En
septiembre de 2022 se puso a la venta el libro “El universo de Bond”, escrito
por 6 autores expertos en el tema: Lucía M. Cabanelas, Luis Freijo, Gonzalo
González Laiz, Jaime Iglesias, José Luis Ordóñez y Óscar Rubio. No cabe duda de
que James Bond es uno de los personajes más populares del cine. A lo largo de
las décadas, el mito Bond ha ocupado las pantallas de los cines sin descanso,
cambiando de actores y de estilo. El universo de James Bond es un libro que
analiza todos los films de James Bond, los actores que le dieron vida y las
constantes del mito.
Ficha técnica de EL UNIVERSO DE
JAMES BOND
Nº de páginas: 376
Editorial: NOTORIOUS EDICIONES
Idioma: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788418181467
Año de edición: 2022
Fecha de lanzamiento: 12/09/2022
Alto: 19.5 cm
Ancho: 25 cm
Grueso: 2 cm
Aprovechando
la publicación de este libro, es buen momento para reflexionar sobre el futuro
del James Bond. 16 de enero de 1962. Aeropuerto de Palisades, en Kingston, la
capital de Jamaica. Ahí empezó la leyenda cinematográfica de James Bond. Ese
día y en ese lugar arrancó el rodaje de “Agente 007 contra el doctor No”, la
primera de las 25 películas oficiales del agente secreto británico creado por
el escritor Ian Fleming casi una década antes. En 2022 se cumplen 60 años de
aquella aventura cinematográfica que, a pesar del éxito del que ya gozaban las
novelas y de una experiencia previa televisiva, fue un salto al vacío de los
productores Harry Saltzman y Albert R. Broccoli, y que hoy, convertida un
imperio colosal, no tiene visos de terminar. La última entrega, “Sin tiempo
para morir” —cuyo estreno sufrió todo tipo de retrasos provocados por la
pandemia hasta que se presentó el pasado septiembre— ha sido un éxito, aunque
también incluía una nota triste: la despedida de Daniel Craig como 007 tras
cinco películas rodadas en 13 años. Como ya ha ocurrido en anteriores
ocasiones, no hay actor contratado como nuevo Bond. Sin embargo, esta vez el
contratiempo ha devenido en feliz calma chicha para los actuales dueños de Bond
en el cine, Barbara Broccoli y Michael G. Wilson, hija e hijastro de Albert R.
Broccoli. “Es tiempo de celebrar el legado de Daniel Craig”, cuentan por
teléfono. También es momento para reflexionar sobre el futuro de Bond y
recordar su pasado. Y acceden a ello.
Broccoli
y Wilson responden desde las oficinas de la productora Eon. La empresa fue
fundada en 1961 por Saltzman y Broccoli. El primero había comprado los derechos
de adaptación de las novelas de espionaje de Fleming, un éxito que arranca
lentamente con la publicación de la primera, “Casino Royale”, el 13 de abril de
1954. Hasta su fallecimiento una década después, Fleming escribió 12 libros con
el personaje de Bond, pero su saga literaria no fue popular hasta 1960. El
protagonista, un comandante de la marina real británica y espía, de 1,89 metros
de altura y 93 kilos de peso, moreno, mechón rebelde, nariz larga y recta,
pequeña cicatriz en la mejilla derecha —Fleming utilizó muchos detalles
autobiográficos en su obra, aunque esta descripción encaja con el compositor y
pianista de jazz Hoagy Carmichael—, podía ser un imán para la taquilla.
Saltzman,
impulsor del nuevo realismo británico, compró la opción para llevar estas
novelas a la gran pantalla, pero su talento para el cine artístico no acababa
de cuajar con las películas populares. Y a punto de que le caducaran los
derechos, pidió ayuda a un amigo, que le presentó al neoyorquino Broccoli, fan
también de Bond, y con mejores contactos en Hollywood. Hace sesenta años, ellos
encararon por primera vez la decisión de elegir al actor que encarnaría a James
Bond. La lista de intérpretes que rechazaron el papel es kilométrica, y por ser
demasiados caros no pudieron ser contratados ni David Niven (la opción favorita
de Fleming), ni Cary Grant (amigo íntimo de Broccoli). En cambio, a Broccoli y
a su esposa Dana (la madre de Barbara y de Wilson, hijo de un anterior
matrimonio) les había llamado la atención un joven escocés, Sean Connery, en la
película “Darby O’Gill y el rey de los duendes” (1959). Le buscaron y le
citaron en el apartamento de Saltzman. Allí, Connery se comportó de forma
altiva y brusca, golpeando a veces la mesa, y se negó a hacer una prueba.
Resultado: le contrataron.
