sábado, 15 de abril de 2023

Vértigo (De entre los muertos) (Alfred Hitchcock, 1958)

 

Título original: Vertigo. Dirección: Alfred Hitchcock. País: USA. Año: 1958. Duración: 120 min. Género: Suspense.  

Guión: Alec Coppel, Samuel Taylor, Maxwell Anderson (basado en una novela de Pierre Boileau, Thomas Narcejac). Fotografía: Robert Burks. Música: Bernard Herrmann. Montaje: George Tomasini. Vestuario: Edith Head. Sonido: George Dutton. Producción: Alfred J. Hitchcock Productions, Paramount Pictures.

2 nominaciones al Oscar 1958 (Mejor dirección artística, Mejor sonido). Mejor director y Mejor actor (James Stewart) en el Festival de Cine de San Sebastián 1958.

Fecha del estreno: 29 Junio 1959 (España).

 

Reparto: James Stewart, Kim Novak, Henry Jones, Barbara Bel Geddes, Tom Helmore, Raymond Bailey, Ellen Corby, Lee Patrick, Konstantin Shayne.

 

Sinopsis:

Scottie Fergusson (James Stewart) es un detective de la policía de San Francisco que padece de vértigo. Cuando un compañero cae al vacío desde una cornisa mientras persiguen a un delincuente, Scottie decide retirarse. Gavin Elster (Tom Helmore), un viejo amigo del colegio, lo contrata para un caso aparentemente muy simple: que vigile a su esposa Madeleine (Kim Novak), una bella mujer que está obsesionada con su pasado.

 

Comentarios: 

Desde mis incipientes comienzos de aficionado al cine tengo predilección por Alfred Hitchcock. Quizás ello tenga que ver con su aparición en programas de televisión que me encantaban, en los que hablaba de la magia del cine, del misterio y del suspense. Es probable que contribuya también la selección de grandes actores en sus películas, como James Steward, Cary Grant, Anthony Perkins, Rod Taylor, en compañía de grandes actrices, a la vez bellas y rubias, como Ingrid Bergman, Grace Kelly, Janet Leigh, Tippi Hedren y Kim Novack.

Vértigo es una de esas películas que no deja de sorprender y de llamar la atención, no importa cuántas veces se la vea. Pienso que ello tiene que ver con el impresionante trabajo que hace Alfred Hitchcock con relación a la puesta en escena y al montaje. Cada cuadro está cuidadosamente estudiado y diseñado, pleno en detalles capaces de atraer la atención del espectador, que no puede menos que encantarse mentalmente. El espectador sabe que varios de los objetos van a ser fundamentales en la historia, no solamente porque el director se encarga de resaltarlos por medio de sus formas y colores, y por los enfoques de la cámara, sino también porque provoca lo intuitivo, entregando claves y preguntas sutiles que se desprenden de la historia. En esa forma el espectador se convierte en un detective más, lleno de preguntas y de respuestas. Y ello ocurre en el ambiente de la bella ciudad de San Francisco y sus alrededores, y esta ciudad normalmente no defrauda a los amantes del cine.

Vértigo es la historia de John ‘Scottie’ Ferguson, un hombre ya maduro, bien parecido, inteligente, de humor fino, que oscila entre varios mundos. El personaje, protagonizado por James Stewart, se nos antoja que es un hábil investigador policial, un observador fino y paciente, capaz de descifrar cualquier historia de suspenso a la cual deba enfrentarse. Pero, a la vez, es un ser extraño, tímido en su acercamiento a las mujeres, por las cuales siente una fuerte atracción mezclada con temores prácticamente insuperables. Vive una extraña historia de amor, obsesionado por Madeleine, una misteriosa mujer que lo atrapa con sus misterios insondables y que lo deja abandonado y literalmente enloquecido.



