Marzie Vafamehr |
La actriz iraní Marzie Vafamehr ha sido condenada a un año de prisión y a 90 latigazos por su participación en la película Teherane man haray (Mi Teherán a subasta), según ha informado esta semana la web opositora iraní Kalameh.
Nada más conocer este domingo la sentencia, dictada por un tribunal de Teherán, el abogado de Vafamehr interpuso recurso ante una instancia superior, añadía la web. Vafamehr, esposa del cineasta iraní Naser Taghvai, fue detenida a finales de junio, según la misma fuente, por haber actuado en la película, que narra los problemas de una joven artista iraní para viajar a Australia.
Taghvai declaró a Kalameh que por su participación en el film, cuya producción contaba con permiso del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica, se detuvo a otras personas, pero fueron puestas en libertad y sólo Vafamehr fue procesada. Además, según su marido, Vafamehr está en la cárcel de Garchak, en Baramin, en la provincia de Teherán, un antiguo gallinero que no reúne las mínimas condiciones de habitabilidad.
La película la produjo hace cuatro años Garanaz Musavi, una ciudadana iraní residente en Australia, para su tesis universitaria, y en ella participaron estudiantes con permiso de las autoridades. La cinta, que se presentó a varios festivales, llegó a Irán por vías desconocidas y se ha distribuido en el mercado negro, según Taghvai: "Antes se vendía a 12.000 riales (algo más de 1 dólar) y ahora, debido al proceso, se vende a 70.000 riales (unos 6 dólares)", dijo el director.
La presión sobre los artistas, en especial sobre las mujeres cineastas o actrices, ha aumentado en los últimos meses en Irán y varias de ellas han sido detenidas, procesadas y condenadas a diversas penas.
Reconozco que para mí Irán es un misterio. Nunca sabré a ciencia cierta si detrás de este tipo de salvajadas está tan sólo la casta político-religiosa que dirige la “revolución islámica” o si por el contrario cuenta con el apoyo de una gran parte de la población que vive sumida aún en una oscuridad medieval. La primavera árabe también llegó a Irán, puede que incluso antes que a Túnez, pero fue abortada. Lo que no sabré nunca es qué porcentaje real de la población apoyó los cambios, pues allí las estadísticas de este tipo son absolutamente impensables. Esto que digo aquí no es intrascendente puesto que toda la lucha que están llevando los cineastas e intelectuales en aquel país para salir de esta pesadilla ancestral depende en gran medida de este asunto. Para colmo de males es una nación bastante invulnerable a las presiones occidentales, entre otros motivos por contar con el apoyo soterrado de la Rusia de Putin y del gobierno chino, dos entes aliados ahora que parecen haberse propuesto mantener en el mundo todo tipo de ignominias con tal de conservar un estatus quo que favorezca su frente anti USA. Con esto no quiero decir que los norteamericanos hayan sido unos santos – Irak, Afganistán -, aunque ahora con Obama parecen haberse suavizado las cosas pero, desde luego, en el tema concreto de Irán son infinitamente más responsables. Habrá que confiar en un derrumbe del régimen sirio para que la presión pueda ser cada vez más elevada.
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