Título original: Dark Waters. Dirección: Todd Haynes. País: USA. Año: 2019. Duración: 126
min. Género: Drama.
Affonso Gonçalves (Montaje), Edward Lachman (Fotografía), Mario Correa, Matthew
Michael Carnahan (Guión), Marcelo
Zarvos (Música), Pamela Koffler,
Mark Ruffalo, Jeff Skoll, Christine Vachon (Producción).
Nominada a Mejor guion
adaptado y Mejor Actor de drama (Mark Ruffalo) en Satellite Awards 2019.
Estreno en Sevilla: 24 Enero 2020
Reparto:
Mark Ruffalo (Robert
Bilott), Anne Hathaway (Sarah Bilott), Tim Robbins (Tom Terp), William Jackson
Harper (James Ross), Bill Pullman (Harry Dietzler), Victor Garber (Phil
Donnelly), Bill Camp (Wilbur Tennant), Mare Winningham (Darlene Kiger), Louisa
Krause (Karla).
Sinopsis:
Inspirada en una
impactante historia real. Un tenaz abogado (Mark Ruffalo) descubre el oscuro
secreto que conecta un número creciente de muertes y enfermedades con una de
las corporaciones más grandes del mundo. En el proceso arriesga su futuro, su
trabajo y hasta su propia familia para sacar a la luz la verdad.
Comentarios:
El origen de esta
historia está en un artículo escrito por Nathaniel Rich en el «New York Times
Magazine», y que él mismo ha colaborado para convertirlo en guion de esta
película en la que se cuenta la lucha durante años de un abogado contra la
potente corporación química DuPont. El caso, además de largo, es complejísimo,
pero cuenta para desenrollarse con la ventaja de un director como Todd Haynes,
que lo desgrana con notable pericia narrativa sin caer en la tentación de
imponerse él o su estilo sobre los materiales que ya de por sí son un puzzle de
tragedias personales, dramas familiares, intereses económicos, ruinas
medioambientales y propiedades químicas…
No intenta Haynes imponer
su habitual elegancia, sutileza y distinción (como en otros títulos que la
exigían, «Carol» o «Lejos del cielo»), sino explicar los hechos en una zona de
Virginia donde la empresa química vertía sus residuos de PTFE, las dificultades
«políticas» de su investigación, la batalla legal y sus efectos en las vidas de
quienes afrontaron esa lucha. No es, pues, una película creativa sino
esclarecedora, y hasta el punto de que cualquier espectador sacará alguna
conclusión sobre su sartén de teflón (PTFE).
Del mismo modo que la
arquitectura argumental es clara, clásica y escrupulosa en tiempos y espacios,
Haynes cuenta para una mejor transparencia con el tono austero y notoriamente
abstemio (sin sustancias excitantes) de las interpretaciones, y especialmente
la de Mark Ruffalo, un actor que no necesita ponerse el dedo en la sien para
que sepamos que está pensando o sintiendo.
El abogado que interpreta
está compuesto de todos los ingredientes, los mejores y los peores, de su
controvertida profesión. También el personaje de Tim Robbins rezuma ese mismo
conglomerado. Y Anne Hathaway, que parecía cargar con un personaje, el de la
esposa, típico de la sección de complementos, lo potencia en un par de
instantes de fuerza y emoción. Es una película que hila bien con las necesidades
actuales de «salvar el planeta» y, mejor aún, hila bien con ese gustillo tan
humano cuando ve al pequeño enfrentarse con una honda al gigante. (Oti
Rodríguez Marchante)
Recomendada.
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