Título original: Deprisa, deprisa. Dirección: Carlos Saura. País: España. Año: 1981. Duración: 98 min. Género: Drama, Cine Quinqui.
Guión: Blanca Astiasu (basado en una historia de Carlos Saura). Fotografía: Teodoro Escamilla. Música: Varios (destaca el tema de Los Chunguitos “Me quedo contigo”). Montaje: Pablo G. del Amo. Efectos especiales: Reyes Abades. Sonido: Bernardo Menz. Producción: Elías Querejeta.
Oso de Oro a la Mejor Película en el Festival de Berlín 1981.
Estreno en España: 30 Marzo 1981
Reparto: Berta Socuéllamos Zarco (Ángela), José Antonio Valdelomar (Pablo), Jesús Arias Aranzueque (Meca), José María Hervás Roldán (Sebas), María del Mar Serrano (María), Consuelo Pascual (abuela de Pablo), Lucio Fernández Felipe (Julio).
Sinopsis:
Pablo, "el Meca", "el Sebas", y Ángela son cuatro muchachos que quieren escapar del ambiente marginal en el que viven. Para ello, necesitan conseguir dinero, aunque no están dispuestos a trabajar durante años para poder ahorrar. Ellos sólo piensan en conseguirlo rápidamente y en vivir deprisa.
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Veinte años después de su primer filme, Los golfos, Carlos Saura mira de nuevo a un grupo de jóvenes suburbiales. El jurado del Festival de Berlín, que concedió el Oso de Oro a Deprisa, deprisa, supo ver con certeza el arrojo de Saura al trazar un cortante y amargo retrato de unos personajes abocados al desamparo, marcados por la lacra de la droga y ahogados en la asfixia social. Saura atrapa con suma veracidad un retazo de unas vidas que bien pudieran ser las de tantos otros.
La película, habitualmente encuadrada en el cine quinqui de los años setenta y ochenta, conoció su estreno el 30 de marzo de 1981, pero José Antonio Valdelomar, su protagonista, no acudió al evento. Le habían detenido el día 11 de aquel mismo mes por el robo de un banco en la calle Ríos Rosas de Madrid, de donde un colega y él habían sustraído 167.000 pesetas. La pareja de atracadores se había dado a la fuga “¡deprisa, deprisa!”, pero acabó empotrándose contra otros coches en pleno Paseo de la Castellana, después de robar un taxi a punta de pistola y de la posterior persecución de la policía por las calles del centro de la capital. Entre los agentes de la detención se encontraba el desgraciadamente famoso José Antonio González Pacheco, alias 'Billy el Niño'.
Valdelomar, elegido por Saura y el equipo de producción de Elías Querejeta tras un casting por barrios de la periferia madrileña con el que se pretendía la mayor verosimilitud posible, era heroinómano, se siguió drogando durante el rodaje frente al desconocimiento de los responsables de la película y consiguió dotar a su personaje de una dimensión fascinante en lo cinematográfico.
El 4 de agosto, apenas cuatro meses después, Jesús Arias, otro de los protagonistas de la cinta, también fue detenido como autor del robo de una caja de ahorros madrileña, de donde se llevó un millón de pesetas junto a un compañero, armados con una escopeta recortada y una pistola Astra.
Después de una vida a caballo entre la cárcel y la libertad, Valdelomar, enfermo de sida y con 34 años, murió el 11 de noviembre de 1992 en la prisión de Carabanchel a causa de una sobredosis. Galardonada con el Oso de Oro del Festival de Berlín, Deprisa, deprisa es hoy, aparte de una gran película, un documento sociológico y musical de mayúscula importancia en la historia de este país.
En el estreno de la película, Deprisa, deprisa en Berlín, Carlos Saura manifestó que no tuvo la intención de hacer un documento sociológico sobre la juventud suburbana, la delincuencia juvenil o la marginación social. La película era ficción, una historia de amor entre jóvenes y su forma de vivir deprisa en el cinturón industrial de una ciudad determinada, en su caso Madrid. Saura quiso reflejar una forma de vida, sin imponer una moral a los personajes y hechos que recogía su película. En este sentido fue aplaudida la película en Berlín, donde la crítica destacó la fuerza y la verdad de unas imágenes que seguían la vida de cuatro adolescentes. Durante la preparación de la película, Saura conoció los ambientes de los barrios periféricos de Madrid y durante dos meses realizó pruebas con vídeo entre la gente joven que los habitaba, hasta concretar los actores naturales que intervendrían en su filme. El rodaje se realizó en el verano de 1980 en diversas calles, discotecas y paisajes de Madrid. La naturalidad de los desconocidos intérpretes fue una de las aportaciones de la película, y la misma frescura de la pareja protagonista impresionó al público berlinés. En aquella ocasión los protagonistas declararon que el cine había llegado por casualidad y de la misma forma se marchaba de sus vidas.
Recomendada.
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