Sin embargo, se trata más bien de una aproximación bastante provocativa a la visión que Hitchcock tiene sobre la mujer y sobre las complejas relaciones hombre-mujer. Aparecen varios mundos paralelos femeninos delineados en el filme. Uno de ellos es el de la mujer maternal, a punto de quedarse soltera, tierna, dispuesta a tratar al hombre como a un niño en crecimiento, por el cual se está dispuesto a hacer muchas cosas, sin esperar nada a cambio. Este rol lo desempeña bastante bien otra rubia, Barbara Bel Geddes, como Midge Wood, amiga fiel de Scottie. Ella es inteligente, de buena conversación y presencia atractiva, pero nada exuberante. Está enamorada de él, pero sin que éste apenas se percate, lo cual no impide que le mime, le cuide, le escuche y le soporte en los momentos depresivos y extraños que acostumbra a vivir este protagonista, acosado por sus complejos personales. Midge es la mujer que le acoge y le entiende, que no le deja caer en los momentos de vértigo, como ocurre literalmente en una escena muy significativa cuando recibe en sus manos a este hombre corpulento y bien puesto, presa de súbitos desmayos, ocasión que aprovecha Midge para ofrecer un momento de tierna cercanía corporal a su indiferente amor platónico. Se plantea acá un estilo de desamor, el del hombre que no reconoce y no avanza y el de la mujer que no se atreve y se resigna a la soledad.



Kim Novak es la rubia espectacular, brillante en sus dos papeles, el de Madeleine y el Judy, que nos introduce a su vez a varios mundos femeninos, en apariencia productos de la ficción y de la actuación, pero bastante reales para el protagonista y probablemente para las interioridades mismas de Hitchcock. Madeleine es, en ciertos momentos, una esposa obsesionada por fantasmas, que se identifica con una misteriosa dama del pasado, como si de una reencarnación se tratara. Una mujer de impulsos suicidas, que viste con una elegancia absoluta, de piel suave, de miradas a la vez maliciosas y suplicantes, inalcanzable, indescifrable. Este es el mundo de la mujer imposible, fatal, que atrae enamoramientos absolutos y absurdos, que terminan en la locura. Así ocurre en la película, cayendo Scottie en un vértigo de emociones que le hacen sentir una mezcla de impotencia y de deseo.  Es el desamor de la locura, de lo imposible.



Madeleine, no obstante, es también la amante cercana, una especie de virgen del deseo hecha realidad, a la que Scottie, a espaldas de su esposo y de su amiga Midge, puede tener en su hogar, para él solo, así sea furtivamente, a quien puede desnudar y vestir, porque ella ha pasado por momentos difíciles y juega el papel de mujer débil, que acepta ser acogida, mimada y admirada. Con este tipo de mujer, Scottie experimenta vértigos de pasión y de ternura, siente una felicidad amorosa, pero que sabe duradera solamente en cuanto Madeleine deje sus obsesiones y sus fantasías. Entonces ocurre lo inevitable, cuando los dos amantes despiertan de sus sueños y se deben enfrentar a sus propias realidades y miedos. Es el desamor causado por la realidad, por lo inevitable, es la máxima frustración y puede conducir a una cierta locura, incluso la depresión y hasta la muerte, cuando todo finalmente se destruye.



Aparece sorpresivamente Judy, mujer poco profunda y sencilla, dependienta de tienda, con suficiente ingenio para sobrevivir en la gran ciudad, pero siempre mezclado con algo de temor. Novak es entonces una rubia venida del campo, en busca de mejor vida, quizás curiosa y ansiosa de aventuras con algún galán, sin mayores escrúpulos, muy hermosa, una mezcla de inocencia y malicia. Es la mujer que se deja conquistar, aceptando pequeños y grandes detalles, que van conformando una red de amor en la cual cae el conquistador… hasta que surge la verdad escondida que apaga el amor naciente y lo transforma en una mezcla de desprecio y decepción, y el conquistador, abandonada la esperanza, se aleja indiferente, sordo a las posibilidades que aparecen cuando el amor es sinónimo de confianza ilusionada.

Es curioso que un maestro del cine de misterio aproveche una historia detectivesca para mostrar sus búsquedas, sus impotencias, sus frustraciones y sus delirios ante el alma femenina. Al hacerlo, se ha revelado también como un maestro explorador de los insondables misterios femeninos. (Enrique Posada)

Recomendada.



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