Título original: Suspiria. Dirección: Luca Guadagnino. País: Italia, USA. Año: 2018. Duración: 152
min. Género: Terror.
Walter Fasano (Montaje), Sayombhu Mukdeeprom (Fotografía), David Kajganich (Guión), Thom Yorke (Música), Luca Guadagnino, Bradley J.
Fischer, David Kajganich, Francesco Melzi d'Eril, Marco Morabito, Gabriele
Moratti, William Sherak, Silvia Venturini Fendi (Producción), Carlo Antonelli, Lauren Beck, Josh Godfrey, Stella
Savino, Kimberly Steward, James Vanderbilt, Massimiliano Violante (Producción ejecutiva), Giulia Piersanti
(Vestuario), Stella Savino (Casting).
Presentada en la Sección
Oficial del Festival de Venecia 2018.
Estreno en Sevilla: 5 Diciembre 2018.
Reparto: Dakota Johnson (Susie
Bannion), Tilda Swinton (Madame Blanc/Dr.J Klemperer), Mia Goth (Sara), Angela
Winkler (Miss Tanner), Chloë Grace Moretz (Patricia Hingle), Ingrid Caven (Miss
Vendegast), Elena Fokina (Olga), Sylvie Testud (Miss Griffith), Renee
Soutendijk (Miss Huller), Christine Leboutte (Miss Balfour), Fabrizia Sacchi
(Pavla), Malgorzata Bela (Madre), Jessica Harper (Anke).
Sinopsis:
Susie Bannion es una
joven bailarina americana que viaja a Berlín para cursar sus estudios de danza
en la Markos Tanz Company, una de las escuelas más prestigiosas del mundo,
dirigida por Madame Blanc. El mismo día en el que ingresa en la escuela, una de
las alumnas recientemente expulsada es asesinada. No se trata de un hecho
aislado, lo que hace sospechar a la brillante estudiante sobre la implicación
de la escuela en los homicidios. Su desconfianza aumenta cuando su compañera
Sarah le cuenta que antes de que Pat muriera, ésta le confesó que conocía un
terrorífico secreto. ¿Será solo talento lo que alberga la reconocida escuela?
Fotograma de "Suspiria" (2018) |
Comentarios:
En 1977, Dario Argento
alcanzó la cumbre estética de su carrera con “Suspiria”, una película que
amplificaba el aliento sobrenatural de la anterior “Rojo oscuro” (1975) para
proponer un ejercicio expresionista, cuyos fotogramas refulgían con los
incendiados colores de los vitrales de una catedral hechizada. La película
hablaba con la lógica de los sueños, los símbolos y la pura forma, enterrando
bajo sus vehementes recitales de estilo visual referencias a la tradición de
los cuentos de hadas, al pensamiento de George I. Gurdjieff y Rudolf Steiner y
al “Satanás” (1934) de Edgar Ulmer, sin olvidar los ecos perturbadores
contenidos en localizaciones como la Köningplatz de Múnich, construida por
orden de Hitler con motivo del Congreso de Núremberg.
Para Luca Guadagnino, la “Suspiria”
de Argento fue un deslumbramiento adolescente al que, ahora, esta nueva lectura
no sólo rinde tributo, sino que, en un paso de baile notoriamente arriesgado,
discute y reformula. A primera vista, podría dar la impresión de que el guión
de David Kajganich desentierra lo que en Argento era sustrato simbólico para
convertirlo en discurso, pero los muchos desvíos del original abren nuevas y
estimulantes posibilidades de interpretación: la acción se reubica en Berlín en
el agitado otoño de 1977, decisión que extirpa las raíces de cuento de hadas
para adensar un contexto político que, entre otros extremos, coloca al
conciliábulo de brujas de la academia de danza al otro lado del espejo del
terrorismo de la Baader-Meinhof en su respectivo –y dispar- pulso con la
memoria culpable de un viejo orden que dio pie al nazismo. La Susie Bannion,
oveja negra de una familia menonita, que encarna Dakota Johnson poco tiene que
ver con la protagonista de la “Suspiria” original: de la víctima sacrificial se
pasa a una identidad que permite canalizar un discurso feminista cargado de
aristas, alejado de toda complacencia.
Guadagnino practica el
vaciado cromático para usar una paleta de ocres melancólicos que rescata la
estética del Nuevo Cine Alemán. Escenas de danza en la que cada inflexión
corporal justifica un corte de montaje, el recurso de desligar voces y cuerpos,
movimientos de cámara que barnizan de enigma los espacios y un perturbador
diseño de sonido se alían para construir un nuevo lenguaje de lo siniestro en
esta lúcida pesadilla presidida por una Tilda Swinton en clave Pina Bausch
oscura, que habla de un subterráneo poder femenino consagrado a gestionar la
culpa y la vergüenza colectivas. (Jordi Costa)
Recomendada (con reservas).
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