Candidata
al Goya a dirección revelación con Sé
quién eres (2000), la cineasta Patricia Ferreira ganó también la Biznaga de
Plata en el festival de Málaga al mejor guion por su labor junto a Virginia
Yagüe en Los niños salvajes (2012).
Probablemente su carrera haya sido menos prolífica de lo que ella hubiera
deseado, pero su pasión por otras luchas, como la fundación de CIMA (la
asociación de mujeres españolas del audiovisual), y su compromiso con la
educación han dejado huella en el cine español junto a algunos de sus títulos.
Licenciada
en la facultad de Ciencias de la Información en Madrid, Ferreira comenzó como
periodista cinematográfica en TVE y Radio Nacional, desde donde pasó a
convertirse en realizadora y guionista de programas culturales como Equinoccio;
Un día en la vida de nuestros antepasados,
serie documental sobre la vida en la prehistoria; Un país en la mochila, serie en la que José Antonio Labordeta
recorría España; o Paraísos cercanos,
serie documental de viajes con guiones de escritores como Rafael Chirbes o
Javier Marías. Además, trabajó de asistente de dirección en series de ficción
como Que usted lo mate bien, Cervantes o La celestina.
En
el año 2000 debutó en el cine como directora con Sé quién eres, película que se estrenó en el festival de Berlín, en
la sección Panorama y con el que fue candidata al Goya a la mejor dirección
novel. La historia de una joven psiquiatra (Ana Fernández) que se encuentra
ante un fascinante paciente desmemoriado con síndrome de Korsakov (Miguel Ángel
Solá) le valió para desarrollar un género que siempre atrajo a Ferreira, el
thriller con algo más, que añadiera una vertiente política o social: “Es un
thriller de personajes en el que nos encontramos con dosis de acción, intriga y
amor, sin olvidar una parte de la trama que cuenta con claras implicaciones
políticas”, contaba en su estreno, en una frase que parecía una declaración de
intenciones. Y rodado en Galicia, la tierra de su familia.
Dos
años después estrenó El alquimista
impaciente, que adaptaba la novela homónima de Lorenzo Silva, un thriller
que desarrolla las investigaciones de dos guardias civiles —el sargento de la
Unidad Central Operativa, Rubén Bevilacqua, y su ayudante, Virginia Chamorro—,
y que se ha convertido en saga literaria y cinematográfica. Sobre la cuadratura
del círculo, es decir, versionar libros al gusto del autor, la cineasta
apuntaba en su momento: “Cuando la historia empieza a crecer desde el papel y
se convierte en una película en la que trabaja mucha gente, ser fiel es
imposible”.
Esa
década puso a Ferreira en el listado de las cineastas españolas más
interesantes: en 2004 participó, con su corto El secreto mejor guardado, sobre el sida en la India, en la
película colectiva En el mundo a cada
rato. Al año siguiente dirigió Para
que no me olvides, con Fernando Fernán Gómez en uno de sus últimos personajes,
en un drama sobre la relación entre tres generaciones de una misma familia. De
nuevo, de fondo, la memoria. El drama participó en el festival de Berlín.
En
2010 realizó el documental Señora de,
una obra a recuperar en la que, a través de testimonios de mujeres de muy
distintas edades, mostraba el inmenso talento perdido en España al quedarse las
creadoras encerradas en sus casas y en sus matrimonios. Un eco que podía
sentirse en el audiovisual. Ella misma contaba en 2017, en un encuentro sobre
mujeres cineastas: “El cine está en manos masculinas y de ahí las temáticas que
vemos en pantalla. Muchas mujeres jóvenes no se atreven a dar el salto. Debemos
reforzar políticas de igualdad en cultura, en cine, porque siempre se han hecho
apaños pero nunca se ha hecho una regulación con coherencia”.
Justo
dos años después llegaría su mejor filme, Los
niños salvajes, que ganó la Biznaga de Oro a la mejor película en el
festival de Málaga, el antes mencionado premio al mejor guion, y los galardones
a actor y actriz secundarios. Como apuntaba Javier Ocaña en su crítica de un
drama sobre la (mala) educación: “Ferreira predica una realización ágil,
limpia, natural, como los movimientos de los personajes, siempre a la
intemperie, y estructura su guion circular en una serie de entrevistas a los
tres chavales protagonistas en las que, gran decisión, el entrevistador siempre
está fuera de campo, solo se le oye: son los guardianes, son los espectadores,
somos nosotros, es la sociedad, que los interroga cuando deberíamos ser
nosotros los interrogados”.
En
2017 se despidió del cine con Thi Mai,
rumbo a Vietnam, una comedia basada en sacar partido a la química entre
Carmen Machi y Dani Rovira, que venían de triunfar en Ocho apellidos vascos y su secuela, Ocho apellidos catalanes. Su último trabajo en el audiovisual ha
sido la creación (y coescritura) de la serie de TVE Las abogadas, que dirigen estos días Juana Macías y Polo Menárguez,
y que se basa en la vida real en el Madrid de finales de los sesenta e inicios
de los setenta de cuatro jóvenes letradas, fundamentales con el tiempo en la
historia de España: Lola González, Cristina Almeida, Manuela Carmena y Paca
Sauquillo.
En
su vertiente educativa, Ferreira dio clases de dirección en la Escuela de Cine
de Madrid (ECAM) y en numerosos talleres, escuelas y facultades. Además, fue
cofundadora y formaba parte de la junta directiva de CIMA, además de estar
también seis años en la junta directiva de la Academia de Cine.
Patricia
Ferreira falleció en Madrid, su ciudad natal, a los 65 años, el pasado 27 de
diciembre de 2023, víctima de un tumor cerebral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario