Título original: Stand up guys. Dirección: Fisher Stevens. País:
USA.
Año: 2012. Duración: 95 min. Género: Comedia, thriller.
Guion: Noah Haidle. Producción: Sidney Kimmel, Gary Lucchessi,
Tom Rosenberg y Jim Tauber. Música: Lyle Workman. Fotografía:
Michael Grady. Montaje: Mark Livolsi. Diseño de producción: Maher
Ahmad. Vestuario: Lindsay McKay. Estreno
en USA: 1 Febrero 2013. Estreno en España: 12 Abril 2013.
Intérpretes: Al Pacino (Val), Christopher Walken (Doc),
Alan Arkin (Hirsch), Julianna Margulies
(Nina), Mark Margolis (Claphands), Lucy Punch (Wendy), Addison Timlin (Alex),
Vanessa Ferlito (Sylvia).
Sinopsis:
Val (Al Pacino) sale de la cárcel tras
cumplir 28 años de condena. Doc (Christopher Walken), su mejor amigo, le espera
a la salida para ir a ver a Hirsch (Alan Arkin), otro viejo colega. A pesar de
la edad, los tres gángsteres deciden reanudar esa misma noche su vida de
crímenes, drogas y sexo. Sin embargo, Doc tiene que hacer antes un trabajo
urgente que le ha encargado el jefe de la banda: debe matar a Val para saldar
una cuenta pendiente. El dilema es peliagudo, y dispone de poco tiempo para resolverlo.
Al Pacino |
Habló en su favor: Antonio Dopazo.
Contaba de antemano con ingredientes notables que invitaban a una película,
por lo menos, alejada de la rutina y de la mediocridad y en efecto, aunque no
se ha sacado todo el gran partido necesario, los resultados son satisfactorios.
De este modo el director Fisher Stevens, conocido entre nosotros solo por
'Beso en Manhattan', rentabiliza la coincidencia en el reparto de tres nombres
excelentes, todos ellos galardonados con el Oscar, Al Pacino, Christopher
Walken y Alan Arkin, que hacen una labor impagable. Es cierto que todos ellos
exprimen a tope las posibilidades de sus personajes, pero el asunto sería mucho
más complicado si no mediara un guión desigual pero con toques inteligentes e
infestado de salpicaduras de delicioso humor negro. La cita con tan ilustres
veteranos se convierte a la postre en una excusa para el deleite y, además,
permite asistir a un entrañable apología de la amistad que constituye el
elemento determinante de la historia.
Pacino es, por supuesto, el más inspirado y brillante y de sus mordaces
diálogos y consideraciones fluyen jugosas teorías. Es un gángster, Val, que
acaba de salir de la cárcel tras cumplir 28 años tras las rejas, está en lógica
decadencia física, pero su vitalidad y su optimismo lo irradian todo. Se ha
reunido con su mejor amigo, Doc, que le ha estado esperando todo este tiempo y
que le ofrece cobijo y compañía.
Da la impresión que al reunirse ambos han encontrado de nuevo el sentido
a la vida, pero lo que Val ignora es que Doc ha sido contratado por un mafioso
para que mate a su amigo y lleve a cabo una venganza, la de haber acabado con
su hijo, que ha esperado tanto tiempo. Lo insólito es que ni siquiera cuando
Val intuye lo que pasa, cuando sabe que en pocas horas su compañero de fatigas
le va a matar, su conducta apenas cambia. Es más, los dos deciden ir a por el
tercero en discordia, Hirsch, que está recluido en una residencia. Y todos
juntos de nuevo vivirán unas horas intensas y explosivas en la que recuperarán
el sabor y la esencia de los viejos tiempos, dando sentido otra vez a sus
respectivas existencias. Con momentos tan deliciosos como las sucesivas visitas
al prostíbulo y soluciones humanas como la que vincula a Doc con la atractiva
camarera.
Christopher Walken |
Habló en su contra: Sergi Sánchez.
¿Un «Space Cowboys» fortalecido por una
sobredosis de Viagra? ¿Un mal episodio de «Los Soprano» para gerontófilos
aficionados? Es difícil entender la existencia de esta película si no atendemos
a la desesperación de los departamentos de marketing. Esto es, ¿a qué público
va dirigida? A todos aquellos que aún creen que Al Pacino es un buen actor, que
no son precisamente los que abusan de las descargas ilegales. Pacino, que
representa el peso de la edad sobre sus espaldas como si fuera el jorobado de
Notre Dame, y, en menor medida, Walken, invocan aquello de «como en los viejos
tiempos» fingiendo que sus personajes tienen la suficiente entidad dramática
como para sentir nostalgia.
Con el añadido de última hora del siempre
digno Alan Arkin, ambos encarnan el estereotipo del gangster crepuscular
recurriendo a clichés acumulados durante décadas de experiencia. En este
epitafio que dura 24 horas, el mafioso de Pacino visita un burdel, acude a
urgencias por priapismo, esnifa pastillas para la hipertensión y las cataratas
e intenta ligarse a una chica que está a punto de caer en la trampa de su
sobreactuación. Walken funciona como convidado de piedra a una fiesta funeraria
que sólo demuestra lo mal que envejecen algunos mitos.
Trailer de la película:
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