Helen Hunt
se convierte en la cinta “Las sesiones” en una terapeuta que enseña a John
Hawkes a practicar el sexo a pesar de su poliomelitis. Un papel por el que
vuelve a sonar para el Óscar y que demuestra, según ella, “la belleza
potencial de una vida sexual sana”.
Con
los mejores elementos de ese cine independiente que alcanza fácilmente al gran
público y con un tema que este año, gracias al éxito de “Intocable”, parece
haber encontrado su vía directa al corazón del público, Helen Hunt ha preparado
su regreso a la primera línea cinematográfica y ya es candidata al Globo de Oro
y a los premios Indendent Spirit.
Desde que
ganó el Óscar por “Mejor… imposible”
en 1997, Hunt no había vuelto a tener un papel tan jugoso en el cine como el de
esta película de Ben Lewin, director a su vez poliomelítico, y que
recoge el testimonio real del periodista y escritor californiano Mark O’Brian,
que a sus 38 años decide que ha llegado el momento de perder la virginidad.
Hunt interpreta “a una esposa, mujer, asistente sexual, prescrita por un terapeuta para trabajar con el protagonista durante un número limitado de seis sesiones, para ayudarle a afrontar sus problemas sexuales. Para tener un futuro sexual como él quiere tener”, explica en una entrevista en Londres.
Lewin, que
durante toda su vida ha tenido que lidiar con la mirada compasiva, sin embargo
llena de humor y relativiza las discapacidades hasta crear un divertido y
refrescante
(aunque no por ello menos descarnado) pulso emocional entre la terapeuta que
esconde sus emociones tras su férrea profesionalidad y el carisma desenfadado
del inválido, en una celebrada interpretación de John Hawkes.
Su
personaje, más allá del relato de superación, consigue el milagro de ser un
auténtico seductor y un hedonista pese a los impedimentos, ayudado por la
presencia del cura que interpreta William H. Macy.
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