Título original: Han Gong-Ju. Dirección y Guión: Lee Su-jin. País: Corea del Sur. Año: 2013. Duración: 112 minutos. Género: Drama. Productor: Fine Cut. Música: Kim Tae-Sung. Fotografía:
Hong Jae-Sik. Estreno en España: 08 Mayo 2015. Lanzamiento en DVD: 10 Junio 2015
Intérpretes: Chun Woo-Hee, Jung In-Sun, Lee Young-Ran, Kim
So-Young.
Sinopsis:
Han Gong-ju (Chun Woo-hee) es una joven estudiante obligada a abandonar
su escuela tras un misterioso incidente del que todo el mundo la señala como
culpable. Con sus padres ilocalizables, es llevada a un pequeño pueblo donde se
queda a vivir con la madre de uno de sus profesores. Poco a poco irá
acostumbrándose a su nueva vida y haciendo nuevos amigos, entre ellos Eun-hee,
una divertida compañera de clase que la empujará a unirse a su grupo de música.
Pero el pasado que Han Gong-ju ha dejado atrás pronto volverá para
atormentarla.
Fotograma de "Princesa (Han Gong-Ju) |
Comentarios:
Considerada por muchos como la mejor película del año producida en Corea
del Sur, su paso por festivales no deja lugar a dudas del carácter excepcional
que esta posee: Premio del Público en Busan, Premio del Jurado en Rotterdam,
Gran Premio del Jurado en Marraquech, y recientemente en el Festival de
Deauville se alzó con el Gran Premio del Jurado, el Premio de la Crítica y el
Premio del Público a la Mejor Película. Opera prima de Lee Su-jin, y primer
papel protagonista de la joven actriz Chun Woo-hee, “Han Gong-ju” ha supuesto
una auténtica revelación dentro de la industria cinematográfica de Corea del
Sur, tanto por la extraordinaria calidad de las actuaciones de sus
protagonistas, como por la gran sensibilidad demostrada por un director novel
en un tema tan delicado como el que trata.
Tal como afirma Jordi Costa, el sufrimiento de los personajes femeninos
–encarnados, con frecuencia, en la figura de madres o abuelas con portentosa
capacidad de sacrificio- es la piedra angular de una larga tradición en el
contexto del melodrama coreano, que trasciende lo cinematográfico para
infiltrarse también en el discurso del culebrón televisivo. En Madre (2009) y
Poesía (2010), dos cineastas como Bong Joon-ho y Lee Changdong alteraron de
manera radical toda esa memoria colectiva enfrentando al arquetipo con un
insalvable dilema moral que desembocaba en dos maneras tan contrastadas como
heterodoxas de gestionar la culpa. Princesa, opera prima de Lee Su-jin, podría
completar con esas dos películas mencionadas una trilogía involuntaria, un
completo tríptico sobre las tres edades del sufrimiento femenino en una Corea
del Sur marcada por las fracturas generacionales, la cotidianidad de la
violencia, la protección social del verdugo en el seno de un sociedad
visiblemente misógina y la desprotección y exclusión de las víctimas.
Chun Woo-hee |
En una escena, la protagonista canta en solitario, mientras la observan
las compañeras de su nuevo instituto. Una de ellas hace un comentario sobre su
voz: una voz tan triste solo puede emerger tras un tremendo hecho traumático.
El cineasta dosifica la información con endiablada y pertinente eficacia y no
conviene aquí desvelar nada: lo poco que, al principio, sabe el espectador de
la protagonista es que ha tenido que abandonar su residencia habitual, cambiar
de instituto… en suma, desaparecer, como la portadora de un estigma. En su
mundo no hay ni abuelas, ni madres que sufran por sus desdichas: sólo los
restos de una desestructuración familiar, un padre y una madre ausentes (cada
uno aferrado a su propia y desesperada tabla de salvación tras el naufragio) que,
cuando concurren en el relato, aportan importante información sobre el estado
espiritual de una sociedad marcada por la muerte del afecto. Lee Su-jin es un
excelente retratista de trazo impresionista y conciso: también la anfitriona de
la protagonista en su nueva residencia/exilio suma capas de complejidad a este
melodrama íntimo enmarcado en un desastre moral colectivo.
Al parecer Martin Scorsese cayó rendido a los pies de esta película
ambiciosa, que parece mimetizar en sus modos de expresión la ingravidez,
delicadeza y vulnerabilidad de su heroína… Años atrás, al frente de su World
Cinema Project, el propio Scorsese contribuyó a la preservación y difusión en
Occidente de Hanyo (1960) de Kim-ki Young, obra fundacional del moderno
melodrama coreano. El premio que Scorsese otorgó a Princesa en el festival de
Marrakech es, pues, una excelente manera de cerrar ese círculo.
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