Título original: Blanco en blanco. Dirección: Theo Court. País: Chile. Año: 2019. Duración: 100
min. Género: Drama.
Guión: Theo Court, Samuel M.
Delgado. Fotografía: Jose Ángel
Alayon. Dirección artística: Amparo
Baeza. Montaje: Manuel Muñoz Rivas. Producción: Eva Chillon, Giancarlo
Nasi.
Premio FIPRESCI y Mejor director
de la Sección Orizzonti del Festival de Venecia 2019. Premio FIPRESCI del Festival de La Habana 2019.
Sección oficial del Festival de Gijón 2019.
Estreno en Sevilla: 31 Julio 2020
Reparto: Alfredo Castro (Pedro),
Ignacio Ceruti (John), David Pantaleon (Arturo), Lola Rubio (Aurora), Lars
Rudolph.
Sinopsis:
En el preludio del siglo
XX, Tierra del Fuego es un territorio hostil y violento, donde llega Pedro para
fotografiar el matrimonio del poderoso latifundista Mr Porter. La futura
esposa, apenas una niña, se convertirá en su obsesión. Tratando de capturar la
belleza, traicionará al poder que domina el territorio y será despojado de sus
privilegios. Pedro no podrá escapar, y acabará siendo partícipe de una sociedad
que convive con el genocidio de los nativos Selknam.
Comentarios:
En una de sus imágenes
más potentes y misteriosas, un indio emplumado de blanco y con un capirote
cruza el fin del mundo como un espectro abatido y condenado. La figura podría
parecer un delirio futurista pero en realidad responde a un documento
etnográfico sobre los ritos ancestrales de la tribu de los ona o selk’man,
cultura milenaria que antes de la colonización vivía junto a otras comunidades
indígenas en la remota Tierra del Fuego de Chile y Argentina. Al hombre
emplumado le observa asustado el personaje principal de “Blanco en blanco”, un
fotógrafo obligado a ser testigo de una barbarie que él mismo será el encargado
de congelar y perpetuar. Un personaje huraño y huidizo, interpretado por el
actor chileno Alfredo Castro, sobre el que recae el peso de este inquietante
segundo largometraje del hispano-chileno Théo Court.
Vestido de neowestern
solemne, entre glaciar y volcánico, “Blanco en blanco” se sitúa en la conquista
de un territorio en el fronterizo final del siglo XIX y el XX. Hasta allí llega
este fotógrafo pionero para cumplir con el encargo de retratar a la futura esposa
de un terrateniente, una niña a lo Pretty
Baby, de Louis Malle, cuya belleza fascina a un personaje de moral difusa.
Como un sueño destinado a ser pesadilla, deudora de obras mayores como “Jauja”,
de Lisandro Alonso, la película discurre entre cuadros quietos donde la
naturaleza devora los pausados planos.
Un falso silencio que
esconde una violencia que no necesita ser explícita porque ya lo impregna todo.
Mr. Porter, el terrateniente al que todos nombran una y otra vez de forma
compulsiva y al que nadie ve, es el verdadero protagonista en la sombra. Un
poder omnipresente cuyas leyes permiten el matrimonio con niñas o pisotear a
las mujeres indígenas, ultrajadas como ganado. Una tensión oscura y maniquea
para un relato entre lo crepuscular y lo etnográfico. (Elsa Fernández-Santos).
Recomendada.
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