martes, 10 de abril de 2012

Mis terrores favoritos... El exorcista



Siempre me ha gustado mucho el genero de terror y desde pequeña ya leía libros de Edgar Allan Poe, Bram Stroker, Stephen King, etc. Incluso en comic tengo una colección de los años 70, que eran una traducción de tebeos americanos de los años 50, llamados Phantom, donde había muchas historias de terror, fantasmas, novias cadáver, gritos en el ático, roedores gigantes,  zombies, cementerios, etc.

Y luego cuando fui mayor de edad, empezó mi afición por el cine de terror. Me gustaba tanto y me daba tanto miedo que las veía entre los dedos de las manos. Pero las veía.  

Mi experiencia con esta película, El exorcista (1973),  fue totalmente traumática, yo tenía entonces 18 años y no estaba preparada psicológicamente para verla.

No tenía absolutamente nada que ver con ninguna película de terror de las que ya había visto, porque, si miedo me dieron las imágenes, peor fueron los diálogos y el sonido. Recuerdo que la vi un viernes en el cine Cervantes y estuve toda la proyección escondida detrás de mi amiga, porque yo estaba presa del pánico y no paraba de llorar. No tenia valor ni para levantarme de la butaca ni muchos menos salir del cine.

Estuve todo el fin de semana asustada y tenia que estar acompañada siempre. Si alguien me miraba a los ojos para hablarme me daba pánico, veía a la niña por todas partes.

Recuerdo que mi cuarto tenia una cortina  y una noche me desperté de madrugada y la vi moverse, me quedé absolutamente inmóvil, rígida,  sudando sin querer mover ni un músculo y casi sin respirar. Porque estaba segura que allí había alguien…

Estaba tan impresionada que fui a confesarme y le dije al cura que si a mi me podía pasar lo mismo que a esa niña y entonces me dijo que el diablo estaba en todas partes, peor me lo puso, y me costó mucho tiempo olvidarme de esas imágenes.

No obstante tenia un interés morboso por la película, leía todas las criticas periodísticas, programas de televisión, programas de radio, etc.

Estaba completamente obsesionada y puedo asegurar que después de esta película no he podido ver ninguna más de posesiones ni que tenga que ver con el diablo.

Y no he tenido valor de verla nunca más.

 

La película comienza en una excavación arqueológica en Al-Hadar cerca de Nínive, en Irak, donde el arqueólogo padre Lankester Merrin (Max von Sydow) visita un sitio donde una pequeña piedra se asemeja a una mueca y se encuentra la criatura bestial. Merrin viaja hacia adelante para encontrar la extraña estatua de Pazuzu, que tiene una cabeza similar a la que se encuentra antes.

Su encuentro a pleno sol con la estatua del demonio Pazuzu, así como la pelea entre los perros blanco y negro ó el hombre con el ojo de cristal. Todo con una tonalidad intensa que ya preparaba la paleta de colores del film y que sirve para remarcar una de sus constantes: el brutal contraste entre una ciudad moderna como Washington y la “solución arcaica” que se impone para curar a la niña.

Os dejo con ella…



Trabajo presentado en el Taller de Cine por Loly Rodríguez Silva

1 comentario:

  1. El cura ayudando... A mí no me impresionó tanto la verdad, pero he de decir que la vi ya de mayor y en casa y claro, no es lo mismo. Un saludo.

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