Raras veces nos dedicamos en este blog a hablar del documental. El cine de ficción, como es lógico, copa casi todas las entradas. Además, aunque quisiéramos, pocas veces tenemos la posibilidad de ver buenos (o malos) documentales en pantalla grande. Hemos de atenernos al DVD o a las emisiones de TV. Los firmados por Michael Moore –que se ha convertido en sí mismo en una "estrella"– o, recientemente, el muy comentado Inside Job (2010), constituyen toda una excepción, además de los proyectados en el certamen cinematográfico gaditano de "Alcances", celebrado en septiembre y especializado desde hace unos años en este género cinematográfico.
Hoy me gustaría llamar la atención sobre un soberbio documental, firmado por uno de los grandes del cine europeo, Wim Wenders, que podemos ver durante estos días en Sevilla: Pina. Un film para Pina Bausch de Wim Wenders (2011). Al lujo que supone disfrutar de la maestría de este director alemán (n. Düsseldorf, 1945), al que le debemos maravillas como Der Himmel über Berlin ("El cielo sobre Berlín", 1987) o Paris Texas (1984), ha de añadirse que el documental se proyecta en V.O. (alemán, inglés, francés, español, portugués...) y en 3D nativo. Esto último, que puede parecer una frivolidad tecnológica, no lo es para nada. La danza es la protagonista absoluta de la película a lo largo de sus casi dos horas de duración y, en lo que a mí respecta, ha sido la primera vez que he visto cómo uno de los grandes directores utiliza esta tecnología con fines artísticos, en este caso para sumergirnos en las arriesgadas y siempre fascinantes coreografías de Pina Bausch (1940-2009). Como espectadores, nos adentramos con una profundidad inusitada en el corazón de una de las mejores compañías mundiales de ballet contemporáneo.
Los movimientos de cámara, los fundidos, el juego con la profundidad de campo –que en este caso es en 3D–, la maravillosa fotografía de Helène Bastian y Stephan Rüll, le sacan un partido increíble a las personalísimas coreografías de Pina Bausch, desarrolladas tanto en los interiores de su sede en el Tanztheater de Wuppertal –en el corazón de la Alemania industrial– como en exteriores espeluznantes de paisajes industriales, urbanos o naturales. El que escribe estas líneas no es precisamente aficionado al ballet, pero no ha podido evitar quedarse fascinado con tanta diversidad y tanta belleza, a la que sirve de hilo conductor el testimonio personal de cada uno de los miembros de la compañía. Claro que cada cual, según sus gustos musicales o sus preferencias estéticas, se identificará con tal o cual coreografía. Yo, desde luego, me he quedado impresionado con las sillas de Café Müller, uno de los trabajos clásicos de Pina, con las secuencias del tren "colgante" (no me quitaba de la cabeza Fahrenheit 451) y con la escenificación de una canción de juventud de Mahler titulada Die zwei blauen Augen von meinem Schatz ("Los dos ojos azules de mi tesoro").
¿Quién era Pina Bausch? Tras la experiencia visual de este documental –absténganse los que detesten el ballet, pues ese es su contenido exclusivo–, el espectador comprende perfectamente que fue una de las figuras más grandes de la danza alemana y mundial, y que el contacto con su personalidad marcó la vida de todos los artistas que ofrecen su testimonio ante la cámara con su palabra y con su baile. Los que seguís a Wim Wenders sabéis que desde hace unos años ha venido plasmando diversos estilos musicales en sus documentales (Buena Vista Social Club, 1999) o incluso en su obra de ficción (Lisboa Story, 1994), y que es un maestro en esta tarea, como, con un planteamiento bastante distinto, nuestro Carlos Saura. En esta ocasión, desde luego, ha descubierto a un profano en la materia una figura genial que creo que merece la pena conocer, una mujer que expresaba todos los tonos de la vida a través de la danza. Como dice el subtítulo de la película: "bailad, bailad, de lo contrario estamos perdidos...".
