Título original: Au bout des doigts. Dirección: Ludovic Bernard. País: Francia. Año: 2018. Duración: 106
min. Género: Comedia dramática.
Romain Rioult (Montaje), Thomas Hardmeier (Fotografía), Ludovic Bernard, Johanne
Bernard (Guión), Harry Allouche (Música), Mathias Rubin, Éric Juherian (Producción), Amaury De Nexon (Sonido), Marylin Fitoussi (Vestuario), Nathalie Cheron, Guillaume
Moulin, David Baranes (Casting).
Estreno en Sevilla: 8 Febrero 2019.
Reparto:
Kristin Scott Thomas (La
condesa), Lambert Wilson (Pierre Geithner), Julies Benchetrit (Mathieu
Malinski), Karidja Toure (Anna), Elsa Lepoivre (Mathilde Geithner), Andre
Marcon (André Ressigeac), Michel Jonasz (Monsieur Jacques), Xavier Guelfi
(Kevin), Telesphore Teunou (Driss), Vanessa David (Krista Malinski), Milo Maze
(David Malinski), Louise Labeque (Marion Malinski), Gaspard Meier-Chaurand
(Sébastien Michelet), Alexandre Brik (Alexandre Delaunay).
Sinopsis:
Cuando Pierre, director
del Conservatorio de Música de París, escucha a Mathieu tocar el piano en una
estación de tren, enseguida reconoce su excepcional talento. Un día, Mathieu
acaba en la cárcel por un robo menor y solo Pierre consigue sacarle a cambio de
que haga servicios comunitarios en el Conservatorio. Sin embargo, el director
tiene otra idea en mente para el joven: quiere que perfeccione su técnica y
participe en la competición nacional de piano. El nuevo alumno tendrá entonces
que lidiar con las clases de la intransigente "Condesa", mientras se
enamora de su compañera Anna.
Fotograma de "La clase de piano" |
Comentarios:
Las películas de
superación personal, de alumno brillante pero rebelde, de talento
extraordinario y circunstancias sociales adversas, conforman un subgénero tan
recorrido en el cine contemporáneo que todo lo que no sea salirse del
estereotipo suena a mil veces visto y oído. Puede que ese tipo de trabajo
encuentre al público que busca, al que persigue en la sala el confort físico y
el rigor espiritual, la convención ética y el optimismo vital, sin que nada le
resquebraje o moleste o le haga dudar hasta ese desenlace de inevitable
peliculeo. Pero obras como “La clase de piano”, tercer largometraje del francés
Ludovic Bernard, suelen ser un engorro para el verdadero cinéfilo, que (casi)
todo lo sabe. Sobre todo, si el director parece haber estudiado al dedillo su
modelo, y este no es una joya oculta sino una película archiconocida: “El
indomable Will Hunting”, de Gus Van Sant.
Si cambiamos las
matemáticas de la película que le dio el Oscar al mejor guion a Matt Damon y
Ben Affleck por la música clásica, ya tenemos “La clase de piano”, de
estructura y sentido de los personajes exactos. Joven del extrarradio ajeno al
mundo universitario y del conservatorio, de carácter casi autodidacta, que
gracias al encuentro fortuito con un director de departamento encuentra una
posible salida a su situación social; una ayuda a la que es reacio por una
rebeldía mal entendida, y en la que tendrá mucho que ver un(a) profesor(a)
particular que le ayudará a entender la importancia del trabajo y del método,
independientemente del talento, y una chica procedente del mundo de la
intelectualidad, al que el protagonista es refractario, y de la que se enamora.
Todo ello con la influencia y el amparo final de sus amigos del lumpen. Estoy
contando “El indomable Will Hunting”, ya lo saben. Pero también “La clase de
piano”.
Independientemente de los
paralelismos con la película de Van Sant, Damon y Affleck, que evidentemente
son demasiados, Bernard, también coguionista, y que comenzó su carrera en 2017
con “Misión País Vasco”, otra estereotipada mezcla entre “Ocho apellidos vascos”
y “Bienvenidos al Norte”, no alcanza a tener un estilo propio en la puesta en
escena, que da bandazos entre el academicismo y un impulso creativo un tanto
hortera en las secuencias de amor y sexo. (Javier Ocaña)
No
Recomendada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario