Título
original: Rise of the planet of the apes. Dirección: Rupert Wyatt. País: USA. Año: 2011. Duración: 107
min. Género: Ciencia-Ficción.
Guión: Rick Jaffa, Amanda Silver
(basado en la novela “El planeta de los simios”, de Pierre Boulle). Música: Patrick Doyle. Fotografía: Andrew
Lesnie. Montaje: Conrad Buff, Mark Goldblatt. Diseño de producción: Claude Paré. Vestuario: Renée April. Producción:
Peter Chernin, Dylan Clark, Rick Jaffa, Amanda Silver.
Nominada a Mejores Efectos
Visuales en los Premios Oscar 2011.
Fecha del estreno: 5 Agosto 2011 (España).
Reparto:
James Franco (Will Rodman), Freida Pinto
(Caroline Aranha), Brian Cox (John Landon), Tom Felton (Dodge Landon), Andy
Serkis (César), John Lithgow (Charles Rodman), David Hewlett (Hunsiker), David
Oyelowo (Steven Jacobs), Tyler Labine (Robert Franklin), Jamie Harris (Rodney).
Sinopsis:
Precuela del ya mítico
largometraje "El planeta de los simios". Will Rodman es un joven
científico que está investigando con monos para obtener un tratamiento contra
el alzheimer, una enfermedad que afecta a su padre. Uno de esos primates,
César, un chimpancé recién nacido al que Will se llevó a casa para protegerlo,
experimenta una evolución en su inteligencia verdaderamente sorprendente. En el
estudio del simio le ayudará una bella primatóloga llamada Caroline.
Comentarios:
Películas con finales tan
memorables, infalibles, demoledores y acordes con lo que se ha estado contando
a lo largo del metraje anterior como el de El planeta de los simios
(Franklin J. Schaffner, 1968) invalidan por sí mismos cualquier retoque, continuación
o revisión. La Estatua de la Libertad. La destrucción. El apocalipsis. Nada de
puntos y aparte. Punto y final.
Quizá por ello todas las
tentativas de regreso a la temática iniciada con la novela original de Pierre
Boulle (cuatro insistentes películas cada vez más folletinescas, una serie de
televisión que nos alegró la infancia pero que no admite una visión madura, y
aquel nefasto remake de Tim Burton, con la selva creada en estudio más cutre de
la historia de las superproducciones) resultaban meros ejercicios de nostalgia
más o menos cochambrosos. Sin embargo, aquel dantesco desenlace dejaba un
resquicio para acercarse al relato desde una perspectiva con inmensas
posibilidades: la revelación de la raíz de esa sociedad distópica que
encontraba el astronauta Charlton Heston tras el aterrizaje de su nave. Y ahí
se adentra El origen del planeta de los simios, sorprendentemente
interesante germen de la película de Schaffner, ambientada en un futurible
presente en el que las compañías farmacéuticas parecen dispuestas a todo con
tal de, por ejemplo, encontrar un remedio contra el alzhéimer y, sobre todo, de
forrarse de dinero aun a costa de la seguridad. Así, el guion construido
alrededor de las investigaciones sobre la recuperación de la memoria en los seres
humanos permite al padre enfermo del científico protagonista ejercer de
elemento dramático detonador de sentimientos, sensaciones y problemáticas.
Mientras, la perfección a
la que ha llegado la técnica de la captura de movimientos (almacenamiento de
las acciones de actores humanos para su posterior animación digital) permite
que el mono protagonista sea un prodigio de expresividad facial (aún queda un
paso para que saltos y vuelos sean del todo realistas), como ya lo eran los
anteriores trabajos del actor elegido para la tarea, el felizmente encasillado
Andy Serkis, que no era nadie antes de inspirar los movimientos de Gollum y de
King Kong, y que ahora es poco menos que una estrella.
De modo que a la película
solo se le pueden echar en cara un par de desperfectos, y no de base, sino
colaterales. El primero, de guion, porque el giro desde el doctor loco
dispuesto a todo hasta el buen científico que no quiere arriesgar es demasiado
rápido y contraproducente. Y el segundo, de dirección, porque a la puesta en
escena del poco conocido Rupert Wyatt le sobran unos cuantos movimientos de
cámara construidos en el ordenador, en teoría virtuosos pero en realidad
bastante más falsos que los saltos de los monos. Algo que se olvida con la
doblemente espectacular media hora final, contagiosa para el entretenimiento e
infecciosa en su perversidad social. (Javier Ocaña)
Recomendada.
Durante la primera mitad del metraje la peli es muy interesante (rollito cinentífico y tal). Pero poco a poco se va conviertiendo en un mero homenaje al 3D, en un alarde de artificios y acción.
ResponderEliminarExplica cómo los simios alcanzan una inteligencia equiparable a la humana, pero eché en falta un poco de explicación, de detenimiento en el exterminio de los hombres.
Tal vez haya segunda parte.
Una precuela para algunos algo innecesaria, pero creo que para todos entretenida. Merece la pena verla si te gusto la anterior pero tampoco esperando grandes cosas.
ResponderEliminar