martes, 28 de noviembre de 2023

Una semana (Buster Keaton, Edward F. Cline, 1920)

 

Título original: One week. Dirección: Buster Keaton, Edward F. Cline. País: USA. Año: 1920. Duración: 24 min. Género: Comedia, Cine Mudo, Cortometraje.

Guión: Buster Keaton, Edward F. Cline. Fotografía: Elgin Lessley. Montaje: Buster Keaton. Producción: Joseph M. Schenck.

Fecha del estreno: 7 Septiembre 1920 (USA).

 

Reparto: Buster Keaton (novio), Sybil Seely (novia), Joe Roberts.

 

Sinopsis:

Una pareja de recién casados se traslada a su nuevo hogar... que deben montar pieza a pieza, pues se trata de una casa prefabricada. Un antiguo pretendiente de la novia, reconcomido por los celos, cambia la numeración de las piezas de la casa, lo que hace que al armarla, el resultado final no sea exactamente el deseado.

 

Comentarios: 

"Una semana", cortometraje escrito y dirigido por Buster Keaton y Edward F. Cline, es un entretenido y brillante film cómico, en el que ya están las constantes del gran cine de Keaton: la acción física casi incesante, la ironía, el sarcasmo, la descripción de la sociedad, el buen uso del suspense, cierta fatalidad, cierta poesía, cierta tendencia a la hipérbole que contrasta con la sobriedad de la actuación de Keaton...

Unos recién casados (Keaton y Sybil Seely), en vez de irse de luna de miel, deciden empezar a vivir en una casa prefabricada que el tío del novio les ha regalado. Por supuesto, la casa montable y desmontable será una fuente de problemas desde el principio, sobre todo cuando el antiguo novio de la chica (Joe Robers) sabotee el montaje de la casa, la cual se convierte así en una casa desfigurada, mal construida, que incluso puede girar sobre sí misma, como una peonza, en uno de los momentos más divertidos y espectaculares de la cinta.

Pero, gags aparte de Keaton (y muy arriesgados algunos, por cierto), en este corto sobresale una curiosa escena en la que la guapa Sybil Seely se baña en la bañera del cuarto de baño: en un momento dado se le escapa el jabón, que cae al suelo, delante de nosotros. Hace ademán de levantarse para recogerlo, pero se da cuenta de que, si lo hace, se le ve el pecho; entonces, una mano se interpone entre la mujer y el espectador, de manera que, cuando la oportuna mano desaparece del plano, Seely ya ha recogido el dichoso jabón, mirándonos con un pícaro gesto de triunfo. ¿De quién es la mano que nos impide ver lo que pasa? Se puede decir que pertenece a la censura de la época, pero lo importante aquí es cómo el guión nos lleva a invadir una intimidad doméstica que, de pronto, paradójicamente, nos es prohibida, a la vez que Keaton y Cline usan probablemente el tema de la casa montable para poner de relieve que el cine, como ese montón de paredes, suelos y techos, es un artificio construido y creado de la nada: esa mano misteriosa no sólo prohíbe, también nos avisa de eso. La narración, como esa desdichada casa, de pronto se rompe, se deconstruye, se niega a sí misma, queda frustrada.

Afortunadamente, aunque el hogar sea temporal y sujeto a toda clase de cambios, azares y destrucciones, el amor de la pareja es auténtico, y por eso estos dos recién casados lo superan todo. (Pedro Triguero)

Recomendada.



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