En Italia el film d’Art también fructificó con
especial predilección hacia el género
histórico y bíblico, destacando superproducciones como “¿Quo Vadis?” (1912) y, sobre todo, “Cabiria” (1913), de Giovanni
Pastrone, la obra más importante de la época a nivel mundial. Era una película monumental,
con grandes escenarios y multitud de figurantes, ambientada en la Segunda
Guerra Púnica, donde la pequeña Cabiria y su nodriza son raptadas durante la
confusión causada por la erupción del Etna. Cabiria es vendida en Cartago para
ser sacrificada en el templo de Moloch. Fulvio Axilla, un espía romano, y su
esclavo Maciste la rescatan y queda al cuidado de la reina Sophonisba. Diez
años después, después de la guerra y la caída de Cartago, Cabiria vuelve con
Fulvio.
La película fue una superproducción
costosísima, se tardaron 6 meses en filmarla, aglomeración de extras en
extraordinarios movimientos bien coreografiados, con vestuario fastuoso
inspirado en las pinturas de Rafael, multitud de animales como camellos,
caballos y hasta elefantes, utilizando escenarios naturales de Sicilia, Túnez y
los Alpes en el Piamonte, además de rodarse en platós de los Estudios FERT en
Turín. Se crean monumentales decorados y escenas como la hacienda de Catania,
con sus enormes columnas y barandillas, la destrucción por el volcán de la
villa, toda ella derrumbándose, espectacular, el fuego, el humo, los techos
colapsándose, por supuesto el Gran Templo de Moloch, con la entrada que es la
boca dentada de una gran cabeza de monstruo de 3 ojos, el interior es un
delirio visual con columnas talladas de elefantes que claramente inspiró a
“Intolerancia”, coronada la estancia por una enorme figura del Dios alado
Moloch encadenada de manos, en la sala decenas de personas enfervorecidas con
antorchas vitorean al Sumo Sacerdote, el torso del Dios se abre y el Sacerdote
introduce a niños uno tras otro en el torso del dios Moloch, interior de la
figura que es un horno, la boca del Dios eructa humo en señal de satisfacción,
trepidante la escena del rescate in-extremis de Cabiria por parte de Maciste y
Axila, o las épicas secuencias del ejército de Aníbal por los nevados Alpes, o
la tremebunda batalla de Siracusa, con naves ardiendo y hundiéndose, o la
brillante escena de la pirámide de humana de soldados romanos que construyen
con sus escudos para que Axila pueda subir por las murallas de Cartago, o la
colosal Batalla de Cirta, impresionantes los muros, con lanzamientos de
piedras, escalas, lanzas, espadas, aceite hirviendo, grandes cestas con
soldados izadas cual grúas cayendo estos al vacío, centenares de de guerreros,
o las innovadoras secuencias oníricas
como los sueños de Sofonisba, o la escena en que se ve la imponente
fachada del Palacio de Cirta con la entrada coronada por dos grandes columnas
con forma de felinos, o la precursora secuencia final con sobreimpresiones
alegóricas a los sentimientos de los protagonistas, y mucho más.
La historia sigue el patrón de mezclar
personajes como Aníbal, Asdrúbal, Escipión, Arquimedes o Masinisa, y hechos
históricos como la erupción del Etna, la Segunda Guerra Púnica con la batalla
de Siracusa o la de Cirta, metiéndolo en una coctelera con 3 protagonistas
ficticios con su subtrama melodramática que es el hilo conductor, estos
personajes interactúan con los reales, creando una sensación épica. El relato
se mueve por el drama, la comedia, la aventura, las contiendas militares, el
romance, el terror (tuvo que ser impactante para su tiempo el sacrificio de
niños), añadiéndose elementos de fantasía muy bien engarzada en la narración.
Es de sobresaltar la labor del turolense
Segundo Chomón (pionero en trucajes, iluminación, fotografía y revelado,
fundador de la primera productora de cine español “Macaya y Carro”), trabajó en
los Estudios galos Pathé Frères (los más importantes del mundo entonces, para
los que hizo más de 100 cortometrajes), para competir con George Melies, aquí
fue director de trucajes y primer operador de cámara, siendo el encargado de la
filmación de la secuencia de la erupción del Etna y del posterior terremoto,
ayudado por la creación de sus maquetas. Es el creador de una de las
innovaciones técnicas que más ha revolucionado el cine, el Travelling, colocando
la cámara sobre un carro para enfatizar la magnificencia de los decorados y de
la expresionista iluminación, además ayudaba a centrar la escena en un
personaje, esto evitó engorrosos montajes de planos, estos travellings se
llamaron durante tiempo un tiro “Cabiria”. Fue uno de los pioneros del Séptimo
Arte que experimentó con profusión de técnicas.
En la fotografía además de Chomón participan
cinco operadores más, Augusto Battagliotti, Eugenio Bava, Natale Chiusano,
Carlo Franzeri y Giovanni Tomatis, realizan tomas ampulosas de grandes
panorámicas que recogen grandes despliegues de gentíos, como las bellas tomas
de los Alpes con Anibal, así como emitiendo profundidad de campo, precursores
avances. En los interiores destaca por el empleo de la luz exponiendo un
patinado expresionista que denota emociones.
El carismático y hercúleo personaje de
Maciste es encarnado por Bartolomeo Pagano, fue descubierto por Pastrone, era
un estibador en el puerto de Génova, este mismo rol fue interpretado por él en
más de 2 docenas de películas hasta el año 1926, haciendo del esclavo negro
norteafricano, eso sí, por el racismo reinante y se pensaba que los negros no
podían actuar, así que el papel fue a un blanco que se pintaba la cara negra,
algo que también pasó en “El Nacimiento de Una Nación”.
Fotograma de "Cabiria" |
Los actores cumplen, teniendo en cuenta el
medio mudo en el que se movían debían resultar muy histriónicos y teatrales,
destacaría a la bella y hiperexpresiva Italia Almirante-Manzini, con su trágico
papel, majestuosa, decadente, estremecedora en la secuencia del suicidio.
Esta es una Obra Maestra que hay que medir en
el contexto histórico que está realizada, verla es toda una delicia visual,
resultando un valioso estudio antropológico cinematográfico esencial para todo
cinéfilo que se precie.
El New York Dramatic Mirror escribía en su
crítica tras el estreno americano: «La película convencerá a muchos incrédulos
de que el buen arte no es incompatible con la industria del cine.»
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