Título original: Little Women. Dirección: Greta Gerwig. País: USA. Año: 2019. Duración: 135 min. Género: Drama.
Guión: Greta Gerwig (basado en una novela de Louisa May Alcott). Fotografía: Yorick Le Sauz. Música: Alexandre Desplat. Vestuario: Jacqueline Durran, Casting: Kathy Driscoll, Francine Maisler. Producción ejecutiva: Arnon Milchan, Adam Merims, Evelyn O'Neill, Rachel O'Connor. Producción: Amy Pascal, Denise Di Novi, Robin Swicord.
Oscar 2019 al Mejor Vestuario. Nominada a Mejor Actriz de Drama (Saoirse Ronan) y Mejor Banda Sonora en los Globos de Oro 2019.
Fecha del estreno: 25 Diciembre 2019 (España)
Reparto:
Timothee Chalamet
(Theodore "Lauri" Laurence), Chris Cooper (Mr. Laurence), Laura Dern
(Marmee March), Louis Garrel (Friedrich Bhaer), Tracy Letts (Mr. Dashwood),
James Norton (John Brooke), Bob Odenkirk (Mr. March), Florence Pugh (Amy
March), Saoirse Ronan (Jo March), Eliza Scanlen (Beth March), Meryl Streep (Tía
March), Emma Watson (Meg March).
Sinopsis:
Amy, Jo, Beth y Meg son
cuatro hermanas en plena adolescencia, que viven con su madre en una
Norteamérica que sufre lejanamente su Guerra Civil. Con sus variadas vocaciones
artísticas y anhelos juveniles, descubrirán el amor y la importancia de los
lazos familiares.
Comentarios:
Amar es un verbo tan
fácil de declinar en su pedestre regularidad que se diría universal en formas y
modales. Aunque cueste llevarlo a la práctica con un mínimo de sensatez y hasta
elegancia. Todo el mundo ama de la misma manera, que diría el clásico. Sin
embargo, y volviendo al mismo clásico, cada uno odia a su modo. “Mujercitas” es
una de esas novelas que a fuerza de verla y reverla adaptada (hasta tiene un
manga) uno acaba con el gesto torcido. Se le coge manía a la determinación de
Jo, a la bondad de Beth, a la rectitud de Meg y a los delirios de grandeza de
Amy. De los pamplinas que revolotean a su alrededor, mejor ni hablar. Por todo
ello, se agradece la revelación de Greta Gerwig. Su particular e intransferible
forma de adorar el texto original de Louisa May Alcott no sólo lo actualiza,
sino que de paso lo limpia de prejuicios hasta convertirlo en una pieza de un
raro y nuevo clasicismo.
Entre la comedia
desinhibida, el drama grave, la odisea de crecer y el vodevil sin complejos, la
directora de “Lady Bird” demuestra de nuevo su facilidad para contagiar
certezas, dudas e iluminaciones. El juego (o metajuego) de confundir la
historia del relato con la vida de la autora, a la vez que se propone una
reflexión autorreferencial sobre el oficio de crear, acaba por dibujar una
película esencialmente brillante (y procazmente cursi) que demuestra que, en
efecto, el verbo amar es radicalmente transitivo. De repente, y al contrario
del lugar cada vez más común, lo plano, turbio, machista e indistinguible es
odiar. (Luis Martínez)
Recomendada.
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