Título
original: Sintiéndolo mucho. Dirección: Fernando
León de Aranoa. País: España. Año: 2022. Duración: 120 min. Género:
Documental.
Guión: Fernando León de Aranoa. Música: Leiva. Fotografía: Mariano Agudo. Montaje:
Polo Menárguez, Clara Martínez
Malagelada. Sonido: Jesús Espada Zaragoza, Ramón Rico Elías. Producción:
BTF Media, Reposado Producciones, Sony Music España.
Fecha del estreno: 18 Noviembre 2022 (España).
Reparto:
Joaquín Sabina, Fernando León de Aranoa,
Leiva, Antonio García de Diego, Pancho Varona.
Sinopsis:
Retrato de Joaquín Sabina
sin bombín, hecho a muy pocos centímetros de su piel, con nocturnidad y
alevosía, por su amigo, el cineasta Fernando León de Aranoa. Un relato como su
voz, áspero, directo y sin ecualizar, que cuenta sin atenuantes la intimidad del
artista, sus bambalinas, su cara B. Que comienza cuando baja del escenario, que
le acompaña en lo cotidiano, y así en lo inesperado: en la risa y en el drama. “Sintiéndolo
mucho” es el resultado de trece años de rodaje juntos, y recorre todos los
escenarios de Joaquín Sabina, públicos y privados, luminosos y ocultos. Un
paseo por las claves de su vida y de su trabajo: por lo que le mueve, por lo
que le inspira, por lo que le duele, desarrollado siempre a partir de
situaciones vivas, compartidas, entre músico y cineasta.
Comentarios:
El documentalista es, por
definición, un hombre paciente, que coloca la cámara y espera que la naturaleza
le dé lo que busca; también la naturaleza humana. No se podría asegurar que
Fernando León de Aranoa sea un documentalista, pero sí da la impresión de ser
un hombre paciente. Se estrena ahora su película ‘Sintiéndolo mucho’, que es un
documental elaborado durante trece años de seguimiento a Joaquín Sabina, un
personaje grande que puede pasar por cantante entre los poetas y por poeta
entre los cantantes, alguien que ha hecho de la letra su música. Años de
laboriosidad y paciencia hasta lograr que se le revelara la foto de Sabina;
años en los que, mientras tanto, Fernando León, ha rodado otras películas, ‘Un
día perfecto’, ‘Política, manual de instrucciones’, ‘Loving Pablo’ y ‘El buen
patrón’.
Richard Linklater ‘sólo’
tardó doce años en rodar ‘Boyhood’, esa película que recogía el desarrollo
vital de un personaje desde niño hasta que se convertía en adulto; Fernando
León, su trabajo sobre Joaquín Sabina, tiene más tiempo y otra intención, la de
recoger a un cantante en la cima del éxito, mostrarlo en su actividad musical,
creativa, en sus viajes y conciertos hasta que se convierte en la pantalla en
persona cercanísima, que le muestra a la cámara sus heridas, sus miedos, sus
chiquilladas, familia, grandezas y menudencias. Cualquiera que entienda de
música y de músicos percibirá que eso no es la prioridad de la cámara de
Fernando León, aunque la película esté regada de momentos musicales, sino que
el auténtico propósito es proporcionarnos otro vehículo en el que viajar hasta
lo profundo de Sabina, el hombre que habla entre bambalinas, que opina, cita,
bromea y cuenta aspectos de su vida como si todos estuviéramos sentados a su
alrededor en una silla de enea.
El resultado de
‘Sintiéndolo mucho’ es el fruto de la paciencia, la constancia y el trabajo,
pero, sobre todo, es el fruto de la generosidad. Naturalmente, la de Sabina,
que se arriesga a rebuscarse ante la cámara sin maquillajes; pero también la de
Fernando León, documentalista aquí muy documentado, que se ofrece casi de
constante contraplano, exponiéndose al tiro de cámara, al riesgo de ‘estar’
donde hubiera valido con ‘ser’, lo cual, más que reproche debería significarle
felicitación por subrayarse como testimonio de lo que testimonia.
El centro, el único
centro, es Joaquín Sabina, el tipo del bombín, de las mil goteras, de
fragilidad berroqueña, de ojos tunos y voz agrietada, y que tiene tiempo, dos
horas, trece años, de vivirnos momentos de jolgorio, de nervios previos y dudas
posteriores, de sentarse a pensar y decir, de colapsar o de sentir en vivo el
amago de la muerte, como aquella tarde en México con José Tomás.
Podría pensarse que es una película sin plan, o sin otro plan que tenerlo ahí, rodada a golpe de circunstancia, entre lo cotidiano y lo azaroso, pero el sin plan funciona, el grito se oye y la circunstancia entretiene, divierte, emociona. Y la foto, movida, pero una gran foto, tiene el marco apropiado y la pared precisa para quedarse colgada. (Manuel J. Lombardo)
Recomendada.
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