Seis
décadas más tarde, sus hijos afrontan la búsqueda del nuevo Bond. Ya tienen
experiencia en ello: Barbara (Los Ángeles, 61 años) lleva en la franquicia
desde los 22 años, cuando empezó como asistente de dirección en “Octopussy” en
1983, y Michael (Nueva York, 80 años), abogado, entró en el departamento legal
de Eon en 1972 y participa en la producción de las películas desde “Moonraker”
(1979). “Es un privilegio ser los capitanes de la saga. Ahora vivimos el tiempo
de celebrar el legado de Daniel y el éxito de “Sin tiempo para morir”, que
confirma que acertamos en nuestra apuesta por la pantalla grande después de
capear el retraso de su estreno provocado por la covid”, cuentan al alimón.
En
cualquier caso, el nuevo proceso recordará más a la elección de Craig o de
George Lazenby (curiosamente, los dos únicos Bond enamorados y emparejados en
la gran pantalla), que llegaron de nuevas a la saga, que al de Roger Moore,
Timothy Dalton y Pierce Brosnan, cuyos nombres habían sido mencionados en
cribas anteriores y que por ello tal vez eran mayores cuando encarnaron a 007.
“Todos fueron los adecuados en su momento. Aunque con perspectiva, la elección
de Craig fue un exitazo”, apunta Wilson. “Ha marcado una era”. ¿Cuándo
buscarán? “En 2023. Queda lejos” ¿Qué se necesita para ser Bond? “Presencia,
encanto, personalidad y talento interpretativo”, desgrana Wilson. ¿Podría ser
una actriz? “No”, explica la productora, “siempre será un personaje masculino.
Porque así lo hizo Fleming. El cine en general tiene que generar más
protagonistas femeninos, sin duda, pero con entidad por sí mismos, no mutando a
otros que existían previamente”.
Ante
ese delicado equilibrio, que todas las sagas tratan de alcanzar, entre mantener
la tradición, respetar el legado, y, por otro lado, aportar modernidad y no
quedarse fuera de la actualidad para seguir atrayendo espectadores, ¿no sufren
la presión? “Yo lo calificaría como oportunidad. El mejor ejemplo es Daniel,
con quien hemos jugado en el terreno emocional”, responde Wilson. Se muestran
más contundentes ante las preguntas sobre un Bond que se estrenase directamente
en plataformas digitales. “Apostamos por las salas, incluso estrenamos en IMAX
y 3D. Bond es una experiencia cinematográfica. En estos tiempos críticos que
atraviesan los cines, más que nunca Bond seguirá en ellos”.
La
saga Bond ha estado poco presente en los premios de la Academia de Hollywood. ¿No
es tiempo de que Bond esté entre los 10 títulos candidatos al Oscar? “Podría,
nos encantaría, pero sentimos que la Academia no está por labor”, ríe Broccoli.
“En cualquier caso, tenemos una inmensa legión de fans. El mérito es de
Fleming, que creó un personaje complejo, pero Daniel ha dado una gran humanidad
al Bond cinematográfico, ha sabido conducirlo hasta los tiempos actuales”. Y
apunta: “Lo ha hecho relevante en 2021, algo nada fácil”.
Wilson
subraya: “Si sientes que los últimos Bond son más personales, incluso con mayor
peso dramático, más cercanos al cine de autor, es gracias a Daniel”. Los
productores rechazan que esta evolución sea mérito suyo: “Solo impulsamos la
exploración emocional del personaje”. Pero ellos sí han contratado para las
entregas protagonizadas por Brosnan y Craig a cineastas de mayor prestigio
autoral, alejados de los habituales artesanos previos de la saga. “Cada
elemento del equipo es importante: los guionistas, los realizadores, los
directores de fotografía, los actores... Todo suma, todo influye. Como los
villanos: ¡menudo trabajo hizo Javier Bardem!”, incide el productor. “Entre los
mejores”, insiste Broccoli.
El
Bond torturado ya se mostró antes de Craig en las dos entregas protagonizadas
por Timothy Dalton a finales de los ochenta. ¿Fueron demasiado adelantadas a su
tiempo? “Puede ser”, y rehúsan explicarse más. Tampoco eligen ni su actor Bond,
ni su película favorita. “Es nuestra familia, no podemos”, dice Wilson. Sí
escogen su gadget favorito de la serie: “¡El coche de la última!”, salta
Broccoli. “¡Y cómo entra en la secuencia inicial!”. Se refiere al Austin Martin
DB5, un clásico del universo del espía, como la misma Barbara, la auténtica
chica Bond: “Me gusta el calificativo. Tengo una foto en aquel primer rodaje en
Jamaica, a pocos kilómetros de Goldeneye, la villa de Fleming, en la que
estoy con año y medio en biquini, y, reconozco, no causa la misma impresión que
el de Ursula Andress”.
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