Título
original: The Three Musketeers. Dirección: Paul
W.S. Anderson. País: USA. Año: 2011. Duración: 110 min. Género:
Aventuras.
Guión: Alex Litvak, Andrew
Davies (basado en la novela de Alejandro Dumas). Música: Paul Haslinger. Fotografía:
Glen MacPherson. Montaje: Alexander Berner. Diseño
de producción: Paul D. Austerberry.
Vestuario: Pierre-Yves Gayraud. Producción: Paul W.S. Anderson, Jeremy Bolt, Robert Kulzer.
Fecha del estreno: 30 Septiembre 2011
(España).
Reparto:
Logan Lerman (D’Artagnan), Orlando Bloom
(duque de Buckingham), Ray Stevenson (Porthos), Matthew Macfayden (Athos),
Milla Jovovich (Milady de Winter), Luke Evans (Aramis), Juno Temple (reina
Ana), Christoph Waltz (cardenal Richelieu), Mads Mikkelsen (Rochefort), Til
Schweiger (Cagliostro).
Sinopsis:
Francia, siglo XVII.
Athos, Porthos y Aramis son tres prodigiosos espadachines que pertenecen al
cuerpo de mosqueteros del rey Luis XIII de Francia (1610-1643). A París llega
un joven y valeroso gascón que ingresa en la guardia del Rey para hacerse
mosquetero. Los cuatro tendrán que hacer frente a una maquiavélica conspiración
urdida por el cardenal Richelieu para derrocar al rey.
Comentarios:
Anticipándose al estreno
en 2012 del film Marvel de los poderosos Vengadores, Paul W.S. Anderson
nos mostró en 2011 a su grupo particular de «superhéroes» en la Francia de Luis
XIII. Porque eso es lo que nos ofrece con su versión de ‘Los tres mosqueteros’.
Bien podemos considerar esta película como un cómic de superhéroes que incluye
a Milla Jovovich actuando más como “La Viuda Negra” del famoso súpergrupo
norteamericano que como Milady. Sus respectivas piruetas, luchas y acrobacias
son más propias de Natasha Romanoff que de la traicionera Condesa De Winter.
Por faltar… no falta a la cita ni una réplica del famoso Helitransporte de
SHIELD (aquí en forma de un inimaginable barco volador).
Nunca he sido dudoso en
mi admiración por el cine de Paul W.S. Anderson. Ahora bien, en esta ocasión se
le ha ido el tema de las manos firmando una auténtica “chaladura”. La película
visualmente es muy buena y muy divertida, pero Anderson se descontrola por
completo. Sus ansias por ofrecer al público algo totalmente nuevo con los
personajes de siempre es un error. Y es un error porque las cámaras lentas, las
piruetas imposibles, los artefactos estrambóticos y demás… pintan muy bien en
cintas modernas del tipo de ‘Resident Evil’, pero en un film “de época de capa
y espada” están de sobra. Toda esta «pirotecnia» resta una total credibilidad
al producto final. Y, por si fuera poco, no resulta nada apropiada para los
míticos personajes creados por Alejandro Dumas.
A destacar que la
película se rodó en exteriores de Alemania. Concretamente en algunos de los
pueblos y ciudades más impresionantes de toda Baviera. Este rodaje en
exteriores fue completado con los interiores en el Studio Babelsberg de
Potsdam. El rodaje comenzó un 26 de agosto de 2010 y el departamento de armería
tuvo que crear a mano más de 800 armas individuales de época. Esto incluyó
distintas armas de fuego, pistolas, mosquetes, dagas, estoques y espadas.
No obstante, el realismo
de los escenarios (y de algunas de las armas) contrasta con todo lo demás. Tan
es así que Anderson dio orden para que el diseñador de vestuario, Pierre-Yves
Gayraud, confeccionara unos estrambóticos disfraces con toques rockeros e
irreales. Menos mal que Gayraud no le hizo del todo caso y también se inspiró
en los tradicionales trajes de época. Al final el vestuario que se puede ver en
la película es una mezcla bastante curiosa.
En relación con todo lo
anterior están las imposibles escenas de acción. Las set-pieces que vemos en la
película precisaron de muchos efectos visuales. De hecho, el equipo de rodaje
utilizó alrededor de 3000 metros de tela verde en los escenarios, es decir que
hicieron falta unos 3 kilómetros de fondo verde para crear los efectos
especiales.
En el casting tenemos a
Logan Lerman, Luke Evans, Ray Stevenson y Matthew Macfayden encarnando a
D’Artagnan, Aramis, Porthos y Athos, respectivamente. El D’Artagnan de Logan
Lerman resulta bastante molesto por su aire de chulito. Tan es así que te dan
ganas de que lo pongan firme. Demasiado irreverente e insufrible. Y esto es un
gran problema porque pasa por ser el protagonista principal. Por su parte, Luke
Evans, Ray Stevenson y Matthew Macfayden salen mejor librados y están bastante
correctos en sus papeles de mosqueteros. El que más me gustó fue Stevenson que
dota a Porthos de una poderosa e imponente presencia física. Conviene advertir
que, pese a su introducción y presentación inicial, los mosqueteros no dejan de
ser meros acompañantes del héroe gascón con todo lo que eso implica.
Por otra banda tenemos a
Orlando Bloom que resulta ridículo como el Duque de Buckingham. El actor va
vestido con trajes chillones y tupé imposible a lo ‘Algo pasa con Mary’ (Bobby
y Peter Farrelly, 1998). También están dos intérpretes contrastados como
Christoph Waltz y Mads Mikkelsen que son los más comedidos y, por momentos,
parece que estuvieran rodando su particular film. Aquí dan vida a los famosos
Cardenal Richelieu y Conde de Rochefort. Naturalmente a esta fiesta de Anderson
no puede faltar Milla Jovovich. Nuestra querida Alice se lo pasa en grande
siendo la conspiranóica Milady De Winter. Milla pone cara de diablesa y luce
varios hermosos vestidos del amplio y fabuloso armario de la producción. Por
supuesto resaltar que Milla dispone de varias set-pieces convenientemente
preparadas para su lucimiento personal.
Otros actores y actrices
que intervienen en el film son: Gabriella Wilde como una insípida
Constance. Juno Temple como la Reina en apuros. James Corden en la
piel de Planchet, el típico gracioso del film con el que los niños se lo
pasarán pipa. Y, finalmente, nos encontramos a un ridículo Freddie Fox dando
vida al no menos ridículo Luis XIII de este film.
Una película visualmente
espectacular y divertida. Sin embargo, su principal “handicap” es su falta de
seriedad y credibilidad (ya no digo «rigor»). A mí me fue imposible tomármela
en serio y, en consecuencia, creerme lo que veía. Como película para pasar un
rato palomitero de absoluta evasión puede funcionar… pero lejos de eso es mejor
emplear sus 110 minutos en otra cosa, puesto que si uno se la toma en serio le
quedará la sensación de haber visto una gran tontería. (David González)
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