Enlaces interesantes con todos los datos de la película:
No me cabe la menor duda de que este documental debe ser espectacular y, aunque todavía no lo he visto, pondré todo mi empeño en hacerlo. Aprovecho este comentario no para hablar de dicho documental sino para decir algunas cosas sobre una película de este director: “París – Texas” (1984). Es una de las obras cinematográficas que más me ha impresionado y una de sus últimas secuencias, con Nastassja Kinski escuchando a su marido tras el cristal de la cabina, una de las más colosales que jamás haya visto yo en película alguna. No quiere decir esto que el cine no esté plagado de grandísimos momentos que también me han emocionado, pero por algún motivo hay determinadas secuencias que te eclipsan la mente, y para toda la vida. Esto es un misterio, tal vez uno de los mayores misterios del cine. Y cada uno tiene sus secuencias, que no tienen por qué ser las mismas. Por este motivo, al ver aparecer el nombre de este director y la película mencionada, no he podido evitar el hacer esta especie de deshago emocional a modo de confesión. Y ya puestos, aprovecho para pedirles a Paco y a Joaquín que proyecten algún día la película en la asociación, aprovechando el tirón del documental. Yo colaboraría también en lo que fuese necesario. Un saludo. Galo.
ResponderEliminarMe parece una magnífica idea, Galo. Comparto todo lo que dices de "París-Texas". Es una película que me deja paralizado desde los primeros planos de Harry Dean Stanton andando como un poseso por el desierto hacia ningún sitio... La secuencia que dices..., con ese cristal que es un abismo, es de los momentos más emocionantes que se pueden vivir en el cine, al menos para mí. Ya somos dos, y creo que muchos más, los que la llevamos grabada... Mejor no hablar mucho de ella, sino verla de nuevo en pantalla grande.
ResponderEliminarPor cierto, aprovecho para decir que "Pina" va a representar a Alemania en los Óscars de este año. No me extraña. Un abrazo.
Joaquín, me alegra saber que a ti también te guste esta película y la quieras poner. Ya sólo queda saber la opinión de Paco. Por cierto, por fin le cazo. Me explico:
ResponderEliminar- “El otro día estuve en una tienda de movistar para preguntar sobre qué posible contratación podía haber hecho Paco para el blogs de Linterna mágica por si existía algún tipo de banda de alta velocidad internautina de última generación, tal vez con 50.000 megas, o alguna fibra parecida a la fibra óptica como pudiera ser una fibra diamantina o similar. La niña que estaba tras el mostrador se quedó pensativa, me miró con gesto ultraterrícola y me contestó que no, que ella no creía que la velocidad a la que evolucionaba el blogs dirigido por Paco fuese por alguno de estos motivos, y que probablemente tuviese que ver con los circuitos orgánicos… Cuando me dijo esto, mis esperanzas por conseguir el artilugio técnico para ir a la velocidad de Paco se esfumaron, por lo que llegué a la conclusión de que lo mejor era mentalizarse para seguir corriendo detrás suya, como llevo haciendo los últimos meses, con la esperanza de llegar algún día a tiempo para ver la peli y poner el comentario de la misma en el misterioso rectángulo críptico, pasajero del AVE con destino a las “entradas antiguas”. Estando en estos pensamientos me vino a la mente la imagen del pobre Nadal y sus tristezas ante las derrotas frente a Novak Djokovic…”
- (Es broma Paco, sólo quería que te rieses un poco. Nos vemos de día 25)
´Cuando vi anunciada la pelicula y consegui ver el trailer, me pareció, que podia gustarme. Ademas, poder volver con Wenders despues de Paris-Texas, de eso hace mucho tiempo aunque sea de las pocas inolvidables, era una tentacción. En el cine solo cuatro personas, ¡que susto¡ y sin embargo cuando empezo, era una delicia de arte escenica, de comunicacción ideologica, de riqueza humana, de belleza y porsupuesto de expresión corporal; salí como nueva, con la impresión de haber ganado un premio por haber ido a verla.
ResponderEliminarLa danza del cafe Muller es desgarradora; pero, dime Paco, ¿no lo es tambien la del agua?, con solo un poquito de agua, se levantan capas y gotas por todo el escenario y ¿ la de la arena y los amantes cargando todo el peso de la humanidad de un individuo? y ¿la de los esclavos?.
Una joya en 3D. No os arrepentireis de verla. Podreis ademas comprender el valor de la artista y de cada uno de los componentes de su equipo artistico.
Vaya Joaquín, todos nos olvidamos de que la entrada de Wim Wenders es tuya. Ya sabes, la fuerza de la costumbre. Pero ahora que me he dado cuenta vengo a rescatar tus derechos de autor...
ResponderEliminarNo pasa nada Galo. Uno contribuye a este blog con mentalidad de copista medieval o juglar del camino, sin aspiraciones a cobrar de la SGAE. ¡Viva el anonimato! Pero por favor, ved la película...
ResponderEliminarSí, a ver si llego...
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