Título
original: Cowboys & Aliens. Dirección: Jon
Favreau. País: USA. Año: 2011. Duración: 118 min. Género:
Acción, Ciencia-Ficción, Western.
Guión: Alex Kurtzman, Roberto
Orci, Hawk Ostby, Damon Lindelof, Mark Fergus (a partir de la adaptación
cinematográfica de Mark Fergus, Hawk Ostby, Steve Oedekerk; basada en la novela
gráfica de Platinum Studios). Música: Harry
Gregson-Williams. Fotografía: Matthew
Libatique. Montaje: Dan Lebental, Jim May. Dirección artística: Scott Chambliss. Vestuario: Mary Zophres. Producción:
Brian Grazer, Ron Howard, Alex Kurtzman, Damon Lindelof, Roberto Orci,
Scott Mitchell Rosenberg.
Fecha del estreno: 2 Septiembre 2011 (España).
Reparto:
Daniel Craig (Jake Lonergan), Harrison Ford
(coronel Woodrow Dolarhyde), Olivia Wilde (Ella), Sam Rockwell (Justin Hammer),
Clancy Brown (Meacham), Noah Ringer (Emmett), Adam Beach (Nat Colorado), Paul
Dano (Percy Dolarhyde), Abigail Spencer (Alice).
Sinopsis:
En 1873, en el viejo
Oeste, los colonos y los indios se enfrentan en una batalla salvaje por el
control de las tierras. Pero cuando la Tierra se ve amenazada por seres de otro
planeta, ambos bandos deberán colaborar para salvar a la humanidad.
Comentarios:
Unos platillos volantes
muy años cincuenta persiguen y disparan sus rayos mortíferos sobre un vaquero
que replica con su revólver. Al pie de la imagen se lee: "La tan a menudo
idealizada imagen de los cowboys y los aliens". Se trata de un chiste de
Gary Larson, uno de los grandes heterodoxos del humor gráfico, que, con su
longeva serie The far side, popularizó un estilo que se apropiaba de
referentes de la cultura popular para bañarlos de surrealismo y colocarles una
lacónica frase forrada de sutileza y hábil manejo del sobreentendido. La
ocurrencia de Larson debió de infectar el imaginario de Scott Mitchell
Rosenberg, fundador de Platinum Studios, compañía multimedia con un pie en el
mercado del comic-book y las ambiciones puestas en la industria audiovisual:
bajo la inspiración del chiste, Rosenberg diseñó una franquicia, Cowboys
& aliens, que quería ser al mismo tiempo cinematográfica y tebeística.
Finalmente, Cowboys & aliens se hizo (mediocre) historieta, pero
recorrió un camino sinuoso hasta caer en Paramount y transformarse en el último
blockbuster de esta abigarrada cartelera veraniega.
Quizá por todo este
pintoresco origen, el público parecía dar por sentado que esta película se iba
a tomar su premisa a chirigota. El toque de gracia de Jon Favreau -actor
reciclado en director sin detectable estilo, pero casi siempre excéntrica
intención- ha consistido en frustrar, con ingenio, tal horizonte de
expectativas. En los primeros minutos ya hay un toque de genio: si el Clint
Eastwood de El jinete pálido tuvo la intuición de darle un giro
sobrenatural al arquetipo leoniano del Hombre sin nombre, convirtiéndolo en un revenant,
Favreau y sus deslumbrantes guionistas de la escuela Abrams replican mutando la
enigmática figura en un abducido. Cowboys & aliens es como un mashup
casi perfecto, que se olvida de ironías, proporciona carne a todas sus
figuras -hacía tiempo que Harrison Ford no estaba tan bien- y, en sus mejores
momentos -el rescate de la chica sobre el caza alienígena-, parece el sueño
libidinal de un cinéfilo mutante hecho puro espectáculo. (Jordi Costa)
Recomendada (con reservas).
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