burns (Jill), Grady Mckenzie (John (4años)), Etienne Kellici (John (9-11 años)), Viggo Mortensen (John (50años)), Laura Linney (Sarah (45 años)), Gabby Velis (Mónica), Bracken Burns (Jill), Grady Mckenzie (John (4años)), Etienne Kellici (John (9-11 años)), William Healy (John 16 años), Viggo Mortensen (John (50años)), Ella Jonas Farlinger (Paula), Piers Bijvoet (Will), David Cronenberg (Dr. Klausner), Paul Gorss (Dr. Solvei), William Healy ((John 16 años)).

 

Sinopsis:

John Petersen vive con su novio Eric y la hija adoptiva de ambos en el sur de California. Su padre Willis (Lance Henriksen) un granjero tradicional y conservador de 80 años, decide viajar a Los Ángeles y quedarse en casa de John mientras busca el lugar idóneo para jubilarse. Una vez todo juntos, dos mundos muy diferentes colisionan. Willis muestra señas de estar perdiendo la cordura, y su peculiar forma de ser, tan divertida como dañina para algunos miembros de la familia, saca a relucir heridas del pasado y de años de desconfianza entre sus allegados.

 

Comentarios:

Si alguien espera 62 años para estrenarse como director, una de dos: o tiene algo nuevo que decir o es lo de siempre, pero más alto. Descartada la primera opción, por ingenua, queda la segunda, por estrepitosa. Y ahí, sin duda, “Falling”, una película tan consciente del ruido que la impulsa; tan feliz del caos que la alimenta; tan arrebatada en cada uno de sus gestos, que antes que simple película se diría campo de batalla. El debut a la dirección del que es, y no necesariamente por este orden, poeta de verso libre, pintor abstracto, músico experimental, fotógrafo analógico, viajero políglota, hincha del San Lorenzo de Almagro, editor de rarezas, activista político desconsolado y hasta actor metódico tenía por fuerza que estar a la altura del desarreglo, digámoslo así, de personalidad artística. Y lo está.

Caótica, anárquica, violenta y tan cerca por momentos del melodrama clásico como lejos de cualquier narración también clásica estructurada en tres actos, “Falling” es una película pensada para desconcertar desde un tiempo por fuerza desconcertante. La cinta narra las industrias y andanzas de una familia canadiense tan peculiar como perfectamente verosímil. En el centro, la relación de un padre misógino, brutal, homófobo, machista y muy cerca de la demencia, y un hijo liberal, conciliador, gay y de una sensatez a un paso de la simple locura. El primero es un Lance Henriksen desproporcionadamente genial y el segundo, el propio Mortensen. El relato avanza y retrocede en una espiral de recuerdos y emociones que no atiende a más lógica que su propia y necesaria insensatez. Lejos de “Falling” el cargante estándar de una línea temporal salpicada de flashbacks explicativos.

La película avanza, como decíamos, muy atenta al estruendo que levanta. La sensación que provoca es la de un remolino que absorbe el relato como si se tratara del mismísimo Maelström. En la ausencia de normas, en su desprejuiciada y feliz renuncia a los códigos (de lo pretendidamente refinado a lo más obviamente vulgar, todo cabe), es donde la cinta acaba por encontrar un extraño acomodo tan personal e intransferible como seductor. Se trata en definitiva de incomodar; de taponar los oídos incluso. Nada es ajeno a un filme que por no evitar no deja pasar la ocasión para un chiste escatológico con el propio David Cronenberg en el papel de proctólogo.

Nada más nacer el hijo, no necesariamente deseado, el padre le pide disculpas por traerle al mundo. Y es esa bienvenida con aspecto de maldición la que da la pauta. La idea es investigar el lazo que, a pesar de todo y contra todo, une a un padre y a un hijo en un universo feroz y desconsoladamente machista. Henriksen encarna la figura patriarcal que hace del abuso su manera de estar en el mundo y de incluso de amar. De amar mal, pero amar al fin y al cabo. Su brutalidad es su defensa y su condena. Cuando le alcance la demencia senil, entonces todo juicio moral queda suspendido. La responsabilidad se diluye en la más evidente enfermedad.

“Falling” evita recetas. Su objetivo no es tanto el personaje particular del padre como la figura mucho más abstracta e inasible del patriarcado, del padre como institución y rémora. “Falling” hace suyas cada una de las dudas de sus personajes y las convierte en materia misma narrativa y cinematográfica. “Falling” es la película de un debutante que siempre se ha negado, independientemente de la ocupación u oficio, a dejar de ser debutante. “Falling” es puro y feliz ruido. Que también es furia. (Luis Martínez)

Recomendada.



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