sábado, 4 de marzo de 2023

Mitomanía... Vincent Price

 

Vincent Price, la estrella cortésmente amenazante de incontables pero a veces afinadas películas de horror gótico y bajo presupuesto, murió el pasado 25 de octubre de 1993, en Los Ángeles, a los 82 años de edad, de cáncer de pulmón. El histriónico y legendario actor, de cerca de dos metros de altura, voz sedosa y aire burlón, contribuyó en 1953 al resurgimiento de los filmes de ficción científica con su retrato de un escultor cruelmente desfigurado en Los crímenes del museo de cera. Fue uno de los rostros fundamentales de la célebre fábrica de horrores del cineasta Roger Corman.

 

Price participó en una serie de personajes macabros en las adaptaciones que Corman realizó basadas en historias de Edgar Allan Poe, entre ellas El péndulo de la muerte y La máscara de la muerte roja. Apareció en decenas de películas, más de 2.000 espectáculos de televisión y, ocasionalmente, en los escenarios. En las películas de sus inicios frecuentemente caracterizó a figuras históricas -Walter Raleigh en Las vidas privadas de Isabel y Essex (1939); el rey de Inglaterra Carlos II en Hudson's Bay (1941), y Richelieu en Los tres mosqueteros (1948). En otros papeles secundarios, Price fue un gigoló desvergonzado en Laura (1944); un monseñor cínico en Las llaves del reino (1944); un aristócrata asesino en Dragonwyck (1946) y un actor florido en His Kind of Woman (1951).

 

Pero fue protagonizando Los crímenes del museo de cera cuando Price se unió al panteón del horror ocupado por Bega Lugosi, Boris Karloff y Peter Lorre. Su especialidad consistía en un amplio reparto de científicos dementes, inventores o médicos cuyo talento había sido corrompido y derivado a propósitos malvados.

 


"Los mejores papeles en las películas son las de los duros", dijo Price en una entrevista de 1971. "El héroe es comúnmente alguien que realmente no tiene nada que hacer. Él llega a la cima, pero es el duro el que más se divierte". "Para mí, las películas que tratan de la drogadicción, el crimen y la guerra son las verdaderas películas de horror", dijo en otra ocasión. "En un mundo donde los crímenes son asuntos cotidianos, una buena película macabra supone un alivio cómico".

 

A Price le encantaba actuar y despreciaba a los que miraban por encima del hombro sus papeles en películas de terror. "Me gusta ser visto, adoro estar ocupado y creo en la actividad" dijo. "Conozco a alguna gente que cree que me he depreciado a mí mismo como actor, pero la idea de 'declive profesional' equivale a 'no trabajar".

 

Price fue también un conocido especialista en arte y coleccionista, así como columnista en esta materia. Fue asesor de compras artísticas de la firma Sears, y escribió varios libros divulgativos sobre arte. También era un experto cocinero y colaboró en varios éxitos de ventas de libros de cocina.

 


Su forma de moverse y hablar reflejaba el cultivado poso de Vincent Leonard Price. Nació el 27 de marzo de 1911 en San Luis, en una familia de cuatro hermanos cuyo padre era el presidente de una fábrica de caramelos. Fue alumno de escuelas privadas de San Luis, hizo el recorrido por los grandes museos de Europa siendo adolescente y consiguió títulos académicos en historia del arte en Yale y la Universidad de Londres, donde se empezó a enganchar por el teatro y decidió convertirse en actor. Pronto alcanzó notoriedad en la escena londinense como el príncipe Alberto de la obra Victoria Regina. Repitió papel junto a Helen Hayes en Broadway durante meses. Allí emergió en su primera entrega como villano en el papel de un esposo maníaco en Angel street (1941).

 

Entre su centenar de películas se cuentan La canción de Bernadette; Wilson; El barón de Arizona o El abominable doctor Phibes. Los filmes de su carrera que más le gustaban incluyen el de 1973 titulado Ricardo, corazón de león, en el que interpretaba a un actor desquiciado que asesina a críticos de teatro con fórmulas inspiradas en Shakespeare; el de 1987 Ballenas de agosto, en el que aparecía como un noble ruso encantando a dos hermanas ancianas (Bette Davis y Lilian Gish), y Eduardo manostijeras, en 1990, donde interpreta al inventor del personaje surreal que da título a la película.

 

El irreprimible Price también hizo un monólogo para Michael Jackson en el vídeo de 1983 Thriller, y actuó como anfitrión durante ocho años en la serie televisiva Misterio. En el teatro, encarnó al moribundo Oscar Wilde de la obra de un solo personaje escrita por John Gay Diversiones y delicias, durante una gira por más de 200 ciudades entre 1977 y 1982. Los críticos alabaron su labor como un delicado y poderoso tour de force.

 

"La gente te recuerda como alguien que ha contribuido a su placer", dijo. "Un hombre se acercó una vez y me dijo: 'Gracias por todos los ratos agradables que me ha dado. Esto es realmente lo que cuenta".

 

Price, que vivió durante décadas en lo alto de una colina sobre la que se divisa la ciudad de Los Ángeles, era miembro de muchos consejos asesores de arte, y fue presidente de la Universidad de California. Su tercera mujer, la actriz Coral Browne, con la que se casó en 1974, murió en 1991. Anteriormente había estado casado con Edith Barrett, actriz, y Mary Grant, diseñadora. Le sobrevivió un hijo, Vincent Barrett, y una hija, Mary Victoria.

 


 

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