"Si hay alguien interesado
en la distribución de la película que hable con nosotros", cerró su
discurso de agradecimiento el realizador Diego Ongaro premiado por el gran
jurado con el Globo de Cristal por Bob
and the Trees como la mejor película de la edición número 50 del Festival
de Cine de Karlovy Vary, que dirigió su poderosa influencia a revalidar lo
mejor del cine independiente norteamericano.
Este primer largo de Ongaro,
realizador francés afincando en Massachusetts, tuvo hace unos meses su premiere
mundial en el Festival de Sundance y del mismo universo indie norteamericano
procede Sleeping with Other People, de Leslye Headland, film con el cual el
festival se despidió hasta el año que viene. "Me sentí instantáneamente
atraído por su personalidad magnética y sus fascinantes historias",
confesó Diego Ongaro al referirse a la vida del carismático Bob Tarasuk, un
trabajador que se interpreta a sí mismo en el film ganador. "Bob, el héroe
irresistible de Ongaro, es sutilmente y poderosamente estudiado en su carácter,
rodeado por un paisaje tan majestuoso como inescrutable", fueron los
considerandos de Karel Och, director artístico del festival.
La ceremonia fue conducida como
desde hace años por el presentador Marek Eben con su habitual, y generalmente
poco entendible para los extranjeros, juego de palabras: "Espero que esta
celebración de los cincuenta años haya sido de lo mejor para ustedes. Son las
estrellas del festival y yo soy sólo un manager, así que buenas noches",
dijo instantes antes de presentar el premio del público y depositarlo en manos
de Harvey Keitel, protagonista de La giovinezza, de Paolo Sorrentino. El premio
especial del Jurado fue para el film austríaco Jeder der fällt hat Flügel, en
tanto que muy merecidamente fueron reconocidas Babai y Antonia, alzándose con
el Globo de Cristal al mejor director y la mención especial del jurado
respectivamente. Otra mención especial del jurado recibió el logrado film de
animación La montaña mágica, de Anca Damián, que recoge las memorias de Adam
Jacker Winkler. Pesn pesney, en tanto, obtuvo la mención especial del jurado
ecuménico cuyo premio principal también fue para Bob and the Trees.
Las dos películas checas
presentadas dentro de la competencia oficial no tuvieron ni la calidad y la
jerarquía de Fair Play, de Andrea Sedlácková (presentada el año último y de
próximo estreno comercial en Buenos Aires), pero sí potentes actuaciones. Alena
Mihulová por Domácí péce y Krystof Hádek por Kobry a Uzovky, festejaron los
premios a la mejor actriz y mejor actor. También se añadió el reconocimiento a
la mítica Helena Trestíková por Mallory como mejor documental de largometraje.
El KVIFF cierra con 12.857
visitantes y una organización ejemplar. Ahora toca pensar en la número 51.
Y nosotros nos preguntaremos
si en alguna ocasión nos llegará esta película a las salas de Sevilla. Ojala!
Diego Ongaro con su Globo de Cristal |
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