Título original: Den skyldige. Dirección: Gustav Möller. País: Dinamarca. Año: 2018. Duración: 85
min. Género: Thriller.
Carla Luffe (Montaje), Jaspers Panning (Fotografía), Gustav Möller, Emil
Nygaard Albertsen (Guión), Lina
Flint (Producción), Oskar Skriver (Sonido).
Premio al Mejor Guión en
la Seminci 2018. Representante de Dinamarca en los Oscars 2019 en la categoría
de Mejor Película de habla no inglesa.
Estreno en Sevilla: 23 Noviembre 2018.
Reparto: Jakob
Cedergren (Asgerholm), Jessica Dinnage (Iben), Johan Olsen (Michael), Omar
Shargawi (Rashid).
Sinopsis:
Asger Holm, un exoficial
de policía, ha sido suspendido de sus funciones y relegado a operador del
servicio de emergencias. Durante su rutinario turno de noche, recibe la extraña
llamada de una mujer aterrada. A pesar de su reacción de sorpresa, Asger se
dará cuenta de que la mujer al otro lado del teléfono ha sido secuestrada, y es
entonces cuando comenzará la búsqueda. Recluido en su mesa en la centralita de
emergencias, Asgar tendrá que localizar y ayudar a la mujer en peligro con la
ayuda de sus compañeros en todo el país. Conforme avanza el reloj y pasan los
segundos, Asgar tendrá que enfrentarse no sólo a la precipitación de los
acontecimientos relacionados con el crimen, sino también a sus propios demonios
personales.
Fotograma de "The Guilty" |
Comentarios:
Es lógico que esta
película de Gustav Möller haya sido comparada con «Buried (Enterrado)», la obra
maestra de Rodrigo Cortés. Ambas son el TAC de un «thriller» concentrado en un
único lugar, en un primer plano constante y en unas conversaciones telefónicas
que nutren, colorean y electrocutan una trama sorprendente. Hay más diferencias
entre ellas, pero la más obvia es que la acción (trepidante) en «Buried» estaba
ahí, dentro del ataúd, mientras que en «The guilty» la acción (convulsa,
intensa) transcurre al otro lado del teléfono, es decir, toda ella fuera de
campo. El rostro de un policía relegado al servicio de atender las llamadas de
emergencia y que carga con algún peso en su conciencia (al día siguiente ha de
presentarse en un juicio) del que apenas se ofrecen unas virutas al espectador…
La llamada de una mujer aterrada que dice haber sido secuestrada por un hombre
se apropia por completo del interés del policía y de la curiosidad del
espectador.
Poca música, poca
gestualidad en ese constante paisaje del primer plano, todo el peso de la
trama, el suspense, la tensión, se vuelca hacia ese otro lugar que nunca vemos
en la pantalla, pero que construimos con absoluta nitidez en nuestro interior
mediante diálogos entrecortados, cambios de puntos de no vista (el policía
amigo, la patrulla que busca, la niña que espera, la mujer raptada, el hombre…)
y materiales diversos para ir recolocando las piezas de thriller: como si lo
hubiéramos comprado en Ikea y ahora lo ensamblamos en casa. (Oti Rodríguez
Marchante)
Recomendada.
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