El pasado mes de mayo de 2021 Susan Sarandon escribió en su twitter “No puedo creer que hayan pasado 30 años desde que Geena y yo tuvimos nuestra aventura épica. Muy agradecida de ser parte de eso... tendré que ir a Los Ángeles para celebrar con mi chica” A lo que Geena Davis respondió “Me volvería a tirar felizmente por un acantilado contigo querida”.
Tampoco yo puedo
creer que acaban de cumplirse 30 años del estreno en EEUU de la película Thelma y Louise, en España
tuvimos que esperar hasta noviembre de 1991 para poder verla en nuestros cines,
ya que el impacto que me causo su visionado aún está presente y ahora de nuevo
revisitada creo que no ha perdido ni un ápice de su fuerza, convertida en un
clásico del cine, ocupando un lugar relevante dentro de la historia del
cine americano por ser la primera que presento como protagonistas a una pareja
de mujeres y el discurso feminista dentro de las convenciones del género road
movie.
A modo de
introducción creo que el párrafo de Monica Zas Marcos en noviembre 2015
(eldiario.es) es claramente representativo “En noviembre de 1991, entre
Terminator 2, Perdidos en el Oeste y otras criaturas del género predilecto en
Hollywood, el blockbuster, se estrenaba una película de chicas. Según una ley
no escrita en el nuevo continente, esa concepción había de ser despreciativa,
trillada y débil adversaria frente al derroche de músculo y compadreo en la
cartelera de aquellas navidades. Pero siete semanas más tarde, con 45 millones
en taquilla y una polémica envenenada, Thelma y Louise arrojaban el
escepticismo por un barranco a lomos de un Ford Thunderbird del 66. Los fajos
de dólares parecían legitimar la irrupción del pintalabios rojo y la mujer
independiente en una fórmula anquilosada del cine norteamericano, mientras que
el reclamo para el público continuaba intacto. No se echaban de menos tiros,
sexo ni palabrotas, como en toda buena atmósfera de acción femenina”.
En primer lugar es una película de culto para el feminismo
porque en ella dos mujeres interpretan papeles que habitualmente son
interpretados por hombres, empleando la violencia para reafirmarse como mujeres
dentro de una sociedad machista. Tambien lo es por como refleja la violencia de
género, tanto en el sentido de la violación, como en la violencia intrafamiliar
mostrando un marido agresivo y controlador o como en el acoso sexual representado
en el camionero que, en tres ocasiones distintas, le dedica su repertorio más
obsceno de gestos, señas y palabras a las protagonistas.
Además es una mítica road movie bien narrada, con todas las características propias del género,
el relato progresa en paralelo al desplazamiento de los protagonistas en
su coche, el paisaje y la naturaleza son un aspecto esencial y se extrae el
máximo de llanuras y montañas, introduciéndonos en paisajes conocidos del
western y el viaje que emprenden las protagonistas se convierte en el sucedáneo
de su propia existencia, encapsulando en el trayecto el tiempo necesario para
conseguir la libertad, para evolucionar y transformarse e incluso para concluir
con su muerte.
El guion realizado por Callie Khouri ganó el Oscar, el Bafta
y el globo de oro al mejor guion original, describiéndonos de forma eficaz los clics
machistas existentes en nuestra sociedad y unos personajes varoniles muy bien
estereotipados, a los que ridiculiza sin pudor. Tras el recorrido y la huida de
esta pareja femenina convertidas en delincuentes para ganar su libertad y
acechadas por la policía, nos encontramos con un espléndido final que se
culmina con un simbólico salto al vacío mientras pisan fuerte el acelerador del
Thunderbird descapotable que cabalga sin miedo a despeñarse por las colinas del
Gran Cañón. Este final bastante discutido por la productora, ya que no es un
final esperable de made in Hollywood, en palabras de Khouri “. "Siempre
me pareció absurdo que la gente lo viera como un suicidio y Nunca pensé que
estuvieran muertas. No era un final literal. Hicimos todo lo posible por no
mostrar una muerte literal. No se ve el coche chocar, no se ve humo... En la
imagen final ellas vuelan, directas a la memoria colectiva, siendo mujeres
completamente libres y liberadas de cualquier grillete”.
Cuando la película se estrenó en 1991, desató una ola de controversia general,
Geena Davis y Susan Sarandon aparecieron en la portada de la revista Time, bajo
el título de portada “Por qué Thelma y Louise atacan los nervios”; y en ese
artículo consideraban varios puntos ¿Fue, como sintieron algunos críticos, una
película irreflexivamente violenta en la que dos mujeres cometían crímenes
terribles en nombre del "empoderamiento"? ¿Estaban “actuando como
hombres” bajo la cobertura del feminismo? ¿O fue de hecho misandria, injusta
con los hombres, porque retrató a todos sus personajes masculinos como
horribles? ¿Fueron modelos a seguir? ¿Fue una parábola feminista? ¿Fue ese
final, uno de los pocos que realmente se ha ganado el adjetivo usado en exceso
como “icónico”, perfecto o una excusa?
No quiero olvidarme de destacar una estupenda banda sonora en
la que se mezcla el rock y el country con canciones como: Wild Night by Martha
Reeves, Thunderbird by Peter Haycock, The Way You Do The Things You Do by The
Temptations, The Ballad Of Lucy Jordan by Marianne Faithfull.
Y
por supuesto el papel de las dos protagonistas, que si bien no consiguieron el
Oscar ese año, aunque ambas estaban nominadas, son los puntales del film. Geena
Davis ha reconocido que
esta película la convirtió en feminista y desde entonces apoya la Women's Sport
Foundation, defiende leyes centradas en la igualdad de oportunidades deportivas
y en prohibir la discriminación de género, y creó en 2007 el Instituto Geena
Davis sobre género en los medios de comunicación, con objetivo de aumentar la
presencia de personajes
femeninos en los medios, aunque el impacto en la equidad de género que se profetizaba tras el estreno de Thelma y
Louise, se quedó en poco, en 1989 las mujeres representaban sólo el 29% de
los protagonistas de las grandes producciones de Hollywood, esa cifra en 2020
fue exactamente la misma, según un informe del Centro de Estudios de Mujeres en TV y
Cine de la Universidad de San Diego y que tras el movimiento de #MeToo en 2017en
2019 el porcentaje fue del 40%.
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