domingo, 24 de septiembre de 2023

Series de TV: Las noches de Tefía (2023)

 

Título original: Las noches de Tefía. Temporada: 1. Episodios: 6. Año: 2023. País: España. Género: Drama, Musical. Estreno: 25 Junio 2023 (Atresplayer Premium).

Creación: Miguel Del Arco. Dirección: Romulo Aguillaume, Miguel Del Arco. Guión: Miguel Del Arco, Antonio Rojano. Fotografía: Jon Aguirresarobe. Producción: Atresmedia Televisión, Buendía Estudios. Distribuidora: Atresplayer Premium.

 

Reparto: Marcos Ruiz (Airam/La Bambi), Patrick Criado (La Vespa), Miquel Fernández (Charli), Israel Elejalde (Don Anselmo), Roberto Álamo (La Viga), Jorge Perugorría (Airam), Carolina Yuste (Nisa), Raúl Prieto (Boncho), Javier Ruesga (La Sissi), Luifer Rodríguez (La Pinito), Jorge Usón (Conde Fénix), Mingo Ávila (La Rata), Jorge Yumar (Perico), Ana Wagener (Agueda), Ciro Miró (Carlavilla), José Luis García-Pérez (El Andaluz), José Luís de Madariaga (La Vespa), Celeste González (La Sissi), Horacio Colomé (Carlos), Maykol Hernández (Miguel), Isaac dos Santos (Caranabo), José Gimeno (Don Bernabé), Elisa Cano (Nisa) y Ruth Trujillo (Claudia).

 

Sinopsis:

Entre 1954 y 1966 existió, en un paraje desértico de Fuerteventura, un campo de concentración franquista conocido con el eufemístico nombre de Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, uno de tantos lugares donde el régimen enviaba a los condenados por la Ley de vagos y maleantes que, a partir del 54, fue implementada para incluir también a los homosexuales. En plena dictadura, los presos sobreviven día tras día al demoledor contexto que les rodea, aunque para lograrlo han recurrido a un truco imaginario: para huir de Tefía, al menos en sus mentes, han fundado el Tindaya, un music hall en el que pueden ser ellos mismos sin ningún peligro.

 

Comentarios: 

La idea de la ficción necesaria se debería desterrar de la crítica televisiva por confundir a menudo el discurso moral o político de una serie con su calidad intrínseca, por ensalzar la obra por encima de su valor audiovisual, a veces incluso reduciéndola a ser una víctima de una guerra cultural. ¿Cuántas obras hemos visto sobredimensionadas por tener el discurso adecuado en el momento oportuno? Pero, dicho esto, las palabras se abren camino de la conciencia hasta la punta de estos dedos que teclean en un impulso tan predecible como inevitable: Las noches de Tefía es una serie necesaria.

El dramaturgo y guionista Miguel del Arco se adentra en un capítulo poco explorado del franquismo: la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía en las Canarias, un campo de concentración al que se enviaban los detenidos por la ley de vagos y maleantes del régimen. Esto significaba que allí había tanto proxenetas como homosexuales, bisexuales y transexuales. A los presos no les quedaba otra que trabajar de sol a sol en situaciones precarias, recibir torturas y vejaciones, y supuestamente ser reeducados para la reintroducción en sociedad como seres reformados, no desviados.

Las noches de Tefía comienza con Airam (Marcos Ruiz) llegando a la falsa colonia agrícola. Es silencioso, tímido y discreto, lo opuesto a la Vespa (Patrick Criado), un homosexual reincidente que vuelve allí y levanta los ánimos de los presos. El entusiasmo y el optimismo de la Vespa no es inconsciencia: él sabe que estar allí es un infierno pero siente el deber de reivindicar la humanidad de todos ellos, que nadie se avergüence de su sexualidad o su orientación de género. Y, para salir de allí ni que sea de forma simbólica, por la noche todos se rinden a los relatos de Charlie (Miquel Fernández), un preso con un don para narrar historias, que les traslada al Tindaya, un bar musical donde todos tienen un papel.

Esta producción es oportuna en un contexto en el que el neofranquismo de VOX entra con fuerza en instituciones y en el que no duda en mandar banderas a la papelera como la LGTBQ+, Tefía propone hacer un poco de memoria histórica. Nos recuerda quiénes eran los verdugos y su esencia no dista mucho de los vicepresidentes toreros.


Este pasado del campo de concentración, mostrado en blanco y negro, es todo un acierto. Ofrece un documento ficcionado pero verosímil de un campo de concentración que estuvo activo entre 1954 y 1966. Su autor se mueve con comodidad en ese terreno tan complicado entre mostrar la dureza de las situaciones y conseguir más allá de la victimización de los personajes, que no pierden su humanidad a pesar de sufrir palizas o violaciones. La cámara se asegura de resaltar ese brillo en la mirada: se reconocen sus existencias incluso si en ese presente eran simplemente parias.

Eso sí, Las noches de Tefía juega con tres líneas narrativas. Aparte de mostrar el día a día de la colonia, también muestra a Airam en 2004 enfrentándose a un pasado traumático y también muestra el mundo inventado por Charli, el bar Tindaya. El Airam maduro, interpretado por Jorge Perugorría, tiene problemas para sostenerse por sí mismo: tanto el desarrollo de su conflicto como los secundarios tienen un trato superficial. Con respecto al Tindaya, se entiende su razón de ser conceptual: es el mundo al que huyen los presos. Sirve como contrapunto ligero a la dureza del campo de concentración. Nos permite ver la plenitud de sus personalidades si no vivieran en una realidad tan injusta. ¿Pero tiene sentido invertir tanto tiempo en una realidad inventada? Con el interés que despierta la realidad en Tefía, el Tindaya se convierte casi en un obstáculo para invertir en las historias y las emociones reales de los personajes.

Las noches de Tefía, por lo tanto, es una serie que tiene una historia potente que contar pero que, temerosa de ser demasiado cruda, pierde el tiempo con números musicales desconectados. En su presentación, por lo menos, cuesta justificarlos más allá de la anécdota, del capricho, cuando la realidad en blanco y negro es mucho más interesante. (Pere Solà Gimferrer)

Recomendada.



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