Manuel Molina (Ceuta, 1948), compositor,
guitarrista y cantaor, impulsor del flamenco fusión con su inigualable pareja
Lole, falleció recientemente en Sevilla.
El cantaor, al que le habían diagnosticado un
cáncer hace apenas unos meses, se negó a recibir ningún tipo de tratamiento. Su
última voluntad fue cantar y morir en un teatro. Hace apenas unas semanas su
hija la cantante Alba Molina, con la que también formó pareja artística,
preparó un concierto homenaje en el que estaba previsto que participara lo más
granado del flamenco gitano, incluida su exesposa la cantaora Lole Montoya,
pero tuvo que suspenderse al agravarse el estado de salud del músico. Con su
muerte, desaparece una de las figuras fundamentales del flamenco.
El productor de Manuel Molina en los
numerosos trabajos que realizaron Lole y Manuel o el cantaor en Smasch, Ricardo
Pachón, señala: "Escuchar al Tío Manuel es aprender las claves más
misteriosas del modo gitano de entender la vida y vivir la música. Sutiles mensajes
de apertura pero, como dijo Paco de Lucía, sin apartarse del viejo tronco
flamenco. Haber creado un “toque” personal por bulerías, como los Parrilla o
los Moraos. Haber incorporado una nueva poesía al flamenco. Componer para la
voz más sublime. Y sigue siendo una humilde fuente de verdad y sabiduría. Un
ser querido dentro y fuera de la música".
Desde nuestra familia cinéfila, lo recordamos
en su participación en la bellísima película que dirigió Carlos Saura hace 20
años, en 1995, titulada “Flamenco”. Hoy volvemos a recordar su bella actuación,
junto a su compañera Lole. Descanse en paz.
Paco; precioso el artículo sobre MANUEL, lleno de sentimiento. Seguro que donde esté se encontrará con Paco de Lucía, Lola Flores...y muchos más ¡Menuda juerga se van a montar!
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