Título original: Monos. Dirección: Alejandro Landes. País: Colombia. Año: 2019. Duración: 102
min. Género: Drama.
Jasper Wolf (Fotografía), Alejandro Landes, Alexis
dos Santos (Guión), Mica Levi (Música), Alejandro Landes, Fernando
Epstein, Santiago Zapata, Cristina Landes (Producción),
Javier Farina (Sonido), Andrés Ramírez,
Alex Rojas (Maquillaje), Johanna
Buendia, Daniela Scheneider (Vestuario),
Angela Leyton, Daniela Scheneider (Dirección
Artística).
Premio Especial del
Jurado del Festival de Sundance 2019. Nominada al Goya a la Mejor Película
Iberoamericana 2019.
Estreno en Sevilla: 21 Febrero 2020
Reparto:
Julianne Nicholson
(Doctora), Moisés Arias (Patagrande), Sofía Buenaventura (Rambo), Julián
Giraldo (Lobo), Karen Quintero (Leidi), Laura Castrillon (Sueca), Deibi Rueda
(Pitufo), Paul Cubides (Perro), Sneider Castro (Bum Bum), Wilson Salazar (El
Mensajero), Jorge Román (Buscador de Oro).
Sinopsis:
En la cima de una
imponente montaña, donde lo que a primera vista parece un campamento de verano,
ocho niños guerrilleros apodados “Los Monos» conviven bajo la atenta mirada de
un sargento paramilitar. Su única misión es clara: cuidar a la doctora
(Julianne Nicholson), una mujer americana a la que han tomado como rehén.
Cuando esta misión empieza a peligrar, la confianza entre ellos empezará a
ponerse en duda.
Comentarios:
Una cabeza de cerdo
degollado clavada en la punta de una estaca. No son los niños perdidos en la
isla de 'El señor de las moscas'; son el grupo de niños guerrilleros de la
montaña de 'Monos'. El brasileño Alejandro Landes viaja en su segundo largo de
ficción a las montañas de Cundinamarca, en Colombia, y escala hasta un
territorio agreste y bronco en el que la vida y la muerte son valores relativos
y el instinto prima. Por encima de las nubes, en la cumbre, ocho niños armados
hasta los dientes tienen la misión de vigilar a la doctora Sara Watson
(Julianne Nicholson) y de mantener con vida a Shakira, una vaca prestada a la
que deben cuidar y ordeñar. Entrenados por un paramilitar, son máquinas de
matar. Pero también son lo imprevisible e inconsciente de unos adolescentes
rabiosos con las hormonas subidas y ganas de jugar.
Cuando su instructor se
marcha, ellos quedan al cargo. Y aunque podrían ser ocho niños inscritos en un
campamento de verano salvaje —las fiestas con alcohol, los líos de lenguas y
los bailes alrededor de la hoguera—, en el fondo son soldados que deben
obediencia a una legislación militar estricta y que tienen en sus manos armas
de fuego y el entrenamiento para usarlas. Cuando uno de ellos accidentalmente
mata a la vaca y a un compañero, el resto del grupo tiene que decidir si mentir
para encubrirle y enfrentarse a una corte militar de la guerrilla, o si
ajusticiarlo a él también.
La belleza de los
paisajes, la luz y los tiros de cámara —la forma de retratar la naturaleza del
director de fotografía, Jasper Wolf, entre los colores más vibrantes y los
cielos pastel— son apabullantes, y contrastan en un choque de trenes con la
brutalidad que son capaces de desplegar los protagonistas. Landes avisa con una
secuencia en la que sorprende la destreza de los chicos a la hora de despiezar
una vaca. Cortan los tendones con un golpe seco de machete. La desuellan.
Desgajan músculo a músculo. Tienen que comer. Tienen que sobrevivir.
Es difícil aclarar los
sentimientos que despierta el grupo. Más allá de la hiperviolencia de
Patagrande (Moisés Arias, que ha pasado de ser chico Disney en 'Hannah Montana'
a liarse a tiros en la selva colombiana), los chicos —y las chicas, que también
las hay— son capaces de mostrarse con la dulzura infantil e inocente de un
compañero de juegos —la escena en la que las niñas le peinan unas trenzas a la
doctora— y rápidamente virar en la agresividad y la falta de empatía más
descarnadas: son capaces de arrear con la correa a un compañero por diversión y
de no mostrar un ápice de comprensión —que no comprendan es lo más terrorífico—
ante la angustia de una madre que no sabe si su hijo sigue vivo.
Landes combina una
fotografía trabajada al milímetro con una puesta en escena naturalista, en la
que se toma sus tiempos para recrearse en las dinámicas del grupo, en su
relación con la naturaleza y el juego, para que el espectador sea testigo de
cómo la regresión animal y el salvajismo van aflorando y les llevan por un
camino errático en el que no son conscientes de jugarse la vida. Porque aunque
ellos simulen que todo es un juego, el fuego y la hoja de un machete son
reales.
La doctora también tendrá
que lidiar con sus contradicciones morales. Porque las convenciones que el ser
humano construye para la convivencia cívica mueren cuando desaparece la
civilización. Y ¿qué es la guerra sino la vuelta momentánea a un estadio
animal? Candidata por Colombia a los Oscar —aunque no finalista— y seleccionada
por Sundance, Berlín y San Sebastián, 'Monos' es un filme inmersivo y terrible,
tan exhibicionista como costumbrista, tan contradictorio como lo es, por otro
lado, el objeto que retrata. (Marta Medina).
Recomendada
(con reservas).
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