La fatídica madrugada del 15 de abril de
1912, el Titanic, el mayor buque jamás construido por la mano del hombre, se
hundió en las gélidas aguas del Atlántico Norte tras impactar contra un
iceberg, llevándose con él la vida de 1495 personas. El mundo entero se
conmocionó al conocer la terrible noticia.
100 años después, Titanic the Exhibition,
compuesta por cerca de 200 objetos originales del Titanic y numerosas
reproducciones a tamaño real de sus estancias interiores, atraca en el Pabellón
de la Navegación de Sevilla.
Emotiva y apropiada para todas las edades, la
exposición nos sumerge en un inolvidable viaje al pasado a través del cual se
puede conocer cómo fue la efímera vida a bordo del transatlántico; desde su
concepción y construcción hasta el estado actual de los restos, a casi 4
kilómetros de profundidad en el lecho marino.
Recorriendo las ocho salas que conforman la
que es la exposición itinerante más visitada del mundo, conocerás, además, en
primera persona, las innumerables historias de heroísmo que tuvieron lugar
abordo, como la de Molly Brown, y la dimensión más humana de la tragedia
vivida, como nunca antes.
Amigos de Linterna Mágica a punto de entrar en el Titanic |
La leyenda del Titanic comenzó durante una
noche de verano de 1907 en una mansión de Londres, Reino Unido. Fue entonces
cuando Lord James Pirri, de los astilleros Harland and Wolf, planeó junto a J.
Bruce Ismay, director gerente de la compañía naviera White Star Line, la
construcción de los tres más barcos más grandes y majestuosos del mundo: el
Olimpic, el Titanic y el Gigantic (que pasaría a llamarse Britannic tras la
tragedia del Titanic).
Los buques de Ismay y Pirrie constarían,
además, de una tercera clase para viajar y, a un tiempo, harían gala de un lujo
inimaginable; algo que nunca había sucedido en la historia de los
transatlánticos de vapor hasta el momento. Sus interiores podrían competir y
superar, con creces, a los mejores hoteles y restaurantes y serían tan seguros
que podrían declararse “prácticamente insumergibles”, gracias a un novedoso
sistema de puertas estancas instalado en los barcos.
La construcción del "buque de los
sueños" comenzó el 31 de mayo de 1909 y pronto, incluso antes de zarpar,
comenzó a convertirse en leyenda.
Y es que el Titanic poseía, entre otras, las
comodidades de las que muchos de sus pasajeros nunca habían disfrutado, ni
siquiera en sus hogares, como luz eléctrica y estufas en todas las
habituaciones.
Aún así, las ceremonias que muchos pensaron
que tendrían lugar en la botadura del Titanic, el 31 de mayo de 1911, no
ocurrirían jamás. Era el número dos y, a pesar de que era un día festivo en
todo el país, la sombra de su buque gemelo había eclipsado nuevamente al
Titanic. Un almuerzo y una posterior cena para los invitados más distinguidos
fue todo lo que ocurrió. Después, todo el mundo se fue a casa.
El Titanic estaba listo para zarpar de
Belfast el 1 de abril 1912, pero debido al mal tiempo existente la salida tuvo
que retrasarse hasta el día siguiente. El 3 de abril, el buque llegaba al
puerto de Southampton permaneciendo allí una semana para el abastecimiento de
provisiones: 40 bueyes, 130 cerdos, 150 pavos, 35.000 huevos, 5 toneladas de
verduras, 12.000 botellas de agua mineral, etc.
A las 12:00 del mediodía, el 10 de abril de
1912, llegó el momento de zarpar. El Titanic atracó primero en Cherburgo,
Francia, y luego en Queenstown, Irlanda. Tras recoger pasajeros en ambas
ciudades, llegó el momento de izar las anclas, de que las hélices comenzaran a
girar lentamente y de, finalmente, comenzar el viaje transatlántico con destino
Nueva York.
Los tres primeros días abordo transcurrieron
sin incidentes. Así, a pesar de que el Titanic había recibido cinco
advertencias de hielo a lo largo del 14 de abril, el capitán Edward Smith
decidió no reducir la velocidad y continúo su marcha a 21 nudos.
Poco antes de la medianoche del 14 de abril,
los pasajeros disfrutaban de una agradable, aunque fría, noche abordo. No había
viento, el mar estaba en calma y el cielo estrellado, aunque sin luna,
iluminaba suavemente el océano.
Fue entonces cuando los vigías avistaron un
enorme iceberg que se desplazaba a la deriva, en dirección al Titanic… El
Primer Oficial, William Murdoch, ordenó al instante virar el sentido de la
marcha, para frenar el barco, pero, pese a sus esfuerzos, no pudo evitar que la
banda de estribor fuese rasgada por la enorme masa de hielo.
Tras un estudio de la situación realizado por
el ingeniero constructor del Titanic, Thomas Andrews, el capitán fue informado
de la gravedad del accidente: el Titanic se hundía y nadie podía hacer para
evitarlo.
Rápidamente se envía la señal de socorro, el
SOS, captada por el buque Carpathia… a 58 millas (107 kilómetros). Tardará, al
menos, 4 horas en llegar y, para entonces, será muy tarde para la gran mayoría,
centenares, de almas que caen o se lanzan, presas del miedo, a las gélidas
aguas del Atlántico Norte, a una temperatura de entre 0 y 2 grados centígrados.
Veinticinco minutos después del accidente
comienza la tarea de arriar los botes salvavidas; insuficientes para poner a
salvo a las 2207 personas que viajaban a bordo, entre pasajeros y tripulación.
El barco se escora cada vez más y las escenas
de pánico, pero también de heroísmo, se suceden en la cubierta y en el interior
del RMS Titanic, donde, a medida que el agua inunda sus estancias, los
pasajeros, en principio reticentes a desalojar el buque por considerarlo
innecesario, comprenden la gravedad del accidente.
Al salir el último bote, quedan en el Titanic
más de 1500 personas. Mientras este se aleja de la zona, la proa del Titanic se
sumerge bajo el agua, a la vez que la popa se eleva, hasta alcanzar los 45
grados de inclinación. Muchos caen o se arrojan a las heladas aguas, avocados a
un terrible desenlace. Y el fin llega irremediablemente.
El Titanic se parte en dos y la proa se hunde
hasta el fondo abisal. La popa, en un último esfuerzo por permanecer a flote,
se mantiene, vertical, durante unos minutos. Y después, la oscuridad y un
silencio ensordecedor, sólo roto por los gritos de socorro cada vez más tenues
de algunos supervivientes.
El Carpathia llegó a las cuatro de la mañana
y comenzó inmediatamente a rescatar a pasajeros de los botes.
Un total de 712 personas lograron sobrevivir.
Otros 1495 no pudieron hacerlo.
Titanic the Exhibition |
Desde el mismo momento en que desapareció
bajo las aguas del Atlántico Norte, la búsqueda del "buque de los
sueños" se convirtió en el objetivo de oceanógrafos, historiadores,
cazadores de tesoros, investigadores e incluso hombres de negocios de todo el
mundo.
Tras muchas investigaciones, el primero de
septiembre de 1985 a la 1:05 de la mañana, el Titanic fue localizado en su
tumba en el fondo del mar, a casi cuatro kilómetros de profundidad en el
Atlántico Norte, a unos 800 kilómetros al sudeste de la costa de Nueva Escocia,
en Canadá.
Una expedición franco-americana liderada por
Jean Jarry, del Instituto Francés para la Investigación Marítima (IFREMER), y
por Robert Ballard, del Instituto Oceanográfico de Woods Hole, había conseguido
filmar al Titanic por primera vez en su lecho final.
Al año siguiente comenzaron las primeras
expediciones de investigación y recuperación, gracias a las cuales se ha podido
recuperar y preservar un gran número de objetos originales, para su exposición
al gran público.
Titanic the Exhibition |
Los primeros objetos fueron recuperados en
1987; aunque no fue hasta 1993 cuando se autorizó legalmente a la compañía de
George Tulloch, RMS Titanic, para continuar con la operación de salvamento de
objetos, con la estipulación de que ninguno de ellos fuera vendido para
beneficio de dicha empresa.
En una generación, quizás en dos, la erosión
y la actividad bacterial se cobrarán su peaje y los restos desaparecerán,
consolidando con ello el mito y la leyenda.
Precisamente es labor de Titanic The
Exhibition preservar esa magia, la belleza, la historia y la integridad del
Titanic, llevando, a través del continente, su memoria con la dignidad y el
respeto que merece, así como el significado marítimo, histórico y, sobre todo,
humano, del buque.
Titanic the Exhibition |
Para todos aquellos que no pudisteis
compartir la tarde con nosotros, os informamos que Titanic The Exhibition
permanecerá en Sevilla por un tiempo limitado: del 19 de octubre de 2012 al 7
de abril de 2013.
No perdérsela.
Pues yo he ido y no me ha gustado nada…
ResponderEliminarEstoy bromeando, todavía no he estado. Seguro que tiene que estar bien, aunque no sé yo si tal y como está el patio puede ser de mal agüero tenerlo tan cerca…
Saludos, Galo.