El Cine también se lee y todo
ello gracias a los libros de cine que se publican cada día. Celebramos esta
interesante publicación y recomendamos su lectura, especialmente para aquellos mitómanos que desean saber curiosidades de
sus estrellas, sobre todo, las más oscuras. La periodista Pilar Ruiz nos descubre
sus claves.
Cien años cumpliría La Voz este
diciembre si no fuese por aquel ataque al corazón que sufrió en mayo de 1998.
Diecisiete años después, con motivo del centenario, la Fundación José Manuel
Lara ha querido rendirle un homenaje publicando un volumen que recoge las
huellas que dejó Sinatra a su paso por España. Sinatra. Nunca volveré a este
maldito país es el título de este libro documentado y escrito por el periodista
Francisco Reyero.
Sinatra en España |
Ava Gardner es el inicio y el fin
de esta historia, el motivo que trajo al cantante norteamericano hasta cinco
ocasiones al sur de Europa. Tras el fallecimiento de su manager y hombre de
confianza, George Evans, y después de que la Metro Goldwyn Mayer decidiera no
renovar contratos con el cantante, su carrera echa el freno. A su vez, los
múltiples líos extramatrimoniales de Sinatra empiezan a filtrarse, lo que
provoca el inicio del fin de su matrimonio con Nancy Barbato. Pero todo eso ya
daba igual: Sinatra se había enamorado, no de su mujer, sino de la mitificada
Ava Gardner. Una joven con ganas de comerse el mundo.
La actriz, cuando aterrizó en
Tossa del Mar en 1950 para el rodaje de Pandora y el holandés errante,
"encontró en España, paradójicamente, la libertad que no tenía en Estados
Unidos", dice Reyero. El español de Gardner no era bueno, pero eso no le
puso trabas a su integración en la España de los 50, donde comenzó una aventura
con el torero Mario Cabré.
Los rumores del romance de la
pareja de moda no tardaron en filtrarse a la prensa, lo que motivó que Sinatra,
"quien siempre tuvo una pasión enfermiza con Ava", viajara por
primera vez a España. Es así como llega a coincidir en el Hotel Peninsular de
Gerona con Gardner, quien ya se había preocupado de que Sinatra no se cruzara
con el torero, "aunque la prensa española ya había tomado partido en
contra del intérprete", aclara el autor del libro. "En el affaire de
Ava con Mario Cabré, la afición estuvo en contra del intérprete de My Way, como
si fuera a usurpar una gran conquista patriótica".
A pesar de que los celos
dominaban los movimientos de Sinatra, al cantante aún le sobraba tiempo para
rodearse de otras compañías. O cuanto menos, lo intentaba, como los públicos
intentos de conquistar a la actriz Carmen Sevilla.
Gardner y Sinatra eran iguales,
tan semejantes que no tuvieron futuro. Se casaron en 1951 -después de conseguir
el cantante el divorcio oficial de Nancy- y firmaron los papeles de separación
en 1953. Su matrimonio no llegó ni a los tres años. "Si fuera hombre,
nunca me casaría con alguien como yo", dijo públicamente una vez Ava
Gardner.
Ava y Frank en España |
A finales de 1953, después de que
se anunciara públicamente la separación del matrimonio Sinatra-Gardner,
"ella fue a Madrid para escapar del alboroto mediático y celebrar su
cumpleaños", continúa Reyero. Esas navidades, el cantante tomó un vuelo
para buscarla de nuevo. Durante su estancia en la capital, "los dos compartieron
noches de fiesta con el torero Luis Miguel Dominguín", con quien ella
empezó una nueva relación. Ava había pedido expresamente conocer al diestro,
algo a lo que ayudó el célebre coctelero Chicote. Y así, entre idas y venidas,
amantes, divorcios y matrimonios, el artista estadounidense llegó a viajar a
España hasta en dos ocasiones más, añadiendo capítulos a esta convulsa novela
de amor y celos.
Una historia que ve su fin en
1964 cuando el vocalista, "contestatario en Hollywood" y fuera de él,
tuvo un altercado en el Hotel Pez Espada de Torremolinos con un fotógrafo y la
actriz cubana Ondina Canibano, al creer el norteamericano que intentaban
tomarle una foto malintencionada. Sinatra, "emblema de la conquista de la
cultura popular americana", según Reyero, siempre mostró una fuerte
animadversión a la dictadura franquista. Este incidente acabó por causarle,
además de una multa, la expulsión de España tras una detención por desacato a
la autoridad. Fue ahí cuando Sinatra, que había pisado por primera vez el país
14 años atrás durante el peor período de su carrera, verbalizó la frase
"I'll never go back to this fucking country again" ("Nunca
volveré a este maldito país") que, desde la Costa del Sol, acabó
popularizándose en todo el mundo.
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