Título original: Une nouvelle amie. Dirección: François Ozon. País: Francia. Año: 2014. Duración: 107 min. Género: Drama. Guion: François Ozon; adaptación libre del relato “The new
girlfriend”, de Ruth Rendell. Producción: Eric Altmayer y Nicolas Altmayer. Música: Philippe Rombi. Fotografía: Pascal Marti. Montaje: Laure Gardette. Estreno en España: 15 Mayo 2015.
Intérpretes: Romain Duris (David / Virginia), Anaïs
Demoustier (Claire), Raphaël Personnaz (Gilles), Isild Le Besco (Laura), Aurore
Clément (Liz).
Sinopsis:
Es la historia de dos mujeres, amigas de la infancia. Las dos se casan y
una tiene un bebé. Al poco tiempo, la madre enferma gravemente, le hace
prometer a su amiga que cuidará del bebé y a su marido. Después de su muerte,
la amiga decide ir a visitar al padre y al bebé, pero le espera una tremenda
sorpresa.
Comentarios:
François Ozon presentó esta cinta en la sección oficial del último
Festival de San Sebastian, aunque su paso por el festival no tuvo ninguna
repercusión. Lo mismo le ocurrió con sus dos nominaciones a los premios Cesar
2014 (Mejor actor –Duris- y Vestuario) yéndose de vacío.
Ozón es un director hiperactivo, le ocurre lo mismo que a Woody Allen,
película por año, todavía recordamos la magnífica obra que nos presentó hace
dos años “En la casa”. Según el crítico Luis Martínez con esta nueva
propuesta su director se sumerge en una investigación entre divertida y ácida
de la feminidad. Más concretamente, de la feminidad del hombre.
Un hombre pierde a su mujer poco después de tener un hijo. Como le gusta
vestirse de mujer, decide, empujado por las circunstancias, ser madre, padre y
todo lo demás. "Me interesaba investigar en la confusión. La gente no sabe
qué es un travesti, qué un gay, si los primeros son heterosexuales u
homosexuales...", dice el director convencido de haber hecho una película
tan política como pedagógica.
Y tiene razón. 'Une nouvelle amie' es todo junto: políticamente correcta
e incorrecta; drama y comedia; instructiva y muy mal educada. A un lado la
confusión de un final necesariamente confuso, por el camino queda la brillante
interpretación de Roman Duris y la soltura de una cinta tan desenfadada como
irresistible. Todo ello, sin exagerar, eso sí.
Lo que sí podemos asegurar es que Ozón nunca aburre.
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