Título
original: Amazing Grace. Dirección: Alan
Elliott y Sydney Pollack. País: USA.
Año: 2018. Duración: 87 min. Género:
Documental.
Jeff Buchanan (Montaje), Joe Boyd, Alan Elliott, Rob
Johnson, Chiemi Karasawa, Spike Lee, Sabrina V. Owens, Angie Seegers, Tirrell
D. Whittley, Joseph Woolf (Producción).
Presentada en el Festival
de Cine de Berlín (fuera de concurso).
Estreno en Sevilla: 4 Octubre 2019
Sinopsis:
En enero de 1972, la gran
Aretha Franklin actuó durante dos días dando un concierto de gospel en la
Iglesia Bautista Misionera New Temple en Watts, Los Ángeles, grabando lo que se
convertiría en su álbum más vendido, "Amazing Grace". Las sesiones
fueron filmadas por un equipo de rodaje liderado por el director Sydney
Pollack, pero el material de archivo terminó en una bóveda y ha sido durante 4
décadas uno de los tesoros cinematográficos perdidos de la música del siglo XX.
Antes de la muerte de Pollack en 2008, el director expresó su deseo de que se
completara la película, y el productor Alan Elliott lo abordó con un equipo de
gente apasionada con el proyecto.
Comentarios:
Sydney Pollack acababa de
realizar con Robert Redford 'Las aventuras de Jeremiah Johnson' cuando Warner
le puso al frente de 'Amazing Grace', filmación de las dos actuaciones seguidas
que Aretha Franklin hizo en una iglesia baptista de Los Ángeles, en enero de
1972, grabadas para ser editadas en un doble álbum que tardó poco tiempo en
convertirse en el más vendido de la historia de la música góspel.
Pero el director de 'Tal
como éramos' era un absoluto profano en la materia: nunca había rodado un
concierto en directo. De su inexperiencia, y la de su equipo, derivaron una
serie de contratiempos y el filme nunca pudo estrenarse debido a deficiencias
técnicas entre imagen y sonido.
Allan Elliott ha logrado,
tras arduos esfuerzos, recuperar el material, montarlo y sonorizarlo. 'Amazing
Grace' es una realidad. No solo existe el disco. También tenemos una película
que la historia nos debía, ya que se trata de uno de los mejores documentales
de música de los últimos tiempos.
Está montado en crudo,
con zooms de corrección y acercamiento –hay uno tan torpe como entrañable hacia
Mick Jagger, que apareció como espectador en la segunda noche– y Pollack
pasando una y otra vez frente a la cámara. Eso le da un mayor sentido de
momento único y se ciñe mejor a esa plegaria –toda actuación de góspel lo es–
en que Franklin convirtió un concierto-oficio religioso en el que interpretó
con un sentimiento inigualable aquellas canciones que cantaba de pequeña. (Quim
Casas)
Recomendada.
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