Título
original: Intruders. Dirección: Juan
Carlos Fresnadillo. País: España. Año: 2011. Duración: 100 min. Género:
Thriller, Terror.
Guión: Jaime Marqués, Nicolás
Casariego. Música: Roque Baños. Fotografía: Enrique Chediak. Montaje: Nacho Ruiz Capillas. Diseño de producción: Alain Bainée. Vestuario: Tatiana
Hernández. Producción: Belén Atienza,
Mercedes Gamero, Enrique López Lavigne.
Sección Oficial del
Festival de Cine de San Sebastián 2011 (fuera de concurso). Dos nominaciones a
los Premios Goya 2011.
Fecha del estreno: 7 Octubre 2011 (España).
Reparto:
Clive Owen, Carice van Houten, Daniel Brühl,
Kerry Fox, Ella Purnell, Pilar López de Ayala, Lolita Chakrabarti, Mark
Wingett, Héctor Alterio, Izán Corchero.
Sinopsis:
Juan, un niño de siete
años con una imaginación desbordante, vive en un barrio humilde de Madrid. Por
las noches, sufre pesadillas en las que un intruso sin rostro lo ataca
salvajemente, sin que su madre pueda hacer nada para evitarlo. Mientras tanto,
Mia, una adolescente londinense de doce años, lee a sus compañeros de clase el
misterioso cuento de Carahueca, un monstruo obsesionado con los niños. Ese
mismo día, su padre, sufre un accidente en el rascacielos en construcción donde
trabaja. La vida de las dos familias, aunque separadas por muchos kilómetros,
dará un vuelco: los intrusos ya se han instalado en sus casas e intentan
denodadamente arrebatarles algo a los niños.
Comentarios:
En 1988, el británico
Bernard Rose dirigió La casa de papel, película que, basándose en una
novela de Catherine Storr, alteraba las claves de ese tan previsible cine de
terror de la década, mediante la sabia exploración de los miedos infantiles y
un sentido de la puesta en escena que esquivaba la habitual pirotecnia de
sustos y golpes de efecto. La propuesta no tuvo descendencia directa. Uno nunca
sabe si acabará recuperando el eco de una pequeña película notable como La
casa de papel: a veces, el eco llega cuando menos se lo espera, y de una
fuente insospechada. Intruders de Juan Carlos Fresnadillo parece
levantar su complejo andamiaje narrativo sobre el mismo territorio que La
casa de papel y, de paso, también marca la diferencia -en su planteamiento
conceptual, pero también en el estético- con respecto a los vicios y
automatismos que ha ido cultivando ese nuevo cine de terror español que nutre
taquillas, seduce fuera de España, pero suele espolear escépticos arqueos de
ceja entre la crítica local.
Intruders
alterna dos líneas narrativas que confluyen antes de la explosión climática del
relato y aborda el inusual tema de la transferencia hereditaria del miedo.
Fresnadillo describe dos entornos familiares como enrarecidos territorios de
locura compartida con esqueletos en el armario del fondo. Cuando uno revisa la
película, tiene ocasión de comprobar que nada hay de gratuito en su
construcción y que el estilo visual no ahoga las sutilezas del guión coescrito
por Jaime Marqués y Nicolás Casariego. La mitología de Carahueca, un
inquietante ser sin rostro que acecha tras las ventanas dispuesto a arrebatar
una identidad, es poderosa, pero, finalmente, queda en el aire la impresión de
que ese circuito de transferencia del miedo se interrumpe, precisamente, tras
la pantalla. Fresnadillo ha firmado un trabajo excelente, pero no ha logrado
que uno se lleve la pesadilla a casa, que el temblor se sostenga una vez
abandonada la sala oscura. (Jordi Costa